El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo poseen un poder superior a cualquier entidad terrenal o espiritual. Es crucial recordar que, al igual que existen leyes en la tierra, también las hay en el ámbito espiritual. Si un ser humano otorga permiso a un demonio, este puede invadir y robar las bendiciones divinas. Todos tenemos la capacidad de pensar y, por ejemplo, manejar un canal de YouTube con la ayuda de Cristo, sin depender de productores externos, que, lamentablemente, pueden ser entidades malévolas buscando poseer y vivir a través de otros, especialmente aquellos con gran inteligencia.
Estas entidades pueden buscar destruir a aquellos que no se someten a sus deseos, atacando debilidades personales y familiares. He experimentado persecución por rechazar la fornicación y negarme a cumplir con sus demandas. Además, advierto sobre tácticas de control mental y envenenamiento, como la adulteración de alimentos con sustancias nocivas. A pesar de los riesgos, confío en la fortaleza que Cristo me proporciona.
Es vital estar alerta a las manipulaciones, incluso en el ámbito laboral, donde pueden ocurrir fraudes como el robo de identidad y la alteración de cuentas bancarias. Insto a la vigilancia y a la investigación, ya que las apariencias pueden ser engañosas y las fuerzas malignas buscan aprovecharse de la humanidad. La inteligencia artificial, aunque potencialmente peligrosa, puede ser una herramienta útil si se utiliza con prudencia y dependencia de Cristo. Es esencial despertar y no permitir que nadie nos desvíe del camino correcto. Puerto Rico, y otros países, deben estar conscientes de estas amenazas. Cristo viene, y es hora de estar preparados.