Legado navideño

- CAPITULO 10 -

 

Adara

Comienzo mi rutina un poco más feliz de lo normal, hoy decidí cambiar un poco las cosas y elegí comprar un té en lugar de un chocolate, si un gran cambio, pero para mí si, casi nunca, si no es que nunca he salido de mi rutina que la tengo desde que soy adolescente. A parte no dejaré de amar el uniforme que ahora uso ¡me encanta!

Sigo el mismo camino a la fábrica, al llegar  puedo ver como hoy ya hay más duendes trabajando, al parecer ya todas las áreas se ocuparon por los trabajadores, llego al salón de reuniones doy mi magnífica vuelta de siempre y voy directo a la oficina de Santa.

-¡Buenos días! -saludo alegremente a Santa.

-Buen día Ada, -saluda él también desde su escritorio- ¿ya desayunaste?

-Si, -asiento también con la cabeza- ya estoy lista para empezar.

-Bien, comencemos hoy te llevará más tiempo lo que aprenderás hoy -se levanta de su escritorio y me abraza por los hombros para guiarme.

-¿Qué haremos hoy? -pregunto con ¿emoción? ¿desde cuándo no me emociono por algo? salgo de la oficina junto a él.

-Con lo primero que se hace en esta fábrica, los juguetes -empezamos a bajar las gradas.

-Ok -le digo algo asustada- ¿Que debo hacer en la fabricación de juguetes?

Empezamos a llegar al salón de reuniones, pero notamos que hay muchos, pero muchos duendes obstruyendo el paso. ¿Cuándo llegaron hasta aquí?

-¡Ella no debería estar ahí! -grita uno. ¿Pero qué sucede?

-¡Si! ¡Ella no merece ese puesto! -sigue una chica y se empiezan a escuchar más voces.

-¡Un duende tan normal no debe de estar ahí!

-¡Solo tiene diecinueve años! ¡No podrá dirigirnos!

-¡No es justo! -grita uno y todos comienzan a gritar lo mismo y yo comienzo a retroceder.

Se supone que me apoyaban cuando dieron el anuncio ¿qué sucedió? ¿Qué es lo que hice? ¿no merezco estar aquí?

-Vamos a calmarnos -dice Santa y los duendes empiezan a acercarse más.

-¡No! ¡Esto no es justo! ¡No merece el puesto! ¡Tan solo lo consiguió porque se llevan bien! -justo lo que necesitaba decir para hacerme sentir mal, comienzo a retroceder más asusta

-¡No es justo! -comenzaron a gritar de nuevo todos al mismo tiempo.

No me puede estar pasando, yo no estoy aquí solo porque me llevo bien con Santa ¿o si? ¡No! Santa es muy cuidadoso con esto, no lo hizo porque le caigo bien, debo creerlo. Comienzo a retroceder más hasta que siento a alguien que me agarra por detrás.

-Vamos Adara, -dice la señora Claus centrándome de nuevo en el mundo- en la oficina estarás mejor -yo solo asiento la cabeza aun aturdida.

Dejo que me guíe, en el camino todavía sigo escuchando lo que dicen. Adara no puede con esto. Es muy joven. Es chica, los Santas Claus siempre han sido hombres. No está preparada. No podrá lograrlo. No es justo que llegue por sus conexiones. Me tapo los oídos lo más que puedo.

¡Por favor que paren!

Llegamos a la oficina y ya no logro escuchar nada de lo que dicen y gritan, tan solo se escucha como zumbidos, aprovecho para poder relajarme, debo mantenerme serena.

-Quédate aquí hasta que todo se calme -habla la Señora Claus luego de algunos minutos en donde me intente calmar.

-De acuerdo -es lo único que le digo y ella sale de la oficina.

Sigo respirando por varios minutos más, no debo darles la razón, nadie de aquí sabe porque Santa me eligió, solo él lo sabe. Logro calmarme, pero aún se siguen escuchando que le siguen protestando y Santa intenta calmarlos, me asomo por la venta y logro verlo.

Esta hablando con los que lideran la protesta, ¡Ese idiota! ¿No puede dejar todo tranquilo? solo quiere seguir molestando. Veo como observa a donde estoy yo y sonríe, si efectivamente es él, Ossian Solana, ese idiota otra vez. Veo cómo se va a su área de trabajo ¿Como es que alguien así puede trabajar aquí?

Me alejo de la ventana y mejor me voy a sentar a la silla de Santa, que por cierto es la única, espero no me regañe. Pasan varios minutos hasta que logro escuchar como abren la puerta, es la Señora Claus.

-Adara será mejor que te vayas, no creo que se calme pronto -se acerca a mí.

-¿Pero qué pasó?

-Al parecer uno de los duendes les dijo algo a todos y empezaron con la protesta, no creo que todo se arregle ahora.

Creo saber que duende empezó con este, el único que me odia desde que soy pequeña, el idiota de Ossian, pero aun así no puedo sacar conclusiones antes, puede que este equivocada, aunque no lo creo.

-¿Y el entrenamiento? -pregunto, no podemos atrasarnos, tenemos muy poco tiempo para que pueda aprender esto de ser Santa Claus ¿Santa porque no lo anunciaste antes? creo que nos podría haber ahorrado muchos problemas.

-Lo pasaremos para mañana Adara, ahora acompáñame se por donde puedes salir sin que nadie te vea -empieza a abrir la puerta de la oficina para salir.

-Ok -me levanto y comienzo a seguirla.

Entramos a su casa y me lleva a una puerta en donde de chiquita no me dejaba ir y ahora entiendo porque, son gradas que llevan directo al exterior, seguro no me las enseño porque se que yo sería capaz de salir cada vez que pudiera ¡Da directo al frente del granero!

-Ve a casa, si hay más problemas y no puedas venir te avisaremos -me habla la Señora Claus al llegar hasta el final de las gradas.

-Bien, feliz día -me despido de ella.

-Feliz día Ada -se despide también y comienza a subir las gradas de nuevo.

Comienzo a dirigirme a casa, aquí afuera está tranquilo, todos me saludan, más los niños al parecer les gusta mucho la idea que un duende sea el nuevo Santa. Al llegar a casa me acosté en mi cama, nunca me había puesto a pensar que hubieran personas que estuvieran en contra de esta decisión.

Bueno de hecho si era de esperarse, pero nunca pensé que fuera toda la fábrica que estuviera en contra de esto, si es así ya hay problema ¿Santa me dejara seguir aunque tenga a muchas personas en contra? Espero que sí porque ya me había gustado esto. Tendré que esperar.



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En el texto hay: fantasia, navidad, distopia

Editado: 24.11.2023

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