Adara
No quiero levantarme, no quiero saber que esto no es un sueño, yo no puedo, yo no soy capaz de esto, yo solo debo seguir con mi legado, mi única responsabilidad es seguir con el legado de mi familia, no puedo aceptar este cargo, no puedo elegir.
Me arme de fuerza, me levanté de la cama y me arregle luego baje a la cocina para ir a ver que desayunaba hoy, para mi sorpresa mis padres estaban sentados en el comedor, ¿me he levantado tan temprano?
-Buenos días -los saludo y me dirijo al refrigerador, tal vez haya leche hoy.
-Buenos días, no pude felicitarte ayer que estabas ya dormida -habla mi madre.
-¿Felicitarme? ¿para que? -me hago la que no sabe, mientras reviso si sobró algo de la cena.
-¡Ahora serás Santa Claus! -habla mi padre- no es para menos.
-¿Quién les dijo eso? -agarro un pedazo de pastel.
-Ya lo saben todos aquí, debemos aprovechar esto.
-¿Y el legado de la familia? -busco algo más para comer.
-Eso déjalo, eres ¡Santa Claus ahora! -dice mi madre- podrás dirigir todo, esto es muy bueno
-¿Pero y si no quiero? -cierro el refrigerador con un poco más de fuerza de la necesaria.
-No digas eso, nos pondrá en la cima de las familias, lo vas a aceptar.
-¡Pero ma...! -intento reprocharle y ella se levanta de su silla.
-Nada de eso, lo harás -volteo a ver a mi padre que está sentado tomando su café.
-Tu mamá tiene razón, lo debes aceptar.
-¡Esto es injusto! -agarro el pastel y me lo llevo a mi cuarto.
-¡Adara Sorní! -Escucho gritar a mi madre, aun así cierro con toda la fuerza que tengo, la puerta de mi cuarto.
Solo quieren ser la mejor familia aquí, ¡ya lo somos! todos nos conocen, se supone que somos como la mejor familia, pero esto ya es mucho, primero desde pequeña me han obligado a estudiar cada cosa de la fábrica para ser la mejor, no me han dejado tomar ninguna decisión de mi vida, lo único que logré fue elegir que estaría en la cocina.
Ya me canse de esto, no voy a aceptar aunque así deba irme de aquí, quiero tomar mis propias decisiones. No quiero esto ¿alguien pensó en lo difícil que será para mí? No, nadie, ya es veintiséis de noviembre, estamos a nada de navidad, ¡creen que aprenderé a ser Santa en menos de un mes! ¿Porque todos siempre deciden por mí?
Termino de comer mi pastel y me dirijo a la fábrica, aún tengo que ir a trabajar, ya voy un poco atrasada. Salgo de mi casa y paso por un chocolate caliente a mi lugar favorito en la villa.
-Toma Adara -me entrega el chocolate caliente.
-Gracias Julio... aquí está... -le extiendo el dinero, Julio siempre ha trabajado aquí y me conoce casi desde siempre.
-No es nada Adara, un pequeño regalo para festejar que ahora eres Santa -efectivamente todo el mundo ya sabe la noticia.
-Gracias Julio -le doy media sonrisa.
Sigo mi camino hacia la fábrica, en el camino no es negable que muchas personas me felicitaban, son tan amables, al parecer si les agrada que sea su nuevo Santa Claus, los decepcionará, pero... seguiré mejor con el legado de mi familia.
Comienzo a entrar a la fábrica después de saludar a Luis que también me felicito, es extraño todo al entrar a la fábrica, con tan solo poner un pie dentro del pasillo todos me empezaron a dar los buenos días, algo que es muy notable que nadie hacía.
Llego al espacio de reuniones donde no se encuentra nadie y aunque todo se desmorone no dejaré de dar una vuelta aquí, subo las escaleras en donde encuentro a Santa.
-Buenos días Santa -lo saludo.
-Buenos días Ada, ven pasa a la oficina, vamos a comenzar -me señala su oficina abierta en donde ya está la señora Claus.
-Disculpe ¿pero comenzar que? -digo entrando a su oficina.
-Tu entrenamiento -me aclara.
-Disculpa Santa, pero yo no voy a entrenar para nada, no voy a ser el próximo Santa, ni siquiera me preguntaron, yo voy a seguir trabajando como todos los duendes -salgo de su oficina sin dejarlos decir nada más, no quiero ser maleducada, pero no puedo evitar estar enojada.
Sigo el camino, entro a la cocina y me coloco el delantal para ir a decorar galletas.
-Hola -saludo a Dulce quien salta del susto porque estaba decorando tranquilamente una galleta.
-Espera ¿Qué haces aquí? se supone que deberías estar que... ¿siendo un Santa?
-No voy a ser un Santa -tomo una manga pastelera y una galleta- yo no lo quiero ser, nunca me preguntaron que si quería ser, estoy cansada de que los demás decidan por mí.
-Perfecto, toma tus decisiones, no dejes que te mande nadie, pero tengo una duda ¿porque no quieres serlo?
-Sé que no puedo ser buena para eso, no está en mí, yo estoy hecha para estar aquí.
-¿Estás segura? se que serías genial en eso.
-Si, muy segura -digo algo insegura.
-Bien, es tu decisión, entonces mejor empecemos con las galletas que vamos un poco atrasados con el lote de hoy -toma de nuevo su manga pastelera y empezamos a decorar las galletas.
Santa Claus
-¡¿Cómo que no le preguntaste?! -me dice Lucia.
-Se me ha olvidado, -me excuso- además me has dicho que dijéramos el anuncio ya.
-¡Porque me dijiste que te había dicho que si Santa!
-Nunca dije eso.
-Si, hace unas semanas te lo pregunté cuando estabas en la sala.
-¡Estaba viendo televisión! cuando es así no presto mucha atención.
-Bien, ahora debes solucionar esto, o convences a Adara o ve buscando a otra persona más.
-Trataré de solucionar esto -Lucía suspira.
-Me dices que sucede -sale de mi oficina.
Debo solucionar esto cuanto antes.
Adara
Todos me han observado todo el día, creo que piensan que empezaría a ser Santa, seguro ya se enteraran que no lo seré y esta atención se irá, es incomodo que te estén viendo hasta comer. Empiezo a dejar todas mis cosas, hoy ha sido un día largo, solo quiero llegar a descansar. Comienzo a bajar las gradas junto a Dulce.
Editado: 24.11.2023