15.

Leigh.

Una boda lejos estaba de mis planes presentes, pero los planes al final de la historia solo son eso, ideas de momentos o proyectos, pero lejos están de ser una regla de vida.

Cada acto con el día tras día, trae aparejado una consecuencia que puede modificar toda la ecuación de los resultados, pero solo al final de nuestra historia podremos ver los resultados completos, por lo que un proyecto, un plan truncado hoy no debería de mortificar a todo el proceso que es llamado vida.

Me miro al espejo y me encuentro vistiendo un sencillo vestido blanco y me asombro de que aún cuando he conseguido el vestido entre un catálogo reducido de vestidos que ya tenían listos porque son de alguien que canceló la compra o porque son vestidos de stock.

Pero aún así siendo que el vestido es un poco mi reflejo, sencillo pero con algo de coquetería con la espalda poco cubierta con un encaje floral, y una pequeña apertura del lado derecho que llega hasta casi la mitad de mi muslo, un escote pronunciado pero cubierto con el mismo encaje de la espalda, haciéndolo un poco sexy pero rescatado al mismo tiempo.

Cada intento de entender que era lo que realmente estaba sucediendo en mi vida parecia estupido porque extrañamente me sentía muy segura de lo que estaba a punto de hacer, por más que significará casarme con un completo extraño que realmente en algunas ocasiones me parecia un completo idiota.

Caminaré un camino eterno junto a ese idiota desconocido, pero sin miedo a nada, porque tengo más que perder estando sin él que estando con él.

Me quedo mirandome en el espejo hasta que escuchó un carraspeo y un suspiro detrás de mí.

—Tu mamá estaría encantada de verte así, vestida de blanco y lista para casarte con el hombre que has escogido, por las circunstancias que sean.

—¿Las sabes no? Sé que ves mis motivos aunque no los menciones desde que no dijiste nada para hacerme cambiar de idea de casarme tan repentinamente. —admito. —Supongo que me estas dejando decidir para cometer mis propios aciertos y errores.

—Lo sé desde que me lo has presentado, pero no juzgo tu forma de pensar y analizar las cosas por lo que no pensé en que me aconsejaría decirte tú madre en una situación así y ella te hubiera apoyado en cualquier decisión que tomarás, porque no se trata de evitar que hagas las cosas sino de acompañarte siempre que podamos, pero si te hubiera dicho algo para intentar que te arrepentirás de ese paso, solo estaría anulandote en tus decisiones y yo estoy segura de la niña que crié, yo crié a una persona completamente capaz de tomar sus propias decisiones.

—Todo lo que hago tiene un motivo que justifica todo, de eso es lo único que estoy segura. —digo intentando tranquilizarlo un poco pero

Un camino de rosas lilas que simbolizan la vida, mi gran recorrido que se mezclen con pétalos rosas que simbolizan el amor y que cuenten una historia de dos personas que convergieron en un mismo punto y están a punto de comenzar un camino juntos, ese era mi gran sueño al pensar en como entrar a mi casamiento, caminar un largo camino con mi padre del brazo pisando pétalos.

Más allá de que si lograré caminar del brazo de mi padre que realmente es lo más significativo, esa ilusión de colores será algo que me quedará pendiente, quien sabe y si vuelvo a encontrar una próxima ilusión en mi vida, luego de que todo esto acabe, si es que se acaba llegue a poder convertir este momento.

Mi padre sujeta fuerte mi brazo y comienza a caminar conmigo hacia una mesa blanca con cuatro sillas donde ya se encuentra sentado Anthony, quien se encuentra con la mirada fija hacia el centro, veo que en unas butacas se encuentran dos extraños y la princesita vistiendo el precioso vestido que se le compro hoy y una corona de rosas que no recuerdo haber visto, pero combina perfectamente con su vestido, ella me sonríe ampliamente y es lo que necesitaba para confirmar que estoy haciendo lo correcto, por si acaso si había alguna duda perdida al respecto.

Finalmente Anthony se pone de pie y se da la vuelta para encontrarme frente a frente con él, mi padre suelta mi brazo y lo entrelaza con el de Anthony algo le murmura mi padre a él en el oído y este lo mira unos segundos antes de asentir.

En silencio nos sentamos y es cuando comienzo a escuchar las primeras palabras.

“Estamos aquí reunidos hoy para celebrar el matrimonio entre Anthony Williams y Leigh Castell quien se encuentran aquí de forma voluntaria para unir su vida y construir un futuro juntos, apoyándose en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y la abundancia tanto como en la pobreza y en la adversidad, el matrimonio no solo significa la unión de los hoy presentes, va más allá de lo que representa una declaración ante el Estado sobre su nueva situación civil o patrimonial y esta legalidad, significa intentar velar por la otra persona tanto o más de lo que uno lo hace por uno mismo, buscar el bienestar del otro, porque días felices siempre habrán pero también habrá días difíciles que son donde realmente se pondrá a prueba este vínculo.”

Y así continuó hablando de los pilares del matrimonio, el compromiso y demás hasta que finalmente llegó el momento de la pregunta donde ambos sin titubear dijimos sí, acepto y luego el momento de las firmas para dar por terminada la ceremonía, lo que parecía ser un mero trámite, pero era justo lo que necesitabamos, no ibamos a dejar que ellos también decidieran sobre cuando y como casarnos.

Anthony me entrega un anillo antes de salir con un pequeño diamante blanco, tan sencillo que parece realmente elegido para mi con una transcripción debajo “Lien”.

—¿Qué significa? — le pregunto curiosa.

—Lazo o vínculo en francés, es para que no olvidemos el verdadero significado de todo esto. —se encontraba demasiado serio para entender que lo decía muy enserio, este es un lazo de conveniencia, y eso es lo que acabamos de sellar, una especie de contrato donde solo tendremos beneficios sin sentimientos.