PRÓLOGO

HACE 20 AÑOS.

31 DE OCTUBRE.

11:03 pm

Elizabeth Rossie

En un mundo oculto a los ojos de los mortales, existen los hechiceros. Seres capaces de invocar hechizos de energía maldita, capaces de alterar la realidad entre el mundo físico y el mundo espiritual. Solo aquellos nacidos con este don pueden usarlo, conservándolo asi hasta el día de su muerte. En este universo, los hechiceros se agrupan en clanes, jerarquías de poder ancestral, entre ellos, destacan tres.

El clan Lotus, es el segundo clan más poderoso de la hechicería. Son conocidos por una particularidad única; su sangre, emanando un suave pero inconfundible aroma a flor de loto, perceptible desde lejos por cualquier hechicero. Este rasgo les es exclusivo. Los Lotus también son conocidos sobre todo por su dominio total de los cuatro elementos: fuego, agua, tierra y aire. Pueden manipularlos a voluntad. Poseyendo la habilidad única de curar sus heridas con su propia sangre, haciéndonos totalmente únicos en los hechiceros.

El clan Shadow, ocupa el tercer lugar en la jerarquía de poder. Son los expertos en la creación de ilusiones, con un riguroso entrenamiento al estilo ninja. En combate cuerpo a cuerpo, son los más hábiles, ágiles y disciplinados. Cada miembro del clan recibe una marca al nacer: la Marca de la Protección, símbolo de lealtad y fuerza. Curiosamente, todos los nacidos en la familia Shadow han sido varones… hasta ahora.

Era la noche más oscura que el territorio Lotus —conocido también como el Clan Lotus— hubiera presenciado. Aunque la luna resplandecía en lo alto, bañando el valle con su luz plateada, el aire se sentía denso, cargado de una inquietud silenciosa que presagiaba algo inevitable.

En mis brazos sostenía a mi hija. Apenas seis horas habían pasado desde su nacimiento, y, aun así, ya sentía que la había tenido conmigo toda una vida. Era tan pequeña que podía sostenerla con un solo brazo. Su cabello, suave y dorado, reflejaba el mismo tono del de su padre. No podía distinguir aún el color de sus ojos, porque dormía profundamente, como si el mundo no existiera más allá de mis brazos. Su piel era cálida, delicada, tan pura que temía romperla con solo mirarla.

Miré por la ventana y vi a mi esposo conversando con algunos miembros del Clan. Él no pertenece al Clan Lotus. Lain Shadow, mi esposo, es descendiente directo del Clan Shadow, un linaje muy antiguo temido por su dominio de crear ilusiones. A pesar de nuestras diferencias por nuestros clanes, yo estoy muy segura de que el destino unió nuestros caminos, aunque, el Reino Arcano, jamás lo aprobó.

El destino entrelaza dos almas por una sola razón.

—¿Sin poder dormir? —Volteé, aún con mi hija en brazos. Era Lain.
Sonreí al verlo acercarse.

—Queríamos esperarte —dije, bajando la mirada hacia mi bebé—. Las dos.

Lain alzó una mano y rozó con suavidad la pequeña cabeza de nuestra hija, con esa delicadeza que pocas veces mostraba ante los demás.

—¿Todavía no has pensado un nombre para ella? —preguntó con voz baja.

—No…—murmuré, sin apartar la vista de la niña.

—Yo tengo un buen nombre para ella —sonrió, mirándome con ese brillo travieso que tanto conocía.

Reí suavemente.

—¿Cuál? —pregunté con tono irónico— ¿Rosa? ¿Lotus?

—Me gusta Lotus, llevar el nombre de tu Clan, no es nada malo.

Ambos reímos. El sonido se mezcló con el susurro del viento que entraba por la ventana.

Lain negó con la cabeza, aún sonriendo.

—Nosotros tenemos nombres con mucho poder —dijo con serenidad. Asentí, entendiendo lo que quería decir—. Por lo tanto, estaba pensando en colocarle… Lilith. Y agregarle también Elian.

Me quedé unos segundos en silencio, observando a la bebé. El nombre pareció llenar la habitación, como si el mismo destino lo hubiese pronunciado antes que nosotros.

—Tienen… los nombres muy parecidos al nuestro. —dije con una sonrisa suave.
Lain asintió.

—¿Te gusta?

—Lilith Elian Shadow Rossie. —pronuncié despacio, uniendo nuestros apellidos hasta que el nombre pareció cobrar vida propia.

Mi hija… aquella niña nacida de dos hechiceros de clanes distintos.

De dos sangres distintas.

La única hechicera en este mundo que heredó dos dones imponentes; la capacidad de sanar y de manipular los cuatro elementos, y el legado oscuro de los Shadow, el poder de crear ilusiones. La primera —y hasta ahora, la única— mujer de su clan en portar la Marca de la Protección.

Ella es de sangre Lotus. De sangre Shadow.

Ella es una Shadow…Y una Lotus.

—Me gusta.