Legado : Trilogía Fuego Blanco( Libro 1)

CAPÍTULO 7

                                🍂SECRETOS NO TAN SECRETOS🍂

《ALENÍ》 

Abrí los ojos de manera repentina, estaba asustada mi corazón latía rápidamente. Sentía mi cuerpo frío, movía lentamente mis dedos, sentí una mano cálida que me tomó y envolviendo mi mano con la suya, por fin el silencio cesó en la habitación. 


—L-amento—titubeó un poco—Lamento haberte hecho daño Alení. 

Sentí el impulso de querer levantarme y mi cuerpo lo hacía sin siquiera pensar en el dolor que esto podría provocarme. 

—Alto, vas a empeorar tu salud—Me tomó de los hombros e hizo que volviera a recostarme. 

—¿Ahora que le voy a decir a mi padre?—Mi semblante cambió por completo—Se suponía que estaba bien, se suponía que estaría bien. Ahora todo esto es un maldito desastre, descubrí que mi propio padre podría ser un asesino y que probablemente todo lo que me ha dicho han sido mentiras. 

Él se puso de pie y pasó sus manos por su rostro, dejándolas en su boca, soltó un suspiro y luego comenzó a hablar. 

—Necesitamos evitar mencionar cualquier información  a partir de ahora—Fue hacia la ventana y miró por ella—Ahora tu padre no es una persona en la que debamos confiar. 

Oímos sonar la puerta, ambos nos miramos estábamos preocupados, él fue hacia a mi me tomó en sus brazos y me llevó hacia el sanitario, me bajó lentamente y colocó su dedo en su boca, haciéndome entender que no debía hablar. 

Alguien entró, y solo sentí miedo. Algo que normalmente a ese nivel no llegaba a sentir. 
Lo miraba preocupado, vi como en su mano creó una daga de hielo, se colocó detrás de la puerta y con una mano en la perilla de la puerta. 


—Al parecer no está aquí, podría estar en el sanitario—Habló una persona, esta se escuchaba algo joven. 

—O quizás ni siquiera está en este lugar—Habló otra persona con una voz más grave. 

Oímos los pasos más cerca, él me tomó nuevamente y me colocó dentro del jacuzzi y después entró él, colocó sus dos manos a cada extremo y se detuvo a unos centímetros de mi rostro. 

Corrió un poco la puerta de la ducha, pero no tanto como para que se acercaran a ver de cerca. 

—Vez, no se encuentra absolutamente nadie aquí—Habló nuevamente el de voz grave. 

—Necesitamos encontrarla, y a todos los relacionados con el intento de asesinato del Príncipe—Abrí mis ojos más de lo normal—Todos deben dar una explicación del lugar en donde estuvieron. 
Oímos como salieron del sanitario. 

—Intentaron asesinar a Blake—Hablé de inmediato susurrando medio alto—Esto es grave. 

—Al parecer al Príncipe le llamas por su nombre—Soltó una sonrisa—Estoy seguro que hay sentimientos de por medio. 

—Definitivamente eres un entrometido—Lo miré molesta mientras él terminaba de salir del jacuzzi—Mira tú... como te llames. 

—Blaze—Lo miré confundida—Mi nombre es Blaze, mucho gusto Alení—se colocó a lado del jacuzzi y me tomó nuevamente. 

Solo pude mirarlo, no había dicho su nombre en ningún momento. 
Él me llevó a la cama nuevamente y se aseguró de que nadie pudiera estar en la habitación.
Cerró bien las puertas y se dirigió hacia a mi. 

—Bien, Blaze también lamento haberte herido—sonreí un poco—Pero de verdad que eres un entrometido. 

Vi una sonrisa dibujarse en su rostro. 

—Y tú eres muy impulsiva—Habló rápidamente—Aunque debo admitir que eres muy fuerte. 

—No sé desde qué momento todo empeoró—Solté un suspiro—Todo en lo que he creído es una mentira, y ahora resulta que al Príncipe Blake lo han intentado asesinar, y lo que me pasó, hay alguien que está detrás de todo esto. 

—No nos adelantemos, nuestras emociones suelen apropiarse de nosotros y no es lo correcto, debemos pensar primero—Se sentó a un extremo de la cama y ambos nos quedamos en silencio. 


—Y sobre la Princesa, ¿Qué pasará ahora?—Pregunté evitando mirarlo. 

—Debo asegurar su bienestar y debo mantenerla a salvo si es necesario y por lo que veo, en este momento estoy obligado a quedarme un tanto lejos de ella—Mi mirada se desvió a mirarlo, noté algo de preocupación pero tristeza a la vez. 

—Creo que alguien se puso algo sentimental—sonreí un  poco y volvió a mirarme. 

—No es lo que tu crees, el salir de mi planeta y el dejar a mi familia desprotegida me causa demasiado conflicto con seguir en este lugar—Noté que su semblante se volvió preocupado—Mi padre murió hace dos años en un accidente. Mi madre y mis dos hermanos se han quedado sin mi ahora, estoy seguro de que estarán pensado que he muerto pero solo he venido para proteger a nuestra futura Reyna, ya que si le pasa algo a ella, el trono deberá pasar a otra familia. 

Me quedé callada y mi boca no podía pronunciar  palabra alguna. Fue después de unos segundos que decidí hacerlo. 

—Lo lamento tanto, no sabía, estoy segura de que arreglaremos todo esto. Debemos darnos prisa antes de que todo el reino se entere de que Eira está aquí, sabes las reglas de mi mundo, la traición es algo en lo que jamás debes pensar si deseas continuar con vida. 

《BLAKE》

Desperté en una habitación que no podía identificar, el color  beige aquel, era intenso a la vez. 
Unos susurros se convertían en palabras claras mientras que  otras se escuchaban cada vez más fuerte. 

—Ok, revisaré la herida—Sentí que mi cuerpo estaba paralizado, intenté moverme pero mi cuerpo no quería responder—La anestesia pasará por mucho en una hora. 

Sentía estar ahí, quería que me escucharan pero estaban en su mundo. 
Volví a quedar en un sueño profundo para luego despertar una vez más. 

Sentía mi cabeza dar vueltas, intenté concentrame y se detuvo un poco. Entre mareos intenté sentarme en la cama, oí un ruido y sin pensarlo disparé fuego hacia la puerta, oí unos gritos y por aquel esfuerzo no pude sostenerme más. 
Escuché una voz parecía ser masculina. 

—Príncipe, mantenga la calma. Está seguro en este lugar—Aquel hombre, se colocó a mi lado y con una pequeña linterna observó mis ojos. 

—Siento lo que hice hace unos minutos—Aún estoy procesando lo que pasó. 

—Lo que pasó su majestad, fue un ataque hacia su persona, por suerte no pasó a mayores y usted se encuentra ya estable, el palacio está siendo vigilado nadie saldrá a menos que pueda teletrasnportarse—Rió de manera burlesca—Sí eso acaso existe. 

—Gracias, estaré más tranquilo ahora.—Decidí revirtarme un poco mientras una de las enfermeras llevaba alimentos a mi habitación. 

—Por cierto, alguien ha venido a verlo, solo que no creo conveniente que por ahora usted reciba vistas—Me entró la curiosidad de saber de quién se trataba. 

—Puedes hacer que pase, solo unos minutos, después descansaré como debe ser. 
El doctor asintió, se dirigió a la puerta y la abrió y dándole una señal a aquella persona esta entró a la habitación. Luego de entrar el doctor nos dejó solos. 

—Estaba preocupada, supe lo de tu am...—La vi muy preocupada—Sé que todo esto es tedioso, el estar en la realeza, y tener que vivir así, intentando disimular que somos fuertes porque en un no muy lejano futuro gobernarnos nuestros planetas y debemos ser fuertes por ello. Quise venir a darte mi apoyo ya que tú lo has hecho por mi. 

Se acercó a mi y tomó mi mano, me sonrió para luego tomar asiento. 

—Gracias, aunque no era necesario. Tú estás en peligro también, debes regresar al palacio, hazlo lo más pronto posible, estás en riesgo y no quiero que nadie más termine herido. 


《Alení》

Habían pasado un máximo de cinco días, mis heridas ya habían sanado,  aquella vez del intento de asesinato del Príncipe todos tuvimos que demostrar que éramos inocentes, hasta ahora no se encontró culpables, la seguridad en el palacio aumentó, mi padre tuvo que quedarse más tiempo en el palacio, y  yo tuve que regresar a mi casa. 

En cuanto a Blaze, hace dos días que no se de él. 
Me preocupa que lleguen a descubrírlo. 
No tengo tantas noticias del Príncipe mucho menos de la Princesa, estar en esta posición hace que me quiera volver loca, pero mi padre está demasiado aferrado en que debo descansar, no quiere que me acerque al palacio. 

Es mi padre, aún dudo de lo que supe pero  no tengo más remedio ahora que cuidarme de absolutamente todo. 

La puerta de mi habitación sonó fuerte. 

—¿Quién?—Pregunté mientras me acomodaba en mi cama. 

—Alení, alguien ha venido a verte—un silencio pareció por unos segundos. 

—Puede pasar—Hablé rápido. 

Intenté arreglarme lo más posible, acomodé mi cabello y lo vi pasar. 

Él entró completamente y cerró la puerta. 

—No soy el Príncipe que esperabas—Blaze tomó asiento en un pequeño espacio que sobraba de mi cama. 

—Blaze—Pronuncie y dejé unos segundos en silencio—Esto es peligroso, dime que no has pasado así por el palacio Eira te va a reconocer, y podrían descubrir a todos. 

—Es por eso que vine aquí, hace unos días fui a la biblioteca del palacio y me enteré que tu familia posee magia desde hace muchos siglos, vi a tu padre intentando un hechizo. 

—Blaze no vuelvas a acercarte a mi padre, él es poderoso, podría saber que estás ahí. 

—Pero no lo hizo, en fin transcribí el hechizo y vengo a que lo intentes—Me entregó un papel doblado—Es para que puedas cambiar mis facciones, de esa forma podré estar entre todos en el palacio, y podré estar en algún puesto. 

—Es una locura, pero podría funcionar. Solo que... mi magia es pésima, si lo hago podría hasta quitarte algo de tu rostro—Reí con nerviosismo. 

—Vamos, confío en ti. Si pierdo algo la culpa es mía. 

Respiré un poco, mientras lo hacía coloqué mi mano sobre su rostro, cerré los ojos y dije las palabras de manera muy lenta, sentí una energía salir de mi mano, decidí abrir los ojos y veía como su rostro cambiaba, era extraordinario. Al final cambie hasta el color se su cabello, dejando un color más claro. 

—Te he hecho incluso más guapo—Él me miró y sonrió—Cambiaste pero no mucho, solo no te reconocerán a menos que sea yo quien te mire. 

—Gracias Alení—Fue hacia un espejo que tenía en el tocador—Es increíble—Tocó su rostro de manera suave e intentando verificar lo que veía. 

—Como dije solo yo podré ver tu verdadero rostro, necesito que te mantengas a salvo. No comentas locuras—Él seguía viéndose en el espejo mientras reía. 

—No dudaría que la verdadera Reyna serías tú—Lo miré de inmediato—Sé quien eres Alení, sé cuál es tu legado, pero antes de que lo quieras tomar lo haré yo. 

Me puse de pie rápidamente, fue hacia a mi y me tomó por el cuello. 
Comenzó a apretarlo, intenté quitarlo de mi pero me azotó contra la pared. 

—¡Blaze! Confíe en ti—Solté lágrimas mientras intentaba quitarlo—Por favor... Confíe en ti Blaze. 

Comencé a sentir sus manos heladas, y el frío estaba comenzando a herirme. 
Intentaba quitarlo pero el hielo, siempre ha sido nuestra debilidad. 

Lo vi mirarme con las últimas fuerzas que aún conservaba vi su mirada cambiar y fue que me soltó de inmediato. 
Caí al suelo mientras intentaba recuperarme, él se me acercó asustado, intentó ayudarme pero lo alejé. 

—Alení juro que no se que hacía, es como si alguien me controlara. De verdad—intentaba acercase pero tenía miedo de que pudiera lastimarme otra vez—Es más... toma—Creó una daga de hielo y me la dió—Es para que puedas protegerte, esto es como si algo se apoderara de mi mente. 

—Es como... como cuando te ataqué, pero eso no es lo peor, Blaze... sabe algo que solo mi familia sabe, mi familia está en peligro si se enteran. 

—¿De qué hablas?—Preguntó rápidamente—¿Qué es tan peligroso? 

—No debo decirlo, no por ahora. Solo hasta que averigüemos como hacer para que no vuelvan a meterse en nuestra mente.—Me levanté del suelo aún con la daga en la mano. 

—Estoy seguro de que tu padre tendrá libros de hechizos, podemos buscar en ellos. Sólo así podremos ocultar lo que sabemos. Sea lo que sea—Me miró de manera muy seria—Cuando debas decirlo y confíes en mi estaré agradecido. 

Le di un apequela sonrisa, ahora solo eramos dos, el Príncipe, mi padre, todos corríamos peligro. A veces los secretos que creemos tener guardados resultan estar más compartidos que aquellos que no lo son. 

 




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