Legado : Trilogía Fuego Blanco( Libro 1)

CAPÍTULO 8

《Blake》 

Habían pasado ya varios días desde el día que intentaron asesinarme, mi padre el Rey había estado encargándose de todo en cuanto a la seguridad del palacio. 
Eira había estado cuidando de mi, en cuanto a Alení; no había noticias de ella aún. 

Oí como alguien llamó a mi puerta. 
Me encontraba viendo por la ventana y decidí prestar atención. 

Tocaron nuevamente. 

—Príncipe soy Eira, me permite pasar—Pasaron varios segundos. 

Fui hacia la puerta y la abrí. 
Ella me miró y sonrió. 

—Quería verte, en el castillo todos están realmente ocupados, y había estado buscando cosas—Tomó asiento en mi cama y volvió a hablar—Sinceramente es difícil saber lo que tu padre hace, normalmente su guardia real está muy muy pegado a él. 

Mi mente  no estaba realmente prestando tanta atención. Las palabras que continúo diciendo poco a poco desaparecían de mi mente. 

—Blake, sé que has estado un poco ido desde hace unos días, pero, todo se resolverá. 

—Solo quiero que dejes de buscar por tu propia cuenta, si te llegan a investigar ambos estaremos en un lío. Mantente lejos de mi padre y de su guardia real. 

Ella me miró molesta y soltó un suspiro. 

—Debí ahorrarme el querer ayudar, sinceramente lo hacía por ti, no te conozco lo suficiente y lo único que quiero es volver a mi planeta, con respuestas—Paró un momento—Y si debo buscar, lo haré así sea con tu ayuda o sin tu ayuda. 

Ella se puso de pie y salió de mi habitación. 

《ALENÍ》 

Ambos nos quedamos unos minutos en silencio, la habitación evitaba hacer cualquier sonido. 

—Por cierto Blaze, estaba tan concentrada en todo este lío, que ni siquiera me detuve a pensar. ¿Cómo encontraste ciertos libros de mi familia?—Lo miré esperando respuesta—Mi familia es la única que posee magia en este planeta, por lo tanto ¿cómo diste con cierta información?, si no existen tales libros. 

Vi que se puso nervioso, miró hacia a otro lado y mantuvo la calma. 

—Está bien, escuché a tu padre hablando con Luca, dijo algo sobre qué su familia poseía magia desde hace siglos, encontré el hechizo en su habitación tenía este libro en una caja fuerte y lo tomé prestado—Él mostró el libro—Además de que el primer día que te vi, utilizaste tu magia. 

Mis ojos se abrieron sorprendidos al ver el libro, llegué a él y lo tomé. 

—Blaze, ¿Qué haz hecho? Este libro es muy importante, no sólo están esos hechizos, también está la historia verdadera de la familia real, se supone que no existía más. Tenemos que regresarlo ahora, mi padre estará en problemas. 

—No te preocupes no lo he leído, solo busqué el hechizo, lo devolveré de inmediato, pero antes... tenemos que buscar la forma de proteger nuestras mentes, aquella persona que está detrás de esto querrá volver y debemos estar preparados. 

Me detuve a pensar. 

—Solo hay un libro que contiene específicamente hechizos sobre protección, está en uno de los libros de la familia real. Muchos de ellos nos ayudarán. 

—¿Y dónde está? Solo vayamos por el y listo—Habló Blaze mientras me miraba. 

—Es que... ese es el problema, solo el heredero al trono lo posee, ellos no tienen magia pero,  es muy importante que todos los que hereden el trono sepan absolutamente todos esos hechizos. 

Blaze se puso serio y luego rió. 

—Entonces ¿tu amado tiene el libro?. 

—Blaze, no es gracioso, la última vez terminamos algo mal. 

—Solo pide disculpas, entras a sus aposentos buscas ese libro le tomas foto al hechizo y lo devuelves, y jamás pasó. 
—¿Y si se da cuenta? Además mi padre me ha estado prohibiendo ir al castillo. 

—Tranquila eso déjamelo a mi, tú solo haz eso y resolveré lo demás. 

—Por cierto ahora que luces así, no hables de la magia que posee mi familia, nadie en el reino debe tener magia, es un delito—Lo miré esperando que su respuesta fuera un sí. 

—Puedes confiar en mí, no haría nada para perjudicarte, después de todo somos aliados. Cada uno luchando por nuestro planeta. 

Asentí, unos minutos después él salió de mi habitación. 

—¿Cómo le voy a hacer para entrar a la habitación de Blake?—Me senté en una de las esquinas de mi cama. 

Solté un pequeño suspiro. 

《Blaze》 

Salí de la habitación de Alení, estaba pensando seriamente lo que me había dicho de aquel libro del que saqué ese hechizo. 

Vi a la madre de Alení en la cocina, parecía preparar algo. 
Ella miró hacia a mi y sonrió. 

—Ven Blaze siéntate un momento—Ella tomó un pedazo de pastel y lo colocó en un plato—Come un poco de pastel, lo preparé yo. 

Asentí y decidí sentarme, tomé el tenedor y comí de el.  

—Creí que Alení no le había dicho mi nombre—Ella solo sonrió mientras comía un poco de pastel. 

—Por tu llegada tan repentina a la vida de mi hija pude saber tu nombre,  Blaze... sé realmente quien eres—Dejé caer mi tenedor haciendo que provocará ruido. 

Me quedé callado y segundos después tomé nuevamente el tenedor. 

—¿Quién eres?—Pregunté mientras notaba como su mirada cambió. 

—Ahora que estás aquí, intentando averiguar cosas... Déjame decirte que alguien que no pertenece a este planeta puede ser severamente castigado. 

—¿Qué es lo que quieres? ¿Y por qué razón estás perjudicando a está familia?—inquirí de inmediato. 

—¿A caso no lo sabes? ¿Realmente no leíste el libro?. Todo lo que necesites saber está ahí, y eso es lo que obtendré. Gracias  por sacarlo de aquel lugar donde permanecía seguro. 

Me puse de pie rápidamente y miré por las escaleras. 
Corrí de inmediato a la habitación de Alení. 
Abrí la puerta y entré; ella me miró desconcertada. 
Se encontraba leyendo el libro. 

—¿Qué pasa?, ¿por qué de repente llegas así?—Ella se puso de pie rápidamente—¿Le pasó algo a alguien?. 

—Acaba de suceder otra vez, pero ahora con tu madre, me invitó a sentarme a la mesa a comer, y dijo mi nombre luego comenzó a decir cosas que solo sabemos tú y yo, tienes razón debemos hacerlo ya, el libro él lo quiere, y estoy seguro de que hará demasiado daño por obtenerlo. 
Debemos hacer que desaparezca. 

—Hablas de ¿Destruirlo?—Preguntó Alení. 

—Sí, debemos hacerlo ya—Ella tomó el libro y lo cerró. 

Camino hacia una mesa y lo metió en una mochila. 
Ambos salimos de su habitación. Y bajamos aquellas escaleras. 
Su madre salió de la cocina y vi a Alení esconder la mochila. 

—Hija, ¿A dónde vas? Si tu padre se entera de que haz salido, se enojará. 

—Yo...—Alení tardó demasiado en responder. 

—Por favor, solo iremos a dar una vuelta, prometo que no se esforzará mucho. Cuidaré de ella. 

Ella sonrió. 

—Muy bien Alení puedes ir, te la encargo mucho—Ella me miró esperando a que le dijera mi nombre. 

—Damián—Respondí rápido—Mi nombre es Damián. 

—Bien, Damián espero que puedas cuidar muy bien de ella. Aún no está cien por ciento estable. 
Asentí y ambos salimos de su casa. 

—Ese nombre no va contigo—Rió de manera burlesca—Pero lo intentaremos. 

—Fue el primero que se ocurrió—Respondí rápido—Con la presión que tenía encima era obvio que no diría mi nombre. 

—Por el momento está bien, así nadie sospechará. 

Continuamos caminando durante varios minutos más. 

—¿Cómo nos vamos a deshacer de el libro?—Preguntó Alení mientras me seguía el paso. 

—Debemos quemarlo—La miré—Tendrás que quemarlo. 

—Es un libro que contiene magia, no se puede quemar, eso haría que desapareciera de nuestra vista, y llegaría con aquella persona que se supone que debe estar. 

—¿A qué te refieres?—No lograba comprender. 

—Si este libro llega a ser quemado volverá a su antiguo dueño, pero aparecerá en sus manos. Dejando la marca de la persona que intentó deshacerse de el. Es casi imposible destruirlo, es por eso que mi padre lo mantenía guardado. 

—En todo caso debemos devolverlo, me encargaré de eso, mientras tu vas con el Príncipe Blake, tenemos que hacer lo posible para protegernos de todo. 

Noté que un taxi se acercaba a nosotros. 
Le hice una seña para que se detuviera, para luego entrar. 

—Nos podría llevar cerca del castillo, aún no me se muy bien la dirección con exactitud—Hablé para el conductor. 

—Sí, con gusto. 

El comenzó el viaje, manteníamos un silencio incómodo durante todo el camino. 
Hasta que llegamos, Alení pagó el taxi y ambos bajamos de el. 

—Por cierto, espero no hayas traído dinero contigo—Habló Alení mirándome. 

—Claro que no—Intenté no mirarla pero había olvidado dejar la mayoría de mis pertenencias. 

—En cuanto a tu celular y todo lo que sé que trajiste, deberás dármelo te conseguiré lo necesario—Ella sonrió—Después de todo somos aliados. 

Al estar cerca del palacio Alení cambió las facciones de su rostro para poder entrar. 

—¿Listo?—Preguntó Alení. 

Ella me dio la mochila pero antes distorsionó la vista que originalmente tiene el libro. 

—Cuando revisen el libro lo verán como uno común y corriente. Pero solo durará unos minutos debes ser rápido—Explicó Alení mientras metía el libro a la mochila nuevamente. 

Ambos nos separamos y decidí entrar primero al castillo. 

《Alení》

Vi a Blaze entrar sin ningún tipo de problema, así que decidí ir también. 

Caminé por la entrada, los guardias me miraron un poco más de lo normal. 

—¿Viene a las clases señorita?—Preguntó uno de los guardias. 

Rápidamente usé mi magia para distraerlos de la pregunta. 

—Adelante señorita, bienvenida—Habló otro de los guardias. 

Entré por fin al castillo, pasé por aquel patio enorme y luego me introducí al palacio. Caminé por los pasillos intentando pensar en cómo encontrar el libro. 
Llegué hasta la habitación de Blake y toqué la puerta. 
No respondía. 
Esperé un poco más pero nada, era más que claro que no se encontraba en su habitación.
Miré por ambos lados y me aseguré de que nadie pudiera estar cerca. 
Abrí la puerta y entré de manera muy lenta a ella. 

Comencé a buscar por todos lados, en su closet, en el baño, en su buró, pero no encontraba absolutamente nada. 
Me senté en la esquina de la cama de Blake. 

—¿Dónde rayos está?—Pregunté para mi. 

Miré alrededor de toda su habitación, hasta que noté una pintura.
Esa pintura era realmente asombrosa, me acerqué a ella, tenía la firma de Blake. 

—¿Sería muy obvio?—Pregunté—O eso es lo que quiere que pienses. 

Quité la pintura, había una caja fuerte. 

—Aquí está...—Oí abrirse la puerta. 

Rápidamente coloqué la pintura y me puse frente a ella, viendo hacia la puerta. Quité el hechizo de mis rostro y volví a verme como yo. 

—¿Alení?—Preguntó Blake muy desconcertado. 




 




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