Legado : Trilogía Fuego Blanco( Libro 1)

CAPÍTULO 6

🍂LO BUENO NO SIEMPRE ES BUENO🍃


《ALENÍ》 

—Es imposible conozco a mi padre, y tú—Lo apunté con el dedo índice—Eres un...—Me quedé callada unos segundos—Mentiroso, ni siquiera tienes prueba alguna, solo quieres hacerme dudar de mi propio padre. Y no vas a lograrlo. 

—Solo quisiera que lo vieras con tus propios ojos, hazlo, y después me cuentas. 

Él tomó asiento en mi cama y yo solo me quedé pensado. Debía averiguarlo, sabía que mi padre no haría tal cosa, y le demostraría que no era como él pensaba. 

—Quédate aquí  y ni siquiera pienses en salir, no quisiera morir por culpa tuya, bastante tengo con todo lo que dices—Hablé para él y luego tomé la perilla de la puerta y salí. 

No vi rastro de Luca por el lugar, supuse que estaría investigando con mi padre. Me dirigí a su oficina para lograr obtener información de lo que pasaba. 
Caminé por los pasillos mirando por las grandes ventanas, los guardias estaban revisando cada lugar del castillo. 
Vi a mi padre a lo lejos, estaba con Luca, ambos parecían conversar. 
Me iba acercando cuando ambos fueron a otro lugar, al parecer a la oficina de mi padre. 
Los seguí sin que lograran darse cuenta. 

Ambos entraron y me quedé afuera un momento. 

—¿Tienes idea de lo que peligroso que será si se enteran que estuvimos en aquel planeta?—Mi padre preguntó furioso. 

—Procuré que nadie nos viera, incluso con la lesión que le provocó, hasta ahora nadie se ha dado cuenta.—Respondió Luca. 

—A la princesa debes encontrarla de inmediato, si ella logra reconocerme todo estará acabado. 

—Sí señor, lamento que todo esto esté pasando. Encontraré a la Princesa. 

—Solo date prisa, no tenemos mucho tiempo. 

Me quedé callada, sentía como mi corazón se partía en pedazos, mi padre a quien consideraba un hombre recto, me había mentido y no solo a mí, a mi familia también. 

Toqué la puerta y segundos después abrieron. 

—Alení ¿No deberías estar descansando?—Preguntó mi padre mientras se ponía de pie. 

—Es que, me sentía un poco mejor y quería un abrazo de mi padre—Vi como sonrió y fue hacia a mi. 

Él se acercó a mi y lo abracé tan fuerte para luego apretar fuerte su antebrazo derecho, intentando disimular que lo hacía con el afán de solo abrazarlo. 
Él soltó un quejido e intentó disimular. 

Lo solté y vi su rostro con dolor. 

El decidió sentarse y segundos después lo vi tomarse el antebrazo. Me senté en uno de los asientos disponibles y esperé unos segundos más. 

—¿Qué tal está todo con los invasores?. 

—Aquella persona que logró entrar al planeta hace unos días aún no ha sido localizada. Por el momento el Rey está furioso, no comprende el hecho de que aún no logren encontrarla, es como si se la hubiera tragado la tierra, ha sido bastante complicado. 

—¿La?—Inquirí de inmediato—¿Es una chica?. 

Mi padre se quedó serio por unos segundos. 

—Necesito que nadie lo sepa, podría ser un riesgo decirlo, aún no estamos cien porciento seguros. 

Asentí de inmediato. 

—Voy a ir a mi habitación—Hablé para luego dejar mi celular en ese asiento disimuladamente—Yo creo que más tarde entrenaré un poco para no dejar pasar mis responsabilidades. 

—Claro hija, no falta mucho para que terminen de asegurar el palacio, solo no salgas de el, en unas horas iremos a ver a tu madre y tu hermano—Vi a mi padre sonreír y salí de su oficina. 

Al salir esperé un minuto me quedé callada y entré sin tocar. 

—Perdón padre es que...—Mi padre se había quitado el traje y logré ver la herida que tenía—¿Qué te pasó?—Pregunté de inmediato mientras llegaba a él. 

—No es nada hija, fue un descuido de hace unos días. 

—¿Nada? Eso está morado, y además estás sangrando. Eso claramente es algo. 

Vi a Luca poner un poco de agua oxigenada a la herida, y luego envolver su antebrazo con una venda. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, mi padre me miró y su rostro se tornó triste. 

—¿Qué pasa cariño?—Él se acercó a mi y me dió un abrazo—Es solo que... es difícil imaginar que un día ya no puedas estar. 

—Nada va a pasarme—Tomó mi rostro con sus manos—Voy a hacer hasta lo imposible por estar a su lado siempre. 

—Hacer lo correcto padre, es lo que me has enseñado. 

—Y cada acción tiene una consecuencia, ya estará en ti si lo confrontas y lo arreglas, o decides que todo siga su curso, un curso que decidiste alterar. 

Asentí para luego alejarme un poco de él, sonreí aún con lágrimas en los ojos, tomé mi celular y salí de la oficina de mi padre. Caminé por los pasillos y pensaba en lo que haría ahora que sabía que mi padre había intentado asesinar a la Princesa, quería que hubiera otra opción, quería que nada de esto fuera real. 
Mi padre a quien consideraba un ejemplo a seguir era ahora uno más. 

Llegué a mi habitación y entré. 
Me senté en mi cama e intenté calmarme. 

—¿Entonces es cierto?—Oí aquella fastidiosa voz que salió del sanitario. 

—Déjame en paz—Solté sin decir más. 

—Alení, solo acepta que está vez tu padre resultó ser una persona completamente diferente. A veces no podemos evitar lo que pasa. 

—Tu no sabes nada de esto, solo eres una persona que se entromete en lo que no debería. 

—Es mi deber decirlo, debes ponerle un fin ahora que lo sabes, es necesario. 

—¿Quieres que delate a mi padre?—Inquirí molesta—Eso no va a suceder, ni siquiera tienes pruebas que demuestren que es cierto, no sabes si mi padre fue realmente a ese planeta a asesinarla, solo lo vieron ahí. 

—Entonces... tendré que ser yo—Me quedé callada cuando lo escuché hablar—No permitiré que asesine a mi Princesa. 

Mi enojó se convirtió en ira haciendo que de mis manos creara fuego, esto lo rodeó. 
Él se encontraba en el centro, tomé todo lo que tuviera punta y lo llevé hacia él, me mantenía de pie a unos metros de él, controlando todo con mi mente. 

—Alení estás alterada, para porfavor, vas a lastimarte. 

Acerqué más aquellos objetos, para después encenderles fuego, comencé a lanzarlas de manera repentina y sin siquiera pensar, él las esquivaba hasta que una logró darle en el pecho. 

—¡Alení basta!—Gritó sacando aquel objeto de su pecho. 

El fuego que había alrededor de él comenzó a acercase más a él, vi como su mano se posó sobre mí y me lanzó hasta la pared. Recibí el impacto en todo el cuerpo, cerré los ojos unos segundos y volví a abrirlos. 

Escuchaba su voz como un eco, no estaba prestando mucha atención, parecía no estar escuchando bien. 
Mi mente vagaba por aquellos sonidos difíciles de percibir, era como si alguien hubiera entrado en mi mente. 
Intenté mover mi cuerpo pero lo sentía cansado, luego comencé a sentir calor, tanto que no podía respirar. 

—¡Ayúdame!—Supliqué mientras intentaba respirar. 

Lo vi mirarme, estaba confundido fue hacia a mi e intentó enfriarme. 
Comencé a sentir algo de frío, pero ahora los dos poderes conbinados estaban haciendo que mi corazón latiera más rápido de lo normal. 
Sentí como algo dentro de mi salió, quedé agotada para luego desmayarme. 

《BLAKE》

Escuché cada palabra de Eira, parecía real todo lo que decía. 

Vi que se quedó seria y se dirigió a la puerta, la abrió y luego habló. 

—¿Ahora escuchas conversaciones?—agregó algo más—Que se puede esperar de la servidumbre. 

No pude ver bien, hasta que comencé a levantarme. 

—Lamento interrumpir, debo irme—Reconocí aquella voz, era la de Alení. 

Eira molesta quizo decir algo más pero Alení se fue de inmediato dejándola a media palabra. 

Se volvió hacia a mi, en su rostro se podía notar lo ofendida que se encontraba. 

—¿Puedes creer que me dejó con la palabra en la boca?—Giró los ojos—No sé que le pasa a la servidumbre, se creen con el derecho de que ellos pueden mandar y no saben cual es realmente su lugar. 

La miré de manera seria, lo que había dicho había sido demasiado. 

—Alení claramente no es de la servidumbre, te pido que la trates con respeto—Ella se quedó callada unos segundos—La conozco desde que eramos pequeños, su familia ha sido bastante leal durante todo el reinado de mi padre. 

—La lealtad puede terminarse Blake, ¿Realmente la conoces?. En mi planeta no es bien parecido relacionarse con personas de su tipo. Sobre todo cuando se comportan de esa manera. 

—Lo haz dicho muy claro, en tu planeta—Decidí no decir más y salí de mi habitación. 

Fui hacia la habitación de Alení, pero noté que salía Luca de su habitación. 
Él me miró e hizo una reverencia. 
Se acercó a mi. 

—¿Cómo se encuentra Príncipe?.
—Bien, espero que estés bien también—Coloqué mi mano sobre su hombro y di una palmada. 

—Príncipe lo noto un poco cabizbajo. 

Quité mi mano y continúe hablando. 

—Solo estoy cansado, ya sabes las mismas cosas de siempre—Miré detrás de él y se acercaban varios guardias con Sindal. 

Luca se volvió hacia a ellos. 
Fue con ellos quienes se encontraban a unos 3 metros de nosotros. 

—¿Qué es lo que pasa Sindal?—Preguntó Luca mientras caminaba con él. 

—Tenemos otro intruso—Caminó hasta llegar a la habitación de Alení. 

Al verme Sindal hizo una reverencia. 

—Sindal, ¿Está seguro de que ha entrado alguien más al palacio?—Sindal asintió para luego volver a hablar. 

—Acabamos de encontrar el lugar de donde se introdujo al palacio, tengo a guardias revisando por todo el castillo. Es mejor que vaya a su habitación—Él volvió a la puerta de la habitación de Alení.


Unos de los guardias habló fuerte a la puerta. 

—Señorita Alení necesitamos que abra la puerta—Tocó fuerte con su mano. Mientras todos detrás de él seguían esperando. 

Al paso de unos segundos nadie abría, volvieron a insistir y comencé a preocuparme. 

Abrieron la puerta de manera violenta al no recibir respuesta de su parte. 

Me quedé de pie intentado pensar si debía ir o hacerlo después. 

Caminé hacia su habitación hasta que alguien llegó conmigo.  

—Hola majestad—hizo una reverencia—Él Rey lo espera en sus aposentos. 

—Sí, gracias Camir—Volví a dar un vistazo rápido con dirección hacia la habitación de Alení—Voy enseguida. 

Me dirigí hacia los aposentos de mi padre mientras Camir se desviaba por la cocina. 
Al llegar a sus aposentos me anunciaron con él. 

Segundos después me permitieron la entrada, al hacerlo bajé la cabeza e hice una reverencia al Rey. 

Quien casi de manera inmediata me habló. 

—Hijo—Una sonrisa se dejó ver  en su rostro—No te he visto estos días, lamento no poder pasar tiempo contigo—Se puso de pie y se dirigió a mi. 

—No se preocupe padre, se la gran responsabilidad de in rey, no podría jamás culparlo—Bajé la mirada y sentí como tomó mis manos. 

—Este día quisera que pudiéramos ir a un lugar al que he querido llevarte desde que eras pequeño, ya no pude hacerlo con la reina, pero al menos quisera que pudieras hacerlo tú—Asentí y noté una sonrisa brotar de mis labios. 

—Claro que si padre, esperare la hora para podr hacerlo—Mi padre asintió mientras soltaba mis manos. 

—Puedes ir, te enviaré a Camir cuando debamos irnos—Asentí e hice otra reverencia para luego salir de la habitación de mi padre. 

Decidí volver hacia mis aposentos, cuando algo llamó mi atención, vi a Alení salir de su habitación, se veía distraída y caminó con dirección a la oficina de su padre. 
Decidí seguirla y me quedé a unos metros atrás, llegó con Sindal pero no se les unió se quedó a unos metros de él y de Luca. 
En cuanto ellos fueron hacia la oficina de Sindal, ella continúo siguiéndolos. 
Decidí hacer lo mismo, ella se quedó en la puerta y acercó su oído hacia la puerta. 
—¿Tienes idea de lo que peligroso que será si se enteran que estuvimos en aquel planeta?—Era la voz de Sindal, parecía estar molesto. 

Mi mente comenzaba a unir los rompecabezas. 

—Procuré que nadie nos viera, incluso con la lesión que le provocó, hasta ahora nadie se ha dado cuenta.—Respondió Luca. 

—A la princesa debes encontrarla de inmediato, si ella logra reconocerme todo estará acabado—Se escuchó como un golpe, como si alguien hubiera dado un golpe fuerte hacia la mesa. 

—Sí señor, lamento que todo esto esté pasando. Encontraré a la Princesa. 

—Solo date prisa, no tenemos mucho tiempo. 

Alení cerró los ojos, parecía estar desepcionada. 
Se quedó unos segundos negando con la cabeza. 
Tocó la puerta y segundos después abrieron. 

Fui rápidamente hacia la puerta, me quedé ahí y decidí no hacer ruido alguno. 

—Alení ¿No deberías estar descansando?—Preguntó su padre. 

—Es que, me sentía un poco mejor y quería un abrazo de mi padre—Expresó Alení. 

Durante varios segundos no se escuchaba absolutamente nada, después escuché la voz de Alení nuevamente. 

—¿Qué tal está todo con los invasores?. 

—Aquella persona que logró entrar al planeta hace unos días aún no ha sido localizada. Por el momento el Rey está furioso, no comprende el hecho de que aún no logren encontrarla, es como si se la hubiera tragado la tierra, ha sido bastante complicado. 

—¿La?—Inquirióde inmediato—¿Es una chica?. 

Me preocupaba el saber que Sindal sabía de Eira, estoy seguro de que sabe todo. O incluso mucho más, si él presentaba aquella herida de la que Eira habla  no habría más duda, él es aquel que intentó asesinarla. 

—Necesito que nadie lo sepa, podría ser un riesgo decirlo, aún no estamos cien porciento seguros—Continuó su padre con voz segura. 

—Voy a ir a mi habitación—oí hablar a Alení —Yo creo que más tarde entrenaré un poco para no dejar pasar mis responsabilidades. 

—Claro hija, no falta mucho para que terminen de asegurar el palacio, solo no salgas de el, en unas horas iremos a ver a tu madre y tu hermano—Respondió Sindal y de inmediato me oculté donde previamente lo había hecho. 

Alení salió y se quedó unos segundos más en la puerta, pero después entró de manera repentina. No sabía lo que ella planeaba, a veces solía hacer cosas que jamás entendía, y esto era una de ellas. 

Escuché como preguntaba sobre una clase de herida que tenía, si era lo que yo pensaba todas las pistas eran ahora respuestas claras. Era una verdadera decepción saber lo que acababa de oír, decidí salir de ahí, ahora no podía siquiera ver a Alení. 

Me dirigí al patio, me quedé sentado en el mismo lugar de siempre, cuando sentí como una flecha calló al suelo. 
Y luego de esta una segunda llegó a mi pecho, me puse de pie de inmediato, traté de quitarla pero rápidamente caí al suelo.




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