Legado navideño

- CAPITULO 2 -

Adara 7 años

Ya es de nuevo navidad y mamá y papá me llevan con la señora Claus, ellos trabajan en la gran fábrica de la villa, es donde se realizan los regalos para los niños del mundo. Todos los años trabajan mucho y no hay quien me cuide, así que me puedo quedar con la señora Claus hasta navidad.

-Hija, te acuerdas de hacerle caso a la señora Claus -me advierte mi mamá antes de llegar a la fábrica.

-Si.

-Y que comas bien -sigue mi padre.

-Si.

-Y no olvides de que si cocinas no te acerques al horno.

-Si.

Nos acercamos a la entrada y saludamos a Lucas el señor de la puerta, siempre está ahí cada navidad, caminamos por dentro de los pasillos y corro hacia el salón y doy una vuelta, me encanta hacer eso cada vez que vengo ¡El salón es gigante! Mi mamá me vuelve a agarrar de la mano y pasamos saludando a algunos duendes, llegamos a la parte restringida, en donde está la casa de la señora Claus y de Santa Claus.

Mi mamá toca la puerta y con una gran sonrisa la señora Claus.

-Buenos días señora -saluda mi mamá.

-Hola -saludo también.

-Un gusto verlas de nuevo, -saluda la señora Claus- pasa Adara

-Gracias -paso y me dirijo al sillón de la pequeña sala.

-No es ninguna molestia, -escucho hablar a la señora Claus a lo lejos- me encanta cuidarla, ve tranquila a trabajar... feliz día a ti también -cierra la puerta y se dirige a donde estoy yo- ¿como has estado? llevamos tiempo sin hablar.

-Bien, aunque mis padres no me dejaron nuevamente ir a la escuela este año.

-Es curioso, voy a hablar con ellos, tal vez tu familia ha trabajado con nosotros por años, pero debes estudiar... Bueno, mejor hagamos algo más divertido, ¿quieres hornear galletas para Santa?

- ¡Si! -salto del sillón.

-De acuerdo, vamos, Santa le encantan tus galletas -me agarra de la mano y me lleva a su cocina.

Aquí no hay ningún duende trabajando, me gusta aquí, se siente bien. En casa me ponen a estudiar y aprender algunas cosas sobre ¿los niños del mundo? creo que si, nunca me he aprendido mucho, solo que hay lugares que se llaman países y que cada uno tiene nombre, ¡son muchos! pero dicen mis padres que para ser como ellos es necesario aprenderlos, no lo creo pero aun así lo intento.

Con la señora Claus puedo hacer cosas diferentes cómo hornear, bueno hacer masa para galletas y decorarlas, aún no me deja acercarme al horno, solo los grandes pueden, aunque dice que hará una excepción por mí y me dejará usarlo a los doce años.

Tomamos los ingredientes para las galletas, colocamos mantequilla y azúcar y lo batimos, agregamos la harina y mezclamos, agregamos leche, luego un ingrediente secreto, le agregamos algunas chispas de chocolate y anicio, de hecho es mi idea y le encanto a la señora y Santa Claus.

Con moldes le dimos formas y la señora Claus tomó la bandeja con la masa y la metió en el horno, ahora la parte más aburrida, esperar.

Esperé por algunos minutos, pero me aburrí, la señora Claus no se donde estaba, pero yo quiero ir a explorar un poco. Salí de la casa y empecé a ver todo lo que había, primero vi la oficina de Santa, pero estaba cerrada con llave, seguí caminando y encontré un lugar en donde salió un duende.

Dudé un poco, pero cuando abrí la puerta encontré la cocina de la fábrica, nunca me han dejado entrar aquí, ¡Es increíble! nadie se dio cuenta que entre, me dirigí a ver donde decoraban algunos duendes las galletas, lo hacen muy bien. De la nada siento que alguien me agarra del brazo.

-Adara, no te vayas así me asustaste -dice la señora Claus.

-Lo siento, me aburrí y encontré este lugar ¡Es muy bonito! -levanto los brazos y doy una vuelta- me gustaría estar aquí.

-Cuando seas más grande podrías llegar a estar aquí.

- ¿De verdad?

-Si.

- ¡Si!

-Bueno, ahora que tal si regresamos.

-No... tardan mucho las galletas.

-De acuerdo, que tal... ¿Quieres recorrer rápido la fábrica?

- ¡Si!

-Bien, vamos -la tomo de la mano y ella me guía fuera de la cocina- Empecemos por aquí... -bajamos las gradas y me guía del lado derecho- no es muy especial aquí, tan solo es el comedor, aquí vienen los duendes a la hora de comer, -seguimos caminando por el pasillo y me lleva a un lugar en donde solo hay algunos duendes- aquí es la sala de empaque.

- ¿Por qué hay tan pocos duendes?

-Solo vienen algunos para ver los empaques, miran los colores del papel y cosas así, vienen más los días antes de navidad, es cuando se empacan todos los regalos.

- ¡Wow! -caminamos un poco más-

-Y por aquí es donde le colocan las cajas a los juguetes -caminamos aún más- y aquí fabrican a todos los juguetes -veo a los duendes de esta sala.

- ¡Son muchos duendes!

-Si, ellos trabajan desde hoy hasta navidad.

- ¡Ahí está Santa! -señalo a su dirección.

-Si, él está viendo el diseño de los juguetes de este año.

- ¿Podemos saludarlo? -Volteo a ver a la señora Claus.

-No podemos, él está ocupado, pero llega en un rato, le he dicho que cocinaremos galletas y me dijo que le encantaría comer algunas.

- ¿En serio?

-Si -sube y baja la cabeza.

- ¡Vamos por las galletas! -agarro su mano y la jalo para volver a la casa de la señora Claus.

Llegamos y me quedé esperando en la mesa de la cocina, la señora Claus regresó con algunos utensilios para decorar las galletas y fue a ver el horno.

-Bien, ya podemos decorarlas -me dijo la señora Claus cuando las galletas estaban más frías.

- ¡Si! -agarré la manga pastelera y empecé a decorar las galletas, les dibujaba caritas, les ponía muchos colores, ¡También dibuje a Santa! Me encanta estar aquí.

-Listo, ahora esperemos que se enfríen un poco más y podremos comerlas, ¿Quieres ver televisión?

- ¡Si! -Levante las manos.



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En el texto hay: fantasia, navidad, distopia

Editado: 24.11.2023

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