Capítulo 9

—¿Cordelia? — Rebel llamó a su hermana en apenas un susurró, le preocupaba un poco saber en qué estado la encontraría. — Me informaron que llevas dos días aquí dentro, y no has dormido ni unos pocos segundos desde entonces. ꟷRebel esperó unos instantes, pero no recibió ningún tipo de respuesta. ꟷ Entiendo que es un momento difícil para ti, pero ¿No crees que esto es muy extremista?

La diosa Cordelia, estaba sentada en el suelo, en el centro de la pequeña habitación, mirando un gran cuenco lleno de agua, la cual parecía estar removiendo con las manos.

—Rebel, si vas a estar aquí, haz silencio, no me dejas escuchar. —Cordelia ni siquiera levantó la vista, estaba muy interesada en lo que sea que estuviera haciendo.

—¿Estás buscando en tus recuerdos? —Preguntó Rebel, curiosa, acercándose más a ella. En el agua se podían ver reflejados miles de escenas. Cordelia caminando junto al mar, Cordelia con su padre sentados en un gran acantilado mirando el horizonte sin decir ni una palabra, Rebel bailando mientras Astor la trataba de imitar y Agnes los observaba desde lejos. — Vas a quedarte exhausta sino descansas un poco al menos, no quiero ni imaginar toda la energía que estás consumiendo para poder hacer esto.

—Se que en alguna parte está la respuesta a todo. —Cordelia miró a Rebel, y la joven Diosa del Aire notó los ojos cansados, pero esperanzados que ella tenía en ese momento. —Estoy segura de que nuestro padre me lo dijo, claro que sí, claro que lo hizo, lo sé.

—¿Qué cosa? —Preguntó Rebel, curiosa. ꟷ¿Qué cosa te dijo él?

—No te lo diré. —La respuesta de la Diosa del Agua fue clara. —No puedo arriesgarme a que vayas por ahí, divulgando algo tan importante, no esta vez, no hay lugar para errores.

—Bien, me iré entonces de aquí. — Rebel se sintió ofendida, porque, aunque ella supiera que Cordelia tenía razón, de todas maneras, no podía evitar sentirse herida por sus palabras. —Volveré a mi reino, y me quedaré allí, hasta que ustedes terminen de una vez con todos sus asuntos. —Cordelia la ignoró por completo y siguió moviendo las aguas dentro del cuenco. —Estoy tan cansada de mi existencia. —Y sin esperar un segundo más, Rebel se marchó.

—Estoy tan casada de mi existencia… —Cordelia repitió las mismas palabras que Rebel había soltado segundos atrás. —Cansada de mi existencia. — Repitió, y como por arte de magia, las respuestas llegaron por si solas a su mente.

“Estoy tan cansada de mi existencia”.

Las imágenes en el agua fueron claras, una Cordelia del pasado, buscaba a su creador en la cima de un glaciar, el frío y el viento helado le golpeaban la piel, pero estaba segura de que allí lo encontraría, porque él, solía frecuentar ese sitio por esas épocas.

—Ten cuidado por dónde caminas. —La voz de su Dios no la sorprendió en absoluto.

—Tranquilo, nada va a pasarme. —Soltó ella, pegando un pequeño saltito, para así evitar pisar una grieta que se estaba formando en el glaciar.

—Eso ya lo sé, no lo decía por ti. —Soltó divertido él, observándola desde el borde del inmenso bloque de hielo. —Puedes dañar el glaciar, y tal vez se desprenda una parte que no estaba pactada por tu culpa. —Sonrió, y Cordelia miró ofendida la masa de hielo que había bajo sus pies.

—Es solo un glaciar. —Sonrió. —De todas maneras, voy a tener cuidado, no te preocupes.

—¿Que te trae por estos lados? No pensaba verte hoy. —Preguntó su padre, mirándola fijamente. —A ti no te gusta el frío, eres más de los pequeños lagos en un día de primavera.

—Me atrapaste. —Cordelia sonrió.

ꟷDime que sucede. ꟷ Pidió él, haciendo un movimiento con las manos, invitándola a que comenzara a hablar.

ꟷHe venido a verte porque me preocupa Rebel, hoy tuvo uno de esos días en los que dice odiar ser una Diosa. —La Diosa del Agua pensó unos instantes antes de continuar hablando. —"Estoy harta de mi existencia" eso fue lo que expresó, y me temo, que sea cierto lo que ella dice.

—Mi pequeña Rebel. — El creador del mundo observó a Cordelia unos segundos, a ella se le notaba en la cara lo mucho que le preocupaba ese asunto. —Rebel es aire, Rebel es libertad, rebeldía, cuando observes a alguien que luche por ser escuchado, cuando alguien levante la voz para exponer sus ideas sin importarle lo que los demás piensen, ahí está ella.

—Lo sé, pero a veces me da miedo. —Suspiró. —Me asusta que ella esté diciendo de verdad todas estas cosas.

—Claro que lo dice de verdad. —Él soltó una carcajada. — Pero no va a hacer nada, no tienes que preocuparte, porque créeme, que, si Rebel hubiese querido dejar de existir, hace mucho que ya lo hubiese logrado, esa chiquilla, es mucho más inteligente que todos nosotros, y, supongo que eso es mi culpa.

—No, tú no tienes la culpa de nuestras elecciones o pensamientos. —Soltó Cordelia. —Si, tus nos creaste, pero nosotros siempre hemos tenido la libertad para elegir, y pensar.

—Piénsalo así. — Cordelia lo escuchó atentamente. —La esencia de Rebel es aire puro, de ahí su libertad, su inteligencia, sus ganas de querer saber y ver todo, Astor es tierra, firme, inquebrantable, esfuerzo. — Cordelia asintió. — Tu eres el agua, sentimientos, flexibilidad, y, luego esta Agnes, ella es fuego, arrebato, iniciativa, orgullo... —El suspiró. —Les di demasiado de una sola cosa, tal vez me equivoqué.

—No. —Cordelia se apresuró en responder. —Discúlpame, no quería hacerte sentir de esa manera.

—No te preocupes por nada. — Pidió y la Diosa del agua solo asintió. — Y no te preocupes por Rebel, que ella estará bien, se lo que pasa por tu mente, te preguntas a cada rato si existe una posibilidad de que Rebel dejara de existir. —Cordelia lo miró sorprendida ¿Cómo era posible que lo supiera? —La respuesta es sí, claro que sí, existe una daga, pero, te aseguro que, no será usada en ella.

—Entonces. —La curiosidad le ganó y no pudo evitar preguntarle. — ¿Solo uno de nosotros podrá morir?

—No, todos ustedes pueden hacerlo si así lo quisieran. —Respondió su padre, mirando hacia un pequeño bloque de hielo que empezaba a desprenderse. — Solo deberían crear otra daga.