Legendhill "Un Secreto en la noche escondido"

CAPÍTULO XXIV "El huevo de Dragón-Parte 2" (Sin Editar)

Actualidad

Legendhill año 1946.

En un momento mientras todos hablaban concentrados desde la pieza de Krein se escuchó un grito.

— ¡Ho por dios! — dijo aquella joven que encontraron en la entrada.

Andrew y Krein corrieron a la habitación mientras Safira quería escapar por la ventana, ella sin mirar atrás se acercó al umbral y se pudo percatar de las huellas de batalla que estaban dibujadas en el patio, en ese momento Krein se paró en la puerta de entrada y mirando la espalda de Safira desde la entrada dijo su nombre, Safira lo reconoció y volteo lentamente para verificar que su oído no estaba fallando, mientras una lagrima caía por su pálida mejilla derecha, Andrew corrió de un empujón a Krein de la entrada y corrió directo hacia Safira, quien al verlo abrió los brazos y le dio un apretón.

— ¿Cómo estás? pequeño lobo.

— Yo bien, ahora que te veo mejor, encontré a Robert y ofreció tu casa para que te quedes mientras te recuperas.

Safira miro a Krein a la cara y le dijo:

— Hola Robert, mucho tiempo sin vernos, veo que ya eres un hombre hecho y derecho, ¿dónde está Laura?

Krein mirándola desconsolado y sin saber que decir solo apunto su mirada hacia el velador junto a la cama.

— Ella falleció en 1749 por causa de la peste negra, fue un duro golpe para mí.

Safira cambiando de tema preguntó cómo es que había llegado hasta hay y Andrew le explico lo anteriormente sucedido.

— Espera — dijo Safira, creo que recuerdo quien me hizo esto, fue un vampiro algo más fuerte de lo común, tenía en su brazo derecho tatuada una especie de imagen de un dragón mordiendo su cola.

— Safira. Tu herida aún está sangrando, lo raro es que aún no ha cicatrizado y los puntos no ayudaran mucho con la infección.

Desde la sala común un grito se escuchó, era Elizabeth, la pequeña de las hermanas hijas de Krein, Robert estaba impactado, perdió a su hija el mismo dia que encontraba nuevamente al amor de su vida, Elizabeth grito nuevamente saltando por todo el lugar, el colgante había funcionado y por el brillo que este emanaba normalmente el alma de su hermana estaría hay contenido, ahora lo importante ya no era aquel cuerpo inservible que estaba en su habitación, sino, el sitio en que depositarían el alma de ella, Elizabeth abrazo a Krein fuertemente dando la buena nueva, aunque nunca sabría qué es lo que en realizad estaba en el medallón sin hacer uso de él, Krein le menciono que lo mejor por ahora era lograr esconder el medalla y utilizarlo cuando encontraran la forma de traer a Annia de vuelta.

Desde la sala común Katrina aun limpiaba celosamente su espada guerrera y su kit de venenos mortales, el que llevaba para todas partes en su cintura, era como una especie de vademécum donde depositaba todo lo necesario para eliminar criaturas sobrenaturales, en un momento se acercó a la habitación de Krein viendo en ese momento una hermosa joven tirada en la cama hablando con Andrew.

— ¿Qué le sucedió? — preguntó la vampira.

— Está un poco confundida — dijo Andrew, es una amiga de hace muchos años y hoy antes de que llegaras la encontramos desangrándose en la calle, lo único que recuerda de su agresor fue el tatuaje de dragón que tenía en su brazo derecho.

— Espera. ¿Qué dijiste?, ¿Un Dragon?, ¿Cómo sucedió?

— Creo que debe descansar, está débil, ya mañana podrá hablar y estar más tranquila.

— No — Dijo Safira. Si recuerdo algo, era un joven vampiro que apareció de la nada, recuerdo el olor a su perfume de rosas frescas tras de mi apuñalándome con una daga, me pidió que soltara una copa que encontré en casa de Kendra.

— ¿Quién es Kendra? — dijo Katrina.

— Es una bruja Bennet que vive cerca dentro del bosque, cuando acudí a su llamado ya no estaba y solo estaba un hermoso cáliz en el piso.

— ¿Recuerdas el nombre del hombre que te ataco?

— No, nunca me dijo su nombre, pero su acento era extranjero, podría decir que hasta era ruso, pero, no estoy segura, solo sé que apenas tuvo la oportunidad logro arrebatarme el cáliz de las manos y apuñalarme, en un momento me vi corriendo por el bosque pidiendo ayuda hasta que desperté aquí.

— Creo que se de quien se trata, necesito hablar con la bruja que era dueña del Cáliz, ¿Dónde está?

— No lo sé, llegué a su casa y ya no estaba ahí, como te dije, ese hombre se quedó en aquella casa mientras corría.




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