Enero 10, 2024
Un poema: ¡Tu vida vale mucho!
Salmos 27:1-3 RVR(1960)
Jehova es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quien he de atemorizarme?
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército
acampe contra mi,
No temera mi corazon; Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
Para mi hija
Tu mi querida niña, ¿que te atormenta tanto?
Si yo te consuelo, ¿por qué dejas que las voces agudas y ruidosas te controlen?
Escucha mi voz, pon atención, yo te amo, tu vales mucho para mi.
No dejes que los generales y tenientes te rodeen con cadenas de hierro y fuego.
No dejes que la oscuridad retorcida y llena de obsesión te domine.
Por favor, mi preciada hija, yo pagué un precio alto por ti.
Mi princesa, yo te amo, estoy esperando por ti.
Yo te daré descanso del tormento, yo te liberaré de las cadenas.
La paz, el gozo y la armonía llegarán a lo más profundo de tu corazón.
Mi hija, mi escogida, mujer guerrera, valiente, llena de fe y dominio propio.
Tengo mucho amor para darte, mis ojos, te ven con hermosura.
Te quiero dar todo lo que te robaron multiplicado por siete.
Desde el vientre de tu madre, yo te vi,
Desde antes de nacer, ya te regale dones
Desde antes de existir, ya yo te ame.
¡Ya estás en casa!, que alegría mi hija,
Quedate aqui, nunca mas te alejes
¡Lejos de casa!, ¡no hay nada!
Lo que te espera es la tortura continua de la vara que quema.
¡Yo soy tu Dios!, El guardián de tu existencia!
¡Yo soy tu Dios!, El cuidador de tu alma!
Entiendelo, tu vida vale mucho para mi.
Salmos 91:5-7 NTV
No tengas miedo de los terrores de la noche
ni de la flecha que se lanza en el día.
No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad,
ni a la catástrofe que estalla al mediodía.
Aunque caigan mil a tu lado, aunque mueran diez mil a tu alrededor,
esos males no te tocaran.
Para mi hijo
Tu, mi querido hijo, ningún maleficio, ningún encantamiento,
Ninguna oración maligna surtirá efecto en ti, vive confiado de mí.
Las sanguijuelas de la noche, no te podrán ver, ellas no te tocaran.
Tu mi querido niño, no ignores las flechas encendidas disparadas!
No ignores el efecto de ellas, que incendian el bosque de tu mente.
Enfrenta todas las flechas envenenadas con el tesoro que está escondido a simple vista.
No temas a las que se visten de piedad, ellas no podrán enviar a los príncipes de oscuridad.
La mujer mentirosa, no podrá enfermar tu cuerpo, ni tu espíritu, ni tu alma.
Ella, la de olores perfumados a incienso, no tiene forma de traspasar la barrera.
Mi guerrero, mi soldado caído, mira, yo estoy aquí
Todos se fueron, pero yo estoy aquí, yo te consuelo
¡Despierta!, los perros salvajes te buscan, te quieren cortar la cabeza.
¡Levántate! el enemigo decretó tu muerte!
Llamame con llanto y gemido, ¡Tu tienes un abogado!
Escucha mi voz, ven, yo te puedo salvar!
Mi hijo, amado, especial y escogido, rápido, te queda poco tiempo,
Quiero salvarte del tormento perpetuo.
Pídeme ayuda, yo iré a tu rescate.
Te liberare de la noche perturbadora, te libraré de los hechizos y decretos,
Te abrazaré en medio del fuego y no habrá, enfermedad, muerte ni maldición que te alcance.
Mi hijo, tu vida es muy preciada para mi, tu alma es de un valor indescriptible.