Legendhill
Actualidad, junio de 1946.
Aquel era Emriss Brennan, un joven de Legendhill pocos días después de su cumpleaños número veinte, hacía frío, la luz de la vela que alumbraba la alcoba se había apagado, la luna entraba cálida entre los pliegues de las cortinas negras que cubrían parte de la ventana frente a su cama, una suave ráfaga de aire movía los colgantes artesanales sujetados en el techo, los que por cierto el fabricó de pequeño, eran las tres de la mañana y su boca comenzó a secarse, sentía un fuego en su interior y que estaba a punto de desvanecerse, misteriosamente un gato negro de grandes ojos se posó bajo el umbral de su ventana, sintió como el tiempo se hacía cada vez más lento, hasta que las hojas del roble blanco de su jardín ya no se movían, cerró los ojos en un relampagueo para notar nuevamente al abrirlos que aquel gato seguía mirándolo fijamente como tratando de decirle algo, sentía las manos húmedas y las luces de la habitación no funcionaban, la visión se hacía cada vez más difícil, la delgada capa de la luz de la luna llegaba a la habitación con un azulado algo extraño, como si de una fantasía fuera de la realidad se tratara, en ese momento, Emriss no sabía si esto era real o simplemente un sueño, tomo su medallón desde el velador y lo puso en su mano derecha, apretándolo con todas sus fuerzas, no podía creer que aquella frase que su madre dé dijo antes de morir estaba cobrando sentido, la luna estaba cada vez más cerca, lo habían encontrado y ahora sabía que su madre tenía un secreto que debía descubrir. Así los días siguieron pasando y mientras en otros lugares, a través del tiempo, diversas historias se entrelazarían, la magia, las pócimas, hechizos y brujería, llegarían en un futuro muy cercano a despertar a Emriss desde la conciencia y le abrirán las puertas a un mundo distinto, lleno de seres y criaturas místicas, de esa manera el en esta vida, tendría la posibilidad de creer en lo que no puede ver, trece linajes de brujas, cuatro clanes de lobos, amigos y enemigos que enfrentar, el amor y la muerte, esto es solo el comienzo.
Culloden, Escocia, abril de 1746.
Nos aprontábamos para la última de nuestras batallas, corrimos por los bosques anunciando la liberación del pueblo y los sabios, Escocía estaba a punto de ser una gran mancha de sangre en el mapa, por lo que se llamó al concilio de las más poderosas brujas y brujos de la zona, era hora de tomar cartas en el asunto y tener las agallas de manejar la libertad, el Señor Evander sería el mártir, pues, su familia debía ser salvada y todo estaba apunto de cambiar.
Culloden, Escocia, 15 de abril de 1746.
— La casa de Hanóver movió sus tropas, creo que piensan atacar mañana a Estuardo y los Jacobitas—Dijo Evander preparando su arma.
—No podremos huir, no hay comunicación y los sabios de la zona llamaron al concilio hoy, debemos saber cuál es el plan no podemos quedarnos aquí y morir a manos de los enemigos.—Dijo Esther, con la garganta apretada.
— Lleva a los niños y a tú madre al concilio, me quedaré para esperar noticias acerca de la batalla, te necesitamos y sé que lograras llegar sin novedad, si los dioses lo permiten mañana estaré con ustedes en la casona.
— No puedo dejarte aquí, morirás y no podré protegerte. Los niños estarán bien, pero, te necesito conmigo.
— Ya es hora. Debes irte o no habrá vuelta atrás, Esther mírame, Te amo.
— Te amo, siempre te amare, que nos volvamos a encontrar.
— Feliz Encuentro y feliz partida, que la diosa madre te proteja y sea justa.
La batalla de Culloden del 16 de abril de 1746, fue el choque final entre Jacobitas y los partidarios de la Casa de Hanóver durante el levantamiento jacobita de 1745.
Fue la última batalla librada en suelo británico hasta la fecha, y supuso para la causa jacobita, que defendía la restauración de la Casa de Estuardo en el trono británico, la derrota definitiva de la que nunca se recuperó.
Esther desde ese momento adoptó el apellido de su marido, el apellido que para el concilio de brujas dio la mayor de las satisfacciones, el apellido de las brujas y brujos más poderosos de la historia de Escocía, el más temido de todos, Brennan.
El Señor Evander espero en silencio entre los árboles, iluminados solo por la antorcha que en su mano izquierda sostenía tembloroso, a lo lejos se divisaba la hoguera de Hanóver, los que la encendieron para intimidar a los jacobitas, ya no había marcha atrás, en esta ocasión la lucha se hacía insostenible y prácticamente Evander y los demás Jacobitas sabían que era su fin.
Culloden
16 de abril de 1746
Con las espadas en las manos corrieron por el campo, solo un grito de guerra se escuchó pasar por la planicie donde cada uno de los hombres fue herido, capturado y asesinado en la batalla, Esta, la más sangrienta de Escocía. El señor Evander dio lo mejor de sí, pues resistió el primer golpe, más no bastó al caer inconsciente en el campo de batalla, su magia no podía salvarlo en esta oportunidad, estaba débil y la energía emanada por su cuerpo no lograba cargar el medallón en forma de pentáculo que colgaba de su cuello.
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Editado: 27.09.2019