Legalmente Suya

10.

Leigh.

Una vez que se dio por terminada la fiesta, Anthony nos llevó a mi padre y a mi a casa, mi padre iba en el asiento trasero durmiendo, lo cual aproveche para observar con mayor atención a mi futuro esposo.

Su vista estaba fija en la carretera, en el tránsito y casi que conocía cada una de las señalizaciones de memoria, cada luz en rojo, lo que me hacía pensar que también es una persona muy atenta.

En todo el camino ninguno dijo ninguna palabra, pero ni siquiera hubo un silencio incómodo.

Al conocer a su sobrina, solo me pregunto cómo sería la mamá de esa niña tan tierna, porque para que él considere hacer lo que estamos a punto de hacer, esa mujer debió haber sido realmente muy buena con él.

—Dime de una vez que es lo que piensas así dejas de mirarme tanto. —murmura él.

—Estoy intentando saber algunas cosas, como quién era y cómo era tú hermana, sigo pensando que es un acto muy noble lo que estás haciendo, cuidar de su hija como si fuera tuya, incluso aceptar casarte conmigo para tenerla cerca.

—Tú dices noble, y yo lo llamo acto de amor, yo no estoy buscando que me llamen salvador de algo o alguien, yo solo hago lo que tengo que hacer por esa niña, porque mi hermana en algún momento lo hizo por mí, yo solo replicó lo que ella me enseñó sin ningún tipo de título.

Nos detenemos frente a casa y me apresuro a bajar para ayudar a bajar a mi padre.

—Que tengan buena noche y descansen. —es lo último que dice Anthony antes de marcharse.

—¿Estaba apurado? Quería ofrecerle un té. —murmura mi padre y yo niego antes de abrazarme a su brazo, porque se ve muy cansado, comenzamos a subir uno a uno los escalones.

—Iré a cuidar de mamá, pero quiero que descanses, no quiero verte mañana con ojeras y hoy ha sido un día muy largo para tí.

—Duermo mejor en el hospital junto a tú mamá, eso es algo que ya entenderás pronto que cuando acostumbra a dormir junto a alguien durante tanto tiempo ya nada es igual, por mas que tengas toda la cama para tí, yo siempre extraño la respiración de tú mamá junto a la mía, sus manos frías en la mañana, sus constante movimientos en la cama a causa de no encontrar una posición cómoda, sus libros que jamás terminaba sobre la mesa de noche.

Me despido de mi padre en cuanto cruzamos el umbral de la puerta.

En mi habitación rápidamente me quito el vestido, y todo el maquillaje y es como despojarme de un personaje atrás, ya hasta el peso de mi cuerpo se ve disminuido.

Cuando ya no los despojos de esa chica que empezó la noche quedan tomo mis llaves, mi teléfono y paso por la puerta de la habitación de mi padre, para verlo ya durmiendo, mirando hacia el lado que mi madre solía dormir.

Pueden pasar meses, años e incluso décadas y ellos seguiré encontrando esa magia que es la que realmente a encontrar en alguien, el saber que alguien te es tan incondicional que siempre te estará esperando para dormir, para almorzar, cenar o incluso leer un libro, todo o nada en realidad pero juntos.

Ellos son la razón por la que para mí el amor jamás será un tema menor, porque mi escala para medir el amor es el ejemplo de ellos, un amor que nunca se destruye y con el día a día va mejorando y volviéndose más fuerte.

Salgo de mi casa en silencio, me pongo mis auriculares y freno un taxi, le doy la dirección del hospital, todo el recorrido ya es una rutina habitual, donde los minutos se van rápidamente y cuando menos lo espero ya me encuentro frente a ese gran edificio con las letras enormes.

Antes de entrar me compro un café y unas galletas para luego dirigirme a la habitación de mi madre.

—Buenas noches mamá, se que hoy llegue un poco más tarde, pero te contaré que me sucedió, está noche me he comprometido. —digo acercando un sillón de un solo cuerpo junto a la cama. —Te seré sincera nada ha sucedido como lo soñé, pero estuvo bien, he conocido a una niña que es un encanto, de esas niñas que de pronto te hacen ver mariposas y rosas en todos los lugares porque un hermoso universo crece a su alrededor, se que dirias que soy muy soñadora al creer que los niños desprenden cosas tan lindas, pero es una realidad, cuando la conozcas me darás la razón.

Le dí un sorbo a mi café antes de sacar el libro que he traído para leer “El vuelo de una golondrina”

Cuando voy dos páginas siento que alguien se sienta junto a mí, levanto la vista encontrándome con Anthony.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunto dejando de lado mi libro.

—Eres mi familia ahora, apoyaré y acompañaré por más que me creas un idiota.

No lo voy a negar porque es imposible hacerlo, tan solo esas palabras hicieron que por un segundo mi mundo se detuviera.

—¿Así que estoy incluida en tu concepto de familia? —murmuró antes de sonreírle cuando este asiente y me roba una galleta. —Eso es lindo, escucharte hablar así me hace creer que en realidad el idiota si tiene un corazoncito y muy lindo a decir verdad.

—No es la gran cosa, solo te haré compañía e incluso podría tomar turnos contigo y tú papá para cuidarla, porque entiendo que ambos trabajan, después de todo no es que tenga grandes cosas que hacer además de cuidar a Kaia, pero ella en las mañana suele ir al parque con su nana.

—Puedo ayudarte a cuidarla yo también, solo mi mamá sabe lo que me encantan los niños, amo seguir travesuras que a cualquier adulto le podría parecer absurdidad.

—Ella suele hacer muchas, la última ha sido decorar todo el despecho de mi abuelo con sus pinturas, porque según ella tenían colores muy feos, pero para los muebles de roble de mi abuelo eso ha sido un crimen, razón por la que tuvo toda una semana de castigo donde la mantenían encerrada en su habitación, y yo espera a que todos salieran para sacarla al jardín a jugar. —me sonríe y mira hacia mi madre. —Ella ha hecho algo muy bueno contigo, cuando llegue a casa en mi habitación me esperaba Kaia y me ha dicho que espera que sea mañana, así cocinará contigo un pastel y tú le leerás un cuento, sinceramente no sabes los meses que llevó esperando escucharla decir que quiere hacer un pastel, porque ella amaba cocinar cosas con mi hermana y desde que ella falleció ni se pasaba por la cocina, yo la invite muchas veces a cocinar y ella antes de llegar a la cocina se largaba a llorar y se sentaba en el suelo a llorar, y hoy con una sonrisa me ha dicho que hará un pastel, tal vez no entiendas lo significativo que ha sido eso, pero escuchar esas palabras fueron las que me hicieron entender que yo debía estar aquí apoyandote, porque tal vez yo no pueda hacer el milagro que tú estas necesitando para que tú sonrisa se vea igual de radiante que la de mi pequeño angel, pero te apoyaré y te impulsaré siempre que sea necesario para que ese día cuando llegue, porque si hay algo que ya te quiero dejar en claro es que mi suegra despertará y es más, te propongo que nos casemos un día cualquiera sin invitados, solo tú papá, mi angel y algún testigo, y cuando tú mamá despierta hagamos la gran fiesta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.