Legalmente mío

CAPÍTULO 1

— ¿Este que te parece? 

— Oliver, no tengo tiempo para eso — Oliver era mi primo, bueno primo político. Era hijo de uno de los mejores amigos de mi mamá. Por eso lo consideraba mi primo. 

— ¡Hasta para esto fuiste especial! A quien se le ocurre preparar una boda sin novio. 

Habían pasado cinco meses desde que mi abuela me advirtió que quería que me casara y tuviera un sin fin de herederos. Ni siquiera le presté atención a sus palabras aquella ocasión. Pero hace un mes me volvió a enviar una advertencia. Era un documento que autorizaba mi destitución como presidenta. Así que empecé con los preparativos: el salón, las damas de honor, la lista de regalos, la cena de ensayo; hasta las tarjetas de boda estaban listas. 

Más bien mi organizadora de bodas fue la que preparó todo, yo solo le pagué. En este momento Oliver me fastidiaba con el vestido de bodas, a lo cual yo estaba desinteresada. 

Lo realmente importante en este momento era el contrato matrimonial. Le pedí a uno de mis mejores abogados para que incluyera todos los aspectos necesarios. No quería que al terminar este contrato, salir perjudicada y perder parte de mi fortuna.

No me casaba por amor, lo único que quería era era un hombre que se casara conmigo y quedar embarazada, para mi no era necesario tener un gran número de hijos, con uno me bastaba y si era niña mejor.

— Oliver, estoy ocupada en algo más importante. — Le mostré los papeles en mi mano — Mi contrato nupcial, no quiero dejar ni un solo cabo suelto. No tengo idea quien será mi esposo, así que debo protegerme en todos los aspectos 

— Pues creo que si no hay novio ¡No habrá contrato nupcial! Todo está preparado, solo hacen falta dos cosas y son las más importantes ¡El vestido de novia y el novio! Sin eso ¡No hay boda! 

Oliver tenía razón, pero no tenía idea de dónde buscar. Conocía a muchos hombres y ninguno llenaba mis expectativas, al menos no, como esposos.

— ¡Está bien! ¡Me rindo! Buscaré a mi futuro empleado, es decir, mi futuro esposo

— Ni se te ocurra decir eso delante los futuros candidatos 

— Oliver, tú sabes muy bien que eso es para mi, solo será como un contrato de trabajo, nada más.

— Eso no es cierto, no hay ni un solo contrato en esta empresa que especifique que tendrán que acostarse contigo y mucho menos tener hijos. — Rodeé los ojos, pero no podía discutir su lógica. — Tengo una idea — Exclamó — Publicaremos en redes sociales, televisión y radio “Se busca esposo” 

— Te estás volviendo loco ¿Verdad? 

— No, creo que es una buena idea. ¿Te imaginas? Tendríamos un sin fin de prospectos 

— De verdad que te volviste loco 

— Si lo analizamos, no es una locura por completo 

¡Claro que era una locura! Aunque...— Tengo una mejor idea, solo será en el periódico de la ciudad. No quiero que mi abuela descubra que estoy buscando esposo de esa manera. Además casi nadie leerá la noticia. Vendrán solamente los hombres interesados 

— No, solo vendrán ancianos que leen el periódico — Se burló Oliver 

—No, seré muy específica en los requisitos. Estoy segura que con ese anuncio encontraré al hombre ideal para este trabajo 

— No me parece buena idea  

— Fue tu idea ¡Idiota! 

— Pero no lo del periódico, yo lo quería hacer más actual, tenemos tantos medios digitales y tú quieres el periódico, que es lo más viejo que existe 

— ¡Así será Oliver! Querías que buscara a mi esposo ¡Pues lo haremos a mi manera! — Se cruzó de brazos, pero asintió — Mañana irás al periódico y publicaras lo siguiente — Busqué un pedazo de papel y anoté.

¡Se busca Asistente!

Destacada empresaria busca a un hombre para convertirlo en su asistente. Pero, deberá poseer el siguiente perfil: 

> Edad: 30 a 40 años 

> Cociente intelectual 115-120

> Soltero, viudo o divorciado 

> Sin hijos

> No multimillonario 

> Buen Estado físico y de salud

Interesados deberán presentarse en las oficinas de Aseguradora Valencia el día viernes a partir de las 8:00 am.

 

Le entregue el papel a Oliver para que lo lleve al periódico.

— ¿Es enserio? Ningún hombre va a cumplir con esos requisitos. Además ¿Asistente? ¿Por qué eso? 

— Tú solo publícalo. Que lo hagan en todos los periódicos durante  la semana. No quiero ser tan obvia. Diremos que es un asistente el que buscamos, y no un esposo; solo el elegido conocerá la verdad.

— ¿Por qué eres tan exigente? Tanto requisito será difícil cumplirlo 

— Si voy a casarme con alguien y tener un hijo suyo al menos que sea inteligente, tampoco quiero a un anciano, ni que tenga hijos por el hecho que el mío deberá ser él primogénito. No quiero a ningún millonario, esos son los peores y correrán detrás de mi fortuna 

— Está bien, haré lo que me pides. Pero insisto que con esto nadie vendrá 

En algún lugar de esta ciudad tenía que existir ese hombre.

 

(...)

 

Después de un día duro de trabajo, regresé a mi casa. La cual era una casa ideal solo para mi. Contaba con tres habitaciones, una pequeña biblioteca, sala, cocina, un jardín enorme y una piscina. Además solo había una habitación para mi nana. Dalila, era una mujer de sesenta años. Me cuido desde que era una bebé y por eso la consideraba una persona especial. 

Después de que mi madre se convirtiera en una alcohólica, Dalila fue la única en consolarme, ya que mi abuela se encargaba de la empresa. 

— ¿Qué tal tu día? — Preguntó desde el umbral de mi puerta 

— La verdad, estuvo muy cansado solo quiero comer, bañarme y dormir — Me lancé hacia atrás en mi cama. — Además Oliver me estuvo insistiendo con lo del matrimonio, así que decidí poner en marcha un plan. 

Le conté a Dalila mi plan con lujo de detalles. Ella siempre me daba muy buenos consejos, así que sabía todo de mi. 




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