Legalmente Suya

6.

Leigh.

Doy una mirada al espejo, y veo a una chica vestida con un vestido azul ajustado a su cuerpo, el vestido de sus sueños podría llegar a decir, a punto de vivir un momento que muchas veces llegó a creer que sería uno de los momentos más especiales de su vida, pero en cambio su rostro no refleja eso, en su mirada se ve algo desolada incapaz de vivir ese sueño de la niñez, después de todo se está a punto de comprometer, pero con una pequeña diferencia, este sueño no es más que una pesadilla porque con la persona que se competerá no está ni cerca a ser la persona ha soñado, el motivo del compromiso tampoco es el deseado, pero el premio de este compromiso vale cualquier sacrificio posible.

Tomo entre mis manos un pequeño collar con la inicial de mi madre, desde que ella está en el hospital, le quitaron sus joyas a excepción de la alianza de matrimonio que mi padre le pidió a los médicos que ella conserve hasta que ellos crean que eso podría estar poniendo en riesgo a mi madre, lo cual me pareció un hermoso acto de amor, pero por mi parte, me adueñe de su cadenita con su inicial, porque es una forma de siento que ella me acompaña.

Alguien toca la puerta de mi habitación, se que es mi padre porque escuche sus pasos en el pasillo, al ser solo dos personas en la casa, cada sonido se ha hecho conocido.

—¿Ya estás lista? —pregunta abriendo la puerta, se queda en silencio observando y veo pequeñas lágrimas asomandose en sus ojos, pero solo allí quedan.

—Sé que a tú mamá le emocionaría estar en un momento así de tú vida, por más que yo no consideré que estés haciendo lo correcto, pero esto no es algo que le contaremos a tu madre, no diré nada sobre que tus ojos no brillan al ver a ese chico, yo esta noche me concentraré únicamente en que es lo que tú deseas y en guardar recuerdos para tú mamá.

Yo lo abrazo unos segundos.

—No quiero que pienses sobre las razones que me han traído este compromiso porque aunque no lo entiendas, se trata de amor.

Sería difícil decir que esto no se trata de amor, pero es verdad si hay amor de pormedio claramente no es un amor hacia ese hombre pero si es hacia mis padres, por ellos estoy dispuesta a hacer todo esto sin titubear, no me importa estar atando mi vida a un extraño con tal de saber que estarán bien.

Le sonrío a mi padre y tomó su mano.

—Estaremos bien, te lo prometo. —le murmuró apoyando mi cabeza en su hombre para vernos en el espejo. —Estás muy guapo, pero este nudo en la corbata está mal puesto. —lo acomodo.

Mi mamá solía ser quien se encarga de los nudos en las corbatas de mi padre, por eso me da ternura pensar que aún él no sabe ponersela bien, porque sabe que no tiene la necesidad de aprender porque su esposa es una perfeccionista en hacer nudos de corbata.

—Gran cambio. —se burla.

Una vez listos salimos de mi habitación directo a la sala a ver si ya Anthony llegó por nosotros, y como si lo hubiéramos llamado, justo cuando dan las nueve llegó, vistiendo un traje azul a juego con mi vestido, el cual también se ha encargado él de elegir porque luego de ver como diez vestidos yo solo quería venir a mi casa a descansar, todos para él eran inapropiados para un Williams, y mi cansado de mi respuesta sobre “No soy una Williams, y si tanto te molesta escoge tu uno” me tomo la palabra y eligió un vestido con dos capas de tela, primero una que es muy ceñida al cuerpo y la segunda caía como cascada dándole un movimiento muy bonito al vestido.

—Te ves diferente. —me dice Anthony admirando como se me ve el vestido, después de todo por más que me lo haya visto puesto, no me presto mucha atención y tampoco es algo que yo haya querido recriminarle, no me interesaba que mi falso esposo estuviera más entretenido hablando con la vendedora.

—¿Diferente como bien o mal? —le pregunto al no aclarar ese término.

—Bien, realmente esperaba que estuvieras peor que esto.

Me rió.

—Es bueno saber que siempre esperaras menos de mi.

Podría llegar a ofenderme que él considere que no me esmeraré por algo, más cuando se la importancia que tiene todo esto.

Luego nos encaminamos para la fiesta de compromiso, y es cuando en realidad aparecen mis nervios, tener que fingir toda la noche que amo a alguien que ni siquiera conozco, frente a personas que tampoco conozco, no lo sé pero no lo veo un panorama sencillo.

Me fijo en Anthony y este solo conduce, no parece preocupado en lo absoluto.

Llegamos a una gran casa, demasiado grande para tratarse de una simple familia, no había terminado de atravesar la reja.

Nos bajamos del auto y yo entrelazo mi brazo al e mi padre, buscando alguna especie de protección ante tanto lobo que espero que se encuentre allí adentro, después de todo mi futuro prometido solo es un pequeño león en una manada de leones llenos de poder, quien sabe que me pueda encontrar allí.

Pero yo no estoy interesada en absolutamente ninguno de ellos, su existencia es totalmente indiferente para mí.

Tomó impulso antes de comenzar a caminar detrás de Anthony.

Este va caminando con las manos en los bolsillos de su pantalón totalmente despreocupado de todo.

—Espérame aunque sea, no sabes lo doloroso que es caminar rápido con estos tacones. —digo una vez que lo alcanzó en la puerta, mi padre suelta mi brazo para entrelazarlo en el de Anthony.

—Aún estas a tiempo de arrepentirte, y mandar todo esto a la mierda. —susurra para que mi padre no escuche.

—Pierdo mucho, aunque en este momento no lo entiendas, eres mi única opción. —le respondo con el mismo tono de voz.

Todo lo que pueda hacer en este momento solo tiene un objetivo, uno muy claro que es salvar a mi mamá, ante eso nada me va a importar.

Una señora abre la puerta dándonos paso a la casa, presiono el brazo del menor de los Williams para intentar relajarme un poco y este solo me mira como si realmente estuviera enamorado y me sonríe.




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