Cordelia se quedó quieta en el lugar, viendo como Nami y Agnes se alejaban, por primera vez en su vida, no estaba segura de estar haciendo lo correcto, no estaba segura de sí había tomado una buena decisión. Sabía que no había más opciones, sabía que, si no le daba a su hermana lo que quería, no iba a poder ganar tiempo, no iba a poder encontrar una solución a todo lo que estaba pasando, pero, sin embargo, no podía dejar de escuchar esa voz dentro de su cabeza que le repetía que todo era un error. Cordelia sentía que había enviado a su hija al mismísimo infierno.
No había tiempo que perder, no podía volverse débil justo en un momento así. Estaba tan aturdida, tan conmocionada por la situación que hasta casi se le pasa un detalle muy importante, Agnes había utilizado un carruaje para volver a su reino. Agnes, la diosa del fuego, no había utilizado su magia para moverse, se había movido como una simple humana más y eso, la dejaba mucho más confundida.
—Debemos ir al reino de Tierra. —Soltó Cordelia, apenas descendió del monte de los elementos y se acercó a sus soldados. —No hay tiempo que perder, no podemos demorarnos ni un solo segundo más, se vienen días muy duros.
—Iremos primero, y avisaremos de su llegada. —Respondió uno de sus soldados. ꟷ
—No, iré yo primera, puedo llegar más rápido, los veo allí. —Y sin perder más tiempo, Cordelia se acercó a un pequeño lago que había en el lugar. La superficie de este comenzó a temblar, como si hubiese reconocido la presencia de la Diosa del Agua, y estuviera deseoso de ella. ꟷ Llévame con él. ꟷ Susurró Cordelia, tocando con sus dedos suavemente la superficie del lago. Al instante, el agua comenzó a brillar, iluminando todo lo que estaba a su alrededor. Poco a poco, en el centro, comenzó a formarse un remolino, sus aguas se movían en calma, haciéndose cada vez más y más profundo.
Ante la vista de todos, la Diosa Cordelia dio un paso hacia adelante, y el agua comenzó a envolverla suavemente, arrastrándola a un viaje silencioso. Cordelia no sentía miedo, no sentía frio al estar rodeada de tanta agua, solo sentía calma, se sentía en casa, y se movía por las corrientes tranquilamente, porque las conocía a la perfección.
Cuando sintió que el agua ya no estaba a su alrededor, abrió los ojos, y se encontró en el medio del bosque, rodeada de raíces y arboles gigantes, Astor la esperaba, como si ya supiera que es noche ella vendría por él.
ꟷTe tardaste un poco, llevo un rato esperándote. ꟷSoltó Astor, y se acercó a ella, para sujetarle ambas manos en muestra de apoyo. ꟷ¿Ya se ha llevado a Nami verdad?
ꟷSi, ya se la ha llevado, y no sabes como me arrepiento por ello. ꟷCordelia buscaba en los ojos de Astor alguna respuesta, necesitaba que alguien le dijera que hacer, o por donde empezar al menos. ꟷEs la primera vez en toda mi existencia que no se qué es lo que debo hacer, ni siquiera cuando nuestro padre murió estuve tan perdida como ahora.
ꟷLas emociones te están ganando Cordelia, no dejes que te controlen. ꟷÉl suspiró. ꟷ Trata de pensar con claridad las cosas.
ꟷ¿Crees que no lo he hecho?ꟷ Soltó Cordelia alejándose de él con indignación. ꟷSi no le entregaba a Nami como lo pidió, estoy segura de que hoy mismo ella hubiese iniciado una guerra, y ¿Sabes lo que eso significa? ¿Sabes cuánta gente inocente moriría? No puedo ser así de egoísta, no puedo pensar solo en mí. ꟷ Hubo un silencio. Cordelia respiró profundo y continuó. ꟷ Ahora ya está, Nami está con ella, y confió en que va a conseguir información que nos ayude a destruirla y acabar con esto de una vez, pero ¿Ahora qué? ¿Cómo logro sacar a Nami de allí? ¿Una guerra? Estoy segura de que eso es lo que ella busca, que nosotros iniciemos el conflicto, para luego acusarnos en todos los reinos, y quedar como la inocente y pobre Agnes.
ꟷLo sé, también creo que ella busca eso. ꟷAstor pateó una pequeña rama que había en el suelo. ꟷPero Cordelia, si no queda de otra, si el mundo tiene que arder una vez más para terminar con este problema de raíz, sabes que cuentas conmigo ¿No?
ꟷ¿Sabes qué? El hecho de que me hayas ocultado algo tan delicado, y que Agnes lo haya usado hoy para fastidiarme, no me hace creer que cuento contigo. ꟷEl Dios de la Tierra la miró, medio aturdido. ꟷTeníamos pocas reglas que seguir, y ustedes no fueron capaz de cumplirlas.
ꟷVeo que ya te enteraste de Kaela, no tengo ni idea de cómo lo supo Agnes.ꟷ Astor sonrió. ꟷ No tengo que darte explicaciones Cordelia, las cosas que pasan en mi reino, solo me incumben a mí, no me gustaría pelear contigo por algo así, considero que tenemos problemas más importantes ahora.
ꟷEsto no se trata de algo que pase solo en tu reino y ya, acordamos que no compartiríamos nuestro poder con simples mortales. ꟷCordelia cubrió su rostro con ambas manos, como muestra de toda la frustración que estaba acumulando.
ꟷNo todos tenemos la habilidad que tú tienes para crear una nueva Diosa. ꟷSoltó Astor. ꟷPorque se, que algún truco hay detrás de todo eso, a mí no me vas a engañar fácilmente.
Cordelia hizo silencio, no podía decirle a Astor la verdad, no podía darle las verdaderas razones.
ꟷEste es mi reino Cordelia, este es mi poder divino, y yo decido que hacer con él, nuestro padre me lo concedió a mí, tu encárgate de tus cosas. ꟷAstor se acercó a ella, imponente. ꟷNo puedes controlar todo, no te debemos ningún tipo de explicación, somos tus iguales, respeta eso.
ꟷEsta bien. ꟷLa Diosa del Agua lo miró desafiante. ꟷPero cuando todo este asunto se te salga de las manos, no quiero que vengas a mi pidiéndome ayuda, y con respecto a Nami y su creación, tu mismo lo acabas de decir, es mi reino, son mis asuntos.
Ambos Dioses se quedaron en silencio, los ojos de Cordelia reflejaban frío y serenidad, como un lago en invierno, y Astor, solo la observó, con la firmeza de una montaña.
Ninguno dijo ni una sola palabra más.
Las aguas y las rocas parecían estar midiendo fuerzas en alguna parte del mundo, igual que ellos. Sus miradas eran tan distintas, más cuando chocaban en ese duelo silencioso que parecía sacudir el aire. Cordelia mantenía la calma, como la superficie tranquila de un océano, que en realidad esconde mil tormentas, y Astor, quieto, solido, inquebrantable, como si nada pudiera moverlo.
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Editado: 15.05.2025