900 d. c
Es otoño y puedo sentir las hojas cayendo lentamente, la briza rosando cada espacio de mi cuerpo desnudo corriendo por este bosque sin fin, el miedo inunda mi sensación de vacío en el interior de mi pecho sin alma, el sol me hace daño, pero las nubes disminuyen el dolor de la transformación que aún no se ha concretado, mi ojos color rojo intenso pueden ver más allá de lo normal y mi olfato es como nunca antes lo había sentido, puedo escuchar cualquier cosa y como nunca antes mi ser experimenta una sensación excitante que me libera de las ataduras de los puritanos, mi sangre vikinga me da fuerza para seguir corriendo de aquellas personas que con antorchas me siguen y de aquellos que por una extraña razón creo que hace unas horas me mataron, mi nombre es Katrina Báthory y soy la primera vampira del linaje de la diosa Freyja.
Nací en el año 876 d. c, mi madre y mi padre fueron presa, en una nueva tierra llena de tiranía donde los barbaros vikingos lucharon para poder conquistar nuevas tierras, hoy entendí que el mundo sobrenatural es aún más real que la misma realidad, soy de piel clara, pelo crespo con un tono rojizo y sé que después de mucho tiempo siguiendo a los vampiros por fin soy una de ellos, la decisión fue mía pero nadie creyó que esto se saldría de sus manos, no pensaron que yo sería la asesina de todos ellos.
A mis 21 años mis padres fueron asesinados por vampiros, sin duda eran vikingos rudos, comerciantes que viajaban de un lado a otro, pasando por Irlanda y otros países hermanos con el tráfico de esclavos nuestra raza llego a lo que el futuro se convertirá en Rusia, lo se simplemente porque tengo una amiga vidente, bruja de nacimiento, pero esa es otra historia, hace unos años una noche entraron en nuestro campamento a robar mercancía, los desgraciados tomaron a mi madre y frente a mi le cortaron el cuello y bebieron su sangre, por su puesto ellos no me vieron, pues su sed de sangre no los dejaba hacer otra cosa que seguir con la violencia, mi padre corrió a por un cuchillo, preso de la humanidad en su interior y de la lentitud en sus pasos, no lo dejaron escapar o intentar salvarme, pues solo con un tronar de cuello lo mataron cruelmente mientras yo aún no sabía qué hacer para sobrevivir, nunca pensé que intentar entrar a una sociedad secreta conllevara que mataran a mis padres y yo debía cumplir todo aquello que ellos ordenaran, y por esa razón es que, ahora tres años después ya en transición debo escapar de sus crueles garras, porque no quiero hacer daño a los inocentes.
Unos años antes de que mataran a mis padres tuve la oportunidad de conocer a un chico, su nombre John Erikson, con 19 años me aventure en el mundo de lo oculto, me atraían sus aficiones, su oscuro humor, su forma de ser, sentía que con él estaba segura, cada cosa era una nueva experiencia, su sonrisa un tanto retraída hacia aflorar la mía con facilidad, quizás estaba un poco segada por lo que el producía en mí , pero, al fin de cuentas no me podía controlar, es como una atracción fatal al chico malo de los cuentos, él era alto, rubio y con ojos turquesa, John nunca quiso salir conmigo de noche, siempre tenía una excusa para dejarme con las ganas, hasta que un día, por cosas del destino o por casualidades de la vida tuve la oportunidad de encontrarme con su grupo de amigos en un bar dentro de nuestro asentamiento, creí que quizás estaba con alguien más y lo seguí.
Tercer trimestre año 895 d. c.
Katrina sospechaba que su novio John le era infiel, siendo una hermosa joven sus dudas acerca de su novio no la dejaban tranquila, su extraña forma de afrontar las cosas y la forma en que algunas veces Katrina no recordaba las cosa la tenía preocupada, John ya le había advertido que meterse con él le traería problemas, él nunca fue el chico bueno y quizás eso a Katrina nunca le importo, lo que si era seguro es que entre John y Katrina había una conexión, pero, quizás nunca fue tan fuerte de lo que se creyó.
Katrina trabajaba con su padre en la herrería sin duda era hábil manejando la forja, mientras John la miraba desde lejos como queriendo decirle algo, Katrina por otro lado sabía que John la miraba y aprovechaba esos pequeños momentos para coquetear con él, John se acercó y comenzó a hablarle acerca de espadas, Katrina tenía conocimientos por lo que de igual forma respondió las preguntas de este chico algo tímido pero con buena presencia, lo acompañaba en todo momento un anillo enorme, forjado posiblemente por algún herrero de la zona, lo que si era seguro es que ni su padre ni ella lo habían hecho, hablaron momento y John antes de irse le pidió una cita, Katrina entre una sonrisa nerviosa y como toda una dama le dijo que no, aunque por dentro quería gritar que si con todas sus fuerzas, quizás por fin creyó en el amor a primera vista, lo que ella no sabía es que John era parte de una sociedad secreta destinada a buscar el santo grial, la copa con la que Jesús celebro la última cena junto a sus discípulos y que solo se acercó a la familia de Katrina porque ellos tenían sin saber unja de las siete llaves de la caja contenedora del grial, que por cierto nadie sabía dónde estaba, John se alejó y volvió cada día a la herrería, todos los días Katrina y John hablaban nuevas cosas, nunca se quedaban sin tema de conversación, John quería usar eso para poder conquistarla y llegar a la llave, mientras ella solo tenía la ilusión de poder estar con aquel joven que conoció un día de verano.
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Editado: 27.09.2019