Legado navideño

- CAPITULO 4 -

Santa Claus

Sonó mi alarma como de costumbre, con todas mis fuerzas que pude me levante, desde hace pocas semanas he empezado a experimentar dolores en la parte baja de la espalda, se que llevo ya muchos años a cargo, pero aun quiero seguir algunas navidades más alegrando a los niños de cada lugar del mundo.

Apago la alarma que aún sigue sonando, me dirijo a mi armario y me coloco un saco limpio como cada día, además tomó mi bastón, no muchos saben sobre esto, pero desde hace un tiempo corto que lo he empezado a usar, me hace ver viejo es por eso que no lo uso en público. Recorro el pequeño pasillo que lleva de mi habitación a la cocina, en donde encuentro a mi hermosa esposa.

-Buenos días amor -le doy un delicado beso en su mejilla.

-Buenos días cookie -me saluda con mi apodo que ha usado desde que somos jovenes, que por supuesto también esto es privado, debemos de mantener toda la formalidad posible ante el pueblo.

-Que delicioso aroma ¿Que cocinas hoy? -Me acerco a la estufa para observar el platillo de donde proviene ese aroma tan delicioso.

-Solo un omelet de carne con queso y tomate, acompañado de algunas salchichas.

-Pero si lo haces tú, todo siempre es delicioso.

-Lo romántico nunca se te quitará.

-¿Es malo o bueno?

-Es excelente.

Nos sentamos a desayunar como cada mañana, luego Lucia fue a dirigir la cocina, siempre le ha encantado estar ahí, no ha dejado a nadie dirigir la cocina ni un solo día, es tan linda como terca y testaruda, por mi parte me encamine a revisar los últimos detalles antes de media noche, ya es día 24, tenemos el tiempo contado, no todo el mundo tiene el mismo horario.

Revise desde el trineo y los renos hasta la lista de los niños, no puede haber ningún fallo, entro a mi oficina para repasar la ruta de este año, consecutivamente a sido la misma por años, la ruta se modificado con tan solo unos pequeños detalles son pocos los años en los que alteramos la ruta.

Estoy terminando de revisar la ruta cuando empiezo a toser descontroladamente, la parte superior e inferior de mi espalda empieza a doler con intensidad, me embroco sobre mi escritorio, el dolor es insoportable, mi vista esta se empieza a nublar y no puedo escuchar bien, con un poco de esfuerzo puedo visualizar a una persona entrar quien corre a mi socorro.

-... ta ¡Santa! -logro escuchar mientras la tos comienza a cesar.

-Gracias -logro formular después de un tiempo.

-¿Ya se encuentra bien? ¿Necesita algo? ¿Quiere agua? -comienza a formular preguntas muy rápido sin un intermedio para contestar.

-Si, ya me encuentro bien Adara, no te preocupes, ¿necesitabas algo? -como Santa Claus y como gobernante de este lugar aun teniendo dificultades, mi deber es resolver los problemas de ellos.

-Solo quería decirle que hice galletas, -coloca una de sus manos en la cabeza de forma tímida- pero ¿está seguro que no necesita algo? -Esta chica es amable, se preocupa lo suficiente por las personas y sin olvidar que cocina deliciosas galletas, con toda certeza es la única a quien Lucia le dejaría a cargo la cocina y no es para menos.

-Estoy perfecto, aunque no me harán daño unas galletas antes de seguir con mis deberes.

-¡Bien! la señora Claus ya está comiendo galletas.

-Entonces hay que apurarnos para que no nos deje sin galletas.

La sigo hasta llegar a mi casa, abre la puerta y me deja pasar primero, llegamos y definitivamente Lucia ya esta disfrutando de las galletas de Addy, pruebo una galleta, Lucia le ha enseñado muy bien a cocinar.

-Están deliciosas Adara -Le sonrió.

-Gracias Santa ¡Casi se me olvida! -Adara sale de prisa hacia la puerta y toma su bolso- debo ir a comprar algunas cosas al pueblo para esta noche ¡Los veo luego!

-¡Hasta luego Adara! -nos despedimos al mismo tiempo con Lucia y ella cruza la puerta y se va.

-Es muy buena chica amor -comento antes de empezar a toser de nuevo.

-¡Amor! ¡Siéntate! ¡Siéntate! -Me empieza a ayudar Lucia.

-Estoy bien amor, ya pasó -le digo sin importancia.

-No, no estás bien, necesitas descansar ya, has cargado con este trabajo por muchos años.

-No, aún puedo.

-Tal vez hoy, pero ¿dentro de un año? ¿crees poder?

-Amor...

-No, amor nada, es hora de dejarlo.

-Pero, no puedo dejar todo solo por así, ¿quien tomará mi puesto? no tenemos a nadie a quien pasar el legado.

-Bueno, tendremos que elegir a una persona al nivel del cargo, tendremos todo un año para pensarlo antes de la próxima navidad, el resto del año te puedo ayudar y tu trabajo ya no será tan cansado.

-Gracias amor.

-¿Qué tal Adara? -comenta de pronto Lucia.

-¿Adara?

-Si, siempre ha sido responsable, sus padres la han entrenado en casi todas las áreas, tristemente le han exigido mucho desde pequeña, ella puede, yo confió en ella.

-Tienes razón, de pequeña una vez me acompañó a entregar regalos, me mencionó que quería ser Santa en ese tiempo, solo espero aun sea así.

-Seguro que sí, pero no olvides de preguntarle siempre -le dice a la persona más despistada que existe, espero no olvidarlo.

-De acuerdo amor.



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En el texto hay: fantasia, navidad, distopia

Editado: 24.11.2023

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