Legado navideño

- CAPITULO 11 -

 

Adara 11 años

Ya estoy caminando para la escuela, estoy muy feliz porque este año he podido volver a convencer a mis padres para ir a la escuela. Fue difícil, pero nada que no valiera la pena y así no me la paso encerrada en esa casa estudiando, aquí en la escuela es más relajado.

Al llegar saludo a mi maestra, es diferente a la del año anterior, pero igual de agradable. Entro a mi clase, saludo a mi amiga Isabel a lo lejos y me siento junto a ella. Comienzo a sacar mis cosas para iniciar la clase de hoy, mi favorita, dibujo. Es lo único que puedo hacer y sentirme libre.

-¿Terminaste la tarea? -me pregunta Isabel cuando saco mi cuaderno- a mi me faltaron dos dibujos.

-A mi uno me falto -hago una mueca, ayer por esta tarea larga no había estudiado los temas semanales que mis padres me dan y me regañaron porque estaba dibujando y no estudiando, me dormí muy tarde por hacer la tarea a escondidas, pero aun así no pude terminarla.

-Bueno, por lo menos no seré la única en no entregar la tarea completa.

-La terminaría ahora, pero llegué muy tarde y seguro la maestra entra en cualquier momento.

-Si, a mi ni aunque llegaba temprano me da tiempo.

-¡Buenos días chicos! -volteamos a la entrada para ver a la maestra entrar- saquen sus cuadernos para revisar su tarea.

-¡Genial! tenía que comenzar con eso -Isabel comienza a sacar su cuaderno.

Las clases no son de lo más interesantes, historia, matemáticas, gramática... Absolutamente nada interesante y estoy feliz que por fin acaba de sonar la campana del recreo, hoy es el día de clases más pesado de la semana. Me voy con Dulce como cada recreo, hoy mi mamá me ha comprado la refacción de un restaurante camino aquí, es solo un sándwich con jamón, pero está delicioso.

-Prueba -le doy un pedazo de pan a Dulce, hace una mueca y lo prueba.

-¡Wow! Hoy tu mamá si cocino bien.

-No fue ella quien me hizo la refacción, por suerte.

-Con razón -toma otro pedazo de mi pan y yo tomo unas papalinas suyas.

-Pasamos comprando en el restaurante nuevo.

-Debo pasar ahí, esto está delicioso.

-Mira, por allá está Isabel, -extiendo la mano a donde se encuentra la mencionada, esta junto a unos compañeros, están debajo de uno de los árboles cerca del mural- es mi compañera de clases, te la presentare.

-De acuerdo -dice Dulce mientras sigue comiendo.

-¡Isabel! -grito para que me escuche bien.

Ella voltea a ver quien la llama, cuando se da cuenta que soy yo me da la espalda y se aleja junto algunos compañeros.

-¿Qué le sucede? -pregunta Dulce al ver que se empiezan a alejar.

-No lo se, hoy hable con ella en la mañana y todo estaba bien -veo como se comienza a acercar Ossian Solana, es uno de los peores chicos en la clase, no en notas si no en lo malo que es.

-Parece que no te hacen caso ¿porque será? -dice con esa sonrisa dulce, pero malévola a la vez.

-Ya Ossian déjala tranquila, vete de aquí -comienza a defenderme Dulce.

-Pero porque, yo no le estoy haciendo nada -se comienza a acercas más para provocarnos.

-Si, ya la vienes a insultar -le reprocha Dulce.

-Yo no insulto, ¿cierto Adara? -me voltea a ver sonriente.

-Déjala tranquila -pasa de Dulce y me habla aun viéndome.

-¿Por qué crees que no te hacen caso? -me ve tan fijamente que da miedo.

-No lo sé, ni me interesa -le digo finalmente.

-Claro que si te interesa.

-No -le respondo rápido.

-Pues, igual te lo diré, toda la clase no te hará caso eso seguro -dice firme.

-¿Por qué? -no evito preguntar.

-¿No era que no te interesaba? -arquea una de sus cejas.

-Y no lo hace -me cruzo de brazos enojada.

-Bien, como no te interesa ya lo sabrás.

-¿El que?

-Que eres la preferida.

-¿Preferida?

-Si, por eso están molestos todos, alguien por ahí escucho que la maestra te perdonó una tarea ¿no lo crees injusto?

La tarea de hoy se la entregue a la maestra y me pregunto porque me falta un dibujo, yo le dije que no tuve tiempo para terminarlo y ella es muy buena que me ha dejado los puntos completos porque no falto nunca a mis tareas y me perdono esta.

-¿De qué hablas? -me hago la desentendida.

-De la tarea de hoy por supuesto, es injusto que porque eres la preferida de Santa te perdonen las tareas.

-Eso no es cierto -le reprocho y me levanto, es unos pocos centímetros más alto, pero igual debo de levantar la cabeza para verlo a los ojos.

-Bueno es lo que toda la clase cree y lo que en verdad es, eres la preferida de Santa Claus -se acerca a mi cara para decir eso aun con una sonrisa.

-¡Ya vete de aquí! -le dice Dulce y Ossian se marcha, me siento de nuevo, Dulce me voltea a ver y me habla- seguro fue él, siempre crea alborotos, solo no les hagas caso ya se les olvidara como el de aquella vez.

-Bien, -ironizo- seguro que será otra semana de miradas de desprecio.

-Seguro, pero no te preocupes estaré siempre aquí para hablar.

-Gracias.

Y con eso me fui a mi siguiente clase al sonar el timbre, efectivamente otra semana de miradas casi asesinas. Ossian es el peor, ya van cuatro veces que hace lo mismo en el año ¿cuantas más necesita? ¿Qué gana con eso?

Al principio nos empezamos a juntar, era el nuevo y casi no le hablaban, hasta que se acercó el que el año pasado era de los peores de la clase, se sorprenderían como cambian una persona en tan poco tiempo, Ossian empezó a hablarme mal y aquí estamos, con otro semana fatal por culpa de él.

Quisiera hablar de nuevo con él como antes, sería un gran amigo, pero no me deja acércame a él por nada, solo se la pasa con los chicos que son malos, ahora gracias a él la escuela también es insoportable, solo espero que esto pueda cambiar con el tiempo.

 



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En el texto hay: fantasia, navidad, distopia

Editado: 24.11.2023

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