Legado : Trilogía Fuego Blanco( Libro 1)

CAPÍTULO 10

《ALENÍ》

Luego de varios minutos después, arreglé todo para que Blake no sospechara nada.

Me coloqué junto a él y cuando ambos estábamos recostados hice que despertara poco a poco.

Mientras fingía estar durmiendo.
 

—Alení—Despertó de inmediato—.

 

Permanecí durmiendo.

 

—¿Alení?—Sentí como acarició mi rostro.

Sentí un beso en mi mejilla derecha, y abrí los ojos poco a poco.

 

—¿Qué pasó?—Inquirí somnolienta.
 

—¿Fue un sueño?—Estaba tan desconcertado.

—¿De qué hablas?—Me senté a su lado.

 

—Había un chico que estaba bastante herido, luego el te pidió ayuda.—Sin duda la memoria de Blake era bastante buena.

 

—Hemos estado durmiendo desde hace varios minutos, es probable que lo soñaras—Afirme para luego tomar su mano.

 

—Fue un sueño bastante real, es cierto que me falta descansar.

 

Lo abracé y solté un suspiro.

 

—Debemos volver—Oí decir a Blake.

 

—Claro que sí—Respondí mientras me ponía de pie.

 

Blake levantó aquella manta y la devolvió a su lugar.

Regresamos al palacio tardando los mismos minutos.

Al llegar uno de los guardias le habló a Blake.

 

—Príncipe—hizo una reverencia—El Rey lo espera en sus aposentos.
 

Blake asintió, segundos después aquel guardia volvió de donde había venido.

 

—Puede que esté ocupado durante unas horas—Tomó mis manos.

 

—Ve, regresaré a casa, me avisas cuando termines todo, podemos mandarnos textos—Saqué mi celular, mientras sonreía—.

 

—Qué afortunado de tener tu número telefónico Alení.

El guardó mi número y yo el suyo.

 

Me dio un beso pequeño, sonreí ligero cuando lo hizo.

 

—Te veré después—Sonrió y se fue.

 

De inmediato salí del castillo.

Tomé un taxi a unas calles del castillo, mientras mandaba un mensaje.
 

—Te veo en mi casa en diez minutos.—Él mensaje se envió a Blaze, el respondió de inmediato.

—Está bien.

Cuando el taxi paró le di lo del pasaje, me apresuré a bajar mientras crecía un enojo dentro de mi.
 

Estaba molesta, entré a mi casa dejando la puerta abierta.

Subí las escaleras, toqué la puerta de la habitación de mi hermano.

Oí como abrió la puerta y me fui directo hacia él.
 

Lo tomé del cuello de la camisa.

—¿Qué has estado haciendo Elián?—Mi vos resonó fuerte, estaba molesta.

Vi su rostro ponerse nervioso, tenía un golpe en el labio inferior.
 

—Si te refieres al golpe no sé cómo pasó.—Estaba asustado.
 

—No me mientas, te conozco lo suficiente como para saber que te has estado metiendo en problemas. ¡Casi matas a alguien!—Grité fuerte

 

—Estoy seguro de algo Alení, no soy un asesino.—Respondió fuerte mi hermano, mi mano liberó poco a poco su camisa.

 

Él se acomodó la camisa, mientras me miraba decepcionado.
 

—No puedo creer que pienses que hice todo eso.—Tomó su celular.

 

—Elián sabes perfectamente porque lo digo—Él dejó de mirarme.

 

—No ha vuelto a pasar, sé controlar mis emociones.

 

—No eres muy estable, y sabes que no puedes usar aún bien tus poderes.—El hecho de que te enfrentarás con una persona de hielo...
 

Él me miró desconsertado.
 

—Espera, ¿Qué acabas de decir?.

 

—N-no, ¿No recuerdas nada?.

 

—¿Alení que estás ocultando ahora?—Inquirió rápidamente, sabía que no podría ocultarle la verdad.

 

—Primero, déjame averiguar como protegerte de aquella persona que usó tu mente, y tu cuerpo para intentar asesinar a Blaze.

—Debemos decirle a Papá, él sabrá que hacer con todo esto—Se dirigía hacia la puerta.

 

Lo tomé de la mano antes de que saliera de esta.
 

—No podemos meter a nuestro padre en esto, lo arreglaré. Solo mantente lejos del castillo, debes prometerlo.

 

Elian me miró serio, negó con la cabeza y se soltó de mi mano.
 

—Alení lo que planeas es peligroso, no puedes hacerlo sola. Te ayudaré, solo confía en mi.
 

—No puedo hacer que te arriesgues, por favor, promete que no harás nada tonto desde ahora, dame dos días y te contaré todo.

 

Lo miré con cariño y con la esperanza de que me comprendiera.

—Tienes dos días Alení, debes decirme todo.
 

Asentí y salí de la habitación.
 

A mitad de las escaleras vi a Blaze.
 

—Él no recuerda nada—Le hablé seria mientras bajaba las escaleras.

 

—Lo controló ¿Cierto?—Él dejó de caminar.

 

Me detuve frente a él, solté un suspiro.
 

—Así es, es momento de averiguar quien es. Debemos entrar a la habitación de Blake; sacar el libro de la caja fuerte y protegernos.
 

Vi a Blaze asentir, ambos bajamos de las escaleras. Y nos dirijimos nuevamente al castillo.
 

Al llegar al Castillo volví a ocultar mi rostro, por si mi padre se encontraba por ahí.
 

Ambos entramos, Blaze se adelantó un poco, cuando estuvo a dos metros de mi se detuvo.

Vi a mi padre venir hacia donde él y yo estábamos.

 

《BLAZE》
 

El padre de Alení dio unos pasos hacia a mi, esa autoridad que dejaba ver era indescriptible, podía sentir miedo.

 

—No había visto tu rostro.

—Mucho gusto señor Sindal, no tiene mucho tiempo a que pertenezco al ejército.

 

—Muy bien, asegúrate de que nadie pase sin ser revisado antes. Hemos tenido bastantes malos entendidos con el Rey.
 

Sindal miró hacia donde Alení se encontraba.

 

Él caminó hacia a ella.
 

—Señorita, creo que no está al tanto de las últimas reglas que se acordaron en el Palacio.

 

—Diculpeme no sabía.
 

Vi a Alení quitarse dos anillos que tenía en ambas manos.
 

Sindal la miró de más, como si pudiera reconocer a alguien.




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