La última salida con Aidan había dejado confundida a la joven diosa. Por un lado, él parecía completamente ajeno a todo lo que estaba pasando a su alrededor. Se veía tan despreocupado, como si no supiera nada de lo que su madre estuviera planeando. Incluso, Nami se arriesgaba a creer que él solo era una víctima más. Pero, algo dentro de ella esperaba que esto no fuera así. En el caso de que Aidan fuera el cómplice de Agnes, iba a ser más fácil enfrentarlo, iba a ser más fácil odiarlo, y si el momento llegaba, no le dolería tener que acabar con él.
—Piensa con claridad Nami, no te dejes engañar. — Se dijo a sí misma, con la mirada perdida en algún punto fuera del palacio. Su madre le había encomendado una misión, y ella quería cumplirla, pero, aunque intentaba prestar atención a cada palabra, a cada gesto, cada vez que estaba con Aidan, sabia que eso no era suficiente. Tenía que salir, era necesario ver y escuchar más. Solo había dos problemas, el primero era que no quería levantar sospechas, si parecía demasiado curiosa, si se mostraba fuera de lugar, Agnes lo notaría. Lo segundo, no sabía como hablar con la gente, había estado tanto tiempo sola que, relacionarse con alguien más no era algo que ella supiera hacer bien.
Decidió que ya no podía seguir perdiendo en tiempo, ya no había espacio para dudas. Su madre confiaba en ella, y, aunque le parecía demasiado tener que cargar con el peso del mundo en sus pequeños hombros, era su destino. Desde el momento que Nami fue creada, había una razón, había un propósito. Su existencia no era un simple capricho de Cordelia, más bien era una pieza clave en el equilibrio del mundo.
Tenía miedo, eso era algo que Nami debía admitir. Le temía un poco a Agnes, temía por lo que pudiera llegar a pasarle. Si, ella era fuerte, lo sabía, y, aunque nunca había tenido la necesidad de usar sus poderes elementales, los sentía vivos dentro de ella a cada instante. Entonces... ¿Por qué ese temor? Quizás porque no conocía los límites de Agnes. Luchar contra lo desconocido siempre es más aterrador que luchar contra lo evidente.
Además, otra cosa que la inquietaba era el hecho de que no había visto ni una sola vez a Agnes desde el día que había llegado al palacio, y eso, no sabía si era algo bueno o algo terrible.
Con pasos firmes y decididos, la joven diosa dejó su habitación, y a los pocos minutos ya se encontraba caminando por los jardines exteriores. Aidan le había dicho que su prisión no era su habitación, era el palacio, así que, ella asumía que podía moverse por sus alrededores sin consecuencias.
Nami caminó por un pequeño sendero de algún tipo de piedra negra, brillante, en donde podía ver su propio reflejo. Se detuvo a observar por unos instantes el gigante castillo que había dejado atrás, era majestuoso, pero un poco aterrador. No lo había notado antes, pero, esculturas de criaturas antiguas vigilaban desde las alturas, y las flores en los jardines parecían más decorativas que vivas.
—Buenas tardes. — Saludó, a un par de soldados que cuidaban una de las entradas del palacio, pero estos la ignoraron por completo. Era como si su existencia allí no valiera nada. No esperaba que todos se inclinaran ante ella, o la adorarán, sabía muy bien el papel que cumplía en aquel lugar, pero al menos, esperaba un mínimo de cortesía.
—Buenas tardes. — Una voz femenina le respondió, justo cuando Nami ya daba por perdido el hecho de conversar un poco con alguien. —¿Eres nueva aquí?
—Si, yo... —Nami lo pensó por un instante ¿Estaría todo el reino al tanto de quien era ella? ¿Todos seguían algún plan que Agnes había trazado? Quizás no era así, y solo eran simples mortales. — Soy Nami.
—Eres Nami. — La mujer la miraba con cierta curiosidad. — ¿Qué te trae por este reino? — Preguntó directa, porque se moría de intriga, y no tenía mucho tiempo. — Por cierto, soy Elena.
—Visitas diplomáticas. — Mintió, porque le parecía lo correcto en aquel momento. Aunque mentir no era algo que a ella le gustara, solo que a veces la situación lo ameritaba. — Soy hija de la Diosa Cordelia. —Elena sabía perfectamente quien era Nami, y por eso, odiaba verla cerca de Aidan. —Solo estoy aquí para trabajar en conjunto a Agnes, y que la paz siga reinando en este mundo.
—Me conmueves. — Dijo con exageración, llevando ambas manos hacia su corazón. Ella sabía que Nami mentía, eran pocos los que no se habían enterado ya de la Diosa que Agnes tenía encerrada en palacio. — Iré directo al grano porque realmente no tengo mucho tiempo. ꟷ El tono de su voz cambió. ꟷAyer te vi caminando junto a Aidan, digamos que justo pasaba por un lugar, y ustedes dos iban muy animados conversando.
—Ah sí. —Nami sonrió, sin entender muy bien que tenía que ver eso con la conversación que estaban teniendo. —Me mostró un lugar muy hermoso.
—¿Qué tipo de relación tienes con él? — Preguntó Elena, exigiendo respuestas de manera inmediata. —Digo, eres nueva aquí, y entiendo todo eso de que eres una princesa, pero ¿Por qué pasas tiempo con él?
—Bueno. — Todo aquello tomaba por sorpresa a Nami. Dio varios pasos hacia atrás, la actitud de la chica la incomodaba y no entendía porque de repente estaba siendo interrogada. — Ambos somos hijos de dos Reinas muy poderosas, supongo que es por eso, tenemos algo en común. ꟷRespondió, intentando sonar neutral.
—¿Son familia verdad? — Preguntó. Sin quitarle los ojos de encima.
—No exactamente, nosotros no funcionamos como los humanos, no compartimos la misma sangre, fuimos creados a partir de un elemento, no concebidos. —Explicó Nami, con calma, entendiendo la confusión de la chica.
—Bueno, entonces creo que es importante que sepas que Aidan y yo tenemos una relación. — Silencio. Nami no dijo nada, aquello la tomó por sorpresa, él nunca la había mencionado. — Él prometió cuidarme y estar para mí toda la vida, por lo tanto, ayer cuando te vi con él, me incómodo y me sentí traicionada.
—¿Aidan y tu son pareja? — Preguntó Nami, de manera tranquila. No debía importarle algo así, ella estaba en aquel lugar con una misión, y eso era lo único que debía tener en mente. — De verdad me alegro tanto por ustedes, se nota que te importa demasiado.
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Editado: 15.05.2025