Capítulo 3

Cordelia volvió a su reino, tratando de comprender que era lo que Agnes quería, porque sabía muy bien, que eso de solo querer una esposa para su hijo, no era cierto, algo había, algo estaba tramando, y debían tener cuidado, porque conociendo a su hermana, no era cualquier cosa, seguramente llevaba mucho tiempo, incluso años tramándolo todo.

Agnes tenía un plan, algo mucho más macabro, y Cordelia sabía que, no iban a poder detenerla fácilmente, por eso, tenía que actuar con cautela y sabiduría, aunque quisiera ahorcarla y arráncale el corazón de una vez, no podía, Agnes ya había mostrado lo poderosa que era, y, no podían arriesgarse, no podían arriesgar más vidas, no podía volver a repetirse lo del pasado.

La bruma se abría como un velo ante cada paso que Cordelia daba, mientras ingresaba al santuario escondido entre los acantilados y las cascadas de agua salada, todo el ambiente estaba envuelto en una profunda calma, como si el mundo estuviera en pausa. En el centro del lugar, había un pequeño templo, construido con cuarzo rosa, y allí, como ya se lo imaginaba, se encontraba su hija, completamente perdida en sus pensamientos. Nami permanencia sentada con las piernas cruzadas, y su vista elevada hacia el cielo. Ella era así, la mayoría del tiempo prefería estar contemplando el cielo, las estrellas, la inmensidad.

—Hacía ya un tiempo que no venías por aquí. —Soltó Nami, sin siquiera mirar a su creadora que ya se encontraba a pocos pasos de ella. —Hoy descubrí una nueva constelación, o tal vez la cree yo, no lo sé realmente. ꟷSuspiró, sé que me dijiste que no lo haga, porque los humanos apenas pueden comprender las que ya están en el cielo, como para que yo venga y cree unas cuantas nuevas más, pero es que no puedo evitarlo, solo las imagino, y como por arte de magia, ya están ahí, solo es cuestión de unos segundos.

ꟷVoy a decirte la verdad. ꟷ Cordelia tomó asiento a su lado, y como acto de amor maternal, comenzó a acariciar sus cabellos. ꟷLo más probable es que los humanos tarden años, incluso siglos en darse cuenta de que el cielo ha cambiado, o tal vez nunca lo noten realmente. ꟷNami la miró sin comprender ¿Acaso le había mentido? ꟷLa realidad es que no quiero que los demás Dioses sepan que mi hija, la Diosa Nami, además de poder controlar un elemento, también puede tejer el firmamento.

ꟷNo sé porque es algo tan malo.ꟷ Nami miró sus manos. ꟷNo sabes cuan difícil es contener este poder, a veces siento que se me escapa de las manos.

ꟷDebes tratar de mantenerlo en secreto, eres poderosa, incluso mucho más que yo, y que cualquier otro Dios que esté hoy con vida, tú puedes darles forma a galaxias enteras, eres la que guía el destino de todos a través de los astros, tus ojos guardan los secretos de la creación. ꟷA Cordelia se le llenaba el pecho de orgullo al darse cuenta de que hablaba de su hija. ꟷ Ya va a llegar el día, en que hasta el mismo universo se incline ante ti para contemplar tus obras.

ꟷ¿Y si no estoy a la altura de este poder que se me ha concedido? ꟷ Nami miró preocupada hacia el cielo. ꟷA veces siento el peso de tanta responsabilidad en mis hombros, y me cuestiono el ¿Por qué yo?

ꟷLo estarás, realmente estoy segura de que algún día lo estarás, y tomaras el lugar que realmente te corresponde. ꟷCordelia sabía que, no podía retrasar más las cosas, aunque por dentro deseaba solo quedarse allí con Nami, sabía que no podían, y era momento de actuar. ꟷPero primero, hay algo que debo pedirte.

ꟷLo sé, lo noté en tu mirada cuando te vi llegar. ꟷNami elevó una pequeña masa de agua, y la arrojó contra una pequeña roca. ꟷSe que algo te preocupa, y sé que has venido porque necesitas algo de mí.

ꟷYa te he hablado infinidades de veces sobre mis hermanos. ꟷ Nami solo asintió, recordaba a la perfección esos relatos. ꟷEstos últimos días, Agnes ha estado un poco inquieta, causando problemas por los demás reinos, así que hoy, me he reunido con ellos, por eso he venido tan tarde hasta aquí.

ꟷ¿En qué puedo ayudarte?ꟷ Preguntó la joven Diosa, despreocupada. ꟷSi hay algo que yo pueda hacer por ti y los demás, no dudes en pedírmelo, si está dentro de mis posibilidades lo haré, y si no, de todos modos, lo intentaré.

ꟷAgnes te ha pedido a ti. ꟷ Soltó Cordelia sin más, no tenía sentido seguir alargando la charla, eso no iba a hacer que Nami se quedara en casa. ꟷNo sé cómo se ha enterado de ti.

ꟷHay algo que nunca te he dicho, pero he visto a tu hermana, la Diosa Rebel un par de veces por aquí, creí que no estábamos haciendo nada malo, ya sabes, a veces añoro tener un poco de compañía, y ella es buena observando las estrellas y escuchando. ꟷNami se sentía mal por haberle ocultado algo así a su creadora, pero ya estaba hecho, y ahora solo tenía que asumir su culpa, y hacerse responsable de sus decisiones. ꟷTal vez ella se lo ha dicho, me di cuenta de que no es tan buena para guardar secretos.

ꟷDime que no le has dicho que puedes controlar las estrellas Nami. ꟷCordelia sintió el terror recorriendo su cuerpo.

ꟷNo, tranquila, te prometí que no se lo diría a nadie jamás, y no lo he hecho. ꟷLa diosa del agua asintió aliviada.

ꟷAgnes tiene un hijo, a creado a uno igual que ella.ꟷ Nami escuchó con curiosidad, sin perderse ni un solo detalle. ꟷHa pedido tu mano, quiere que seas su compañera.

ꟷ¿Cómo seré la compañera de alguien que ni siquiera conozco? ꟷNami soltó una dulce risita. ꟷAdemás, somos Dioses, no estamos hechos para el amor, al menos no el amor de ese tipo.

ꟷDebes fingir que sí, debes fingir que puedes sentir amor por él, los humanos lo hacen todo el tiempo, no debe ser tan difícil. ꟷCordelia sonrió de costado. ꟷVoy a enviarte con ella, y deberás observar, todo lo que dice, o hace, confío en que vas a poder descubrirlo.ꟷ Cordelia se levantó de donde se encontraba sentada y comenzó a andar sin rumbo alguno por el pequeño y hermoso templo. ꟷSe que nunca has salido de aquí, y que tal vez te asuste lo que hay allí afuera, pero estoy segura de que puedes hacerlo Nami, el mundo depende de ti.