Legado navideño

- CAPITULO 8 -

 

Adara 10 años

Me levanté de la cama, me arreglé para ir a la escuela y luego bajé las gradas para ir a la cocina por mi desayuno, mamá siempre me lo prepara, me siento en mi silla y encuentro unos huevos revueltos con salchicha y un jugo de naranja. Como lo más rápido posible porque se está haciendo tarde para irme.

Luego de desayunar lavo todo y me dirijo a la entrada a ponerme mis zapatos, mi mamá dice que hay que dejar los zapatos con los que vamos a salir en la entrada, no entiendo porque, no he visto que otras personas lo hagan, pero mamá lo quiere así.

Salgo agarrada de la mano de mi padre, él me va a dejar a la escuela, ahora que es febrero no tiene tanto trabajo y pueden estar un tiempo conmigo, al llegar me despido de él con un beso en la mejilla.

Entro y encuentro a todos en el patio hablando, yo voy solamente con mi mejor amiga Dulce, es más grande que yo, pero no importa nos llevamos muy bien, ella será mi mejor amiga para siempre y eso no cambiará.

-¡Hola! -la saludo.

-¡Hola! pensé que no venias, ya van a comenzar las clases -comienza a sonar el timbre- bueno, hablamos después.

-Si, te veo después -cada una nos fuimos a nuestra aula.

Entro a mi aula y me siento en el escritorio de siempre, dejo mi mochila a un lado de mi y espero que la maestra entre.

-Buenos días chicos -entra la maestra saludando- hoy quiero comenzar con algo diferente, hoy hablaremos sobre trabajos que podemos hacer de grandes -comienza a explicar- Este de aquí es el más común de la villa, trabajar en la fábrica con Santa...

Nos explicó cada trabajo que existe, incluyendo el trabajo de papá y mamá, aunque nunca nos dijo que esos trabajos eran aburridos, a papá y a mamá no tienen mucho tiempo además que es muy complicado.

-¿Se aprendieron todos los trabajos que hay? -pregunta luego de toda su explicación.

-¡Si! -gritamos todos al mismo tiempo.

-Bien, pasaré preguntando y quiero que me digan ¿qué es lo que quieren hacer de grandes? ¿de acuerdo?

-¡Si! -Volvemos a gritar todos.

-Diego ¿qué es lo que quieres hacer de grande? -se dirige al lado derecho del aula.

-¡Quiero ser chef! -responde él enseguida.

-¡Wow! Que bien... ahora... Isabel -la señala a lo lejos.

-¡Yo quiero crear juguetes! -responde después de algunos segundos.

-¡Qué bien! ahora... ¡Adara! ¿Qué quieres ser de grande? -se dirige a mí y yo no dudé ni un momento en mi respuesta. Estoy segura de lo que quiero ser de grande.

-¡Quiero ser Santa Claus! -le respondo.

-¡Wow...! Bien, pero ese no es un trabajo, debes elegir otro -¿Otro? ¿por qué?- piénsalo y me dices después ¿Bien? bueno ahora le toca a... -¿Quiere que elija otro? pero si ser Santa es genial! yo quiero serlo cuando sea grande y nadie cambiará eso.

Luego de sus clases seguimos con arte, luego matemáticas y así todo el día hasta la hora de recreo. Cuando sonó el timbre todos salimos a comer. Yo me senté debajo de un árbol junto a Dulce que también salió a comer, siempre nos sentamos aquí, es nuestro lugar favorito en la escuela.

Hablamos por un tiempo hasta que llegaron unos niños, junto a alguien nuevo Ossian, no tiene mucho tiempo que llego, es un chico de cabello negro y su piel es clara, es de una familia del centro de la ciudad, mis padres son amigos.

Lo han dejado venir a la escuela hasta ahora, pobrecito, sus padres no lo dejaban venir como a mi, por suerte ahora ya puede hacerlo.

-¡Miren! -dice uno de los niños- es la niña que cree que podrá ser Santa -se comienzan a reír todos menos Ossian.

-¡Hey! no le digan eso -grita Ossian.

-¿Pero de qué lado estás? -le pregunta el niño que habló primero.

-Tiene razón -dice Dulce- dejenla en paz.

-Pero si es verdad, nunca podrás ser Santa, nadie lo puede ser, además los Santa Claus son hombres y no mujeres -luego de eso empiezan a irse.

-Lo siento -dice Ossian antes de seguirlos.

-No les hagas caso, son unos perdedores -me dice dulce y yo asiento con la cabeza.

¿Por qué no puedo ser Santa? todos ellos no saben nada, papá y mamá sí lo sabrán. Luego de algunas clases más al fin sonó el timbre para poder irnos, agarre mi mochila y comencé a salir, aunque los niños aun me miraban y se reían. Corrí más rápido cuando vi a papá y a mamá.

-¡Hola! -los abrazo.

-Hola, vamos -dicen papá y agarro una mano de cada uno.

Caminamos tranquilamente y mis padres hablando entre ellos mientras yo veo todas las casas.

-Mamá, papá... -comienzo a hablar

-¿Qué sucede? -pregunta mamá.

-Es que... quiero ser de grande Santa Claus ¿verdad que si se puede ser Santa? -ellos comienzan a reírse.

-Pero qué ideas -dice papá.

-Hija, eso no se puede, es una tontería, no, no, definitivamente no -dice mamá.

-¿Por qué? -pregunto.

-Son solo tonterías que piensan ahora que eres niña, de grande te darás cuenta que no es así, lo único que puedes ser es como mamá y papá.

-Si hija, tu mamá tiene razón, es completamente una tontería.

-¡No! No lo es.

-Si, si que lo es.

-Santa Claus -dice mamá y suelta una pequeña risa- ya se te quitaran esas tonterías -es lo último que decimos y seguimos caminando.

Al llegar a casa le digo a mis padres que iré a mi cuarto a estudiar, salgo corriendo y me encierro me tiro a mi cama, abrazo mi almohada y comienzo a llorar. Sé que puedo ser Santa Claus ¿Porque todos dicen que no? Santa me dijo que si era lo que quería lo podía hacer algún día.

Pero ¿será verdad lo que dice mamá? solo es una tontería y de grande todo será diferente, tal vez sí lo sea y yo solo estoy imaginando algo que no se puede hacer, creo que mejor será ser como madre y padre, ya no se burlaran de mí si soy como ellos.

Si, será mejor.



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En el texto hay: fantasia, navidad, distopia

Editado: 24.11.2023

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