Kendra y Alicha se dispusieron a volver a la casa Krein, mientras que Emriss y Avalon emprendían viaje hasta el granero Clutterbuck para rescatar a Valentín, sabían que sería un reto, pero, los traidores no tenían conocimiento del gran poder que Emriss tenía, Valentín estaba cada vez más débil, su piel ya no tenía color y sus huesos cada vez eran más evidentes, él estaba siendo alimentado solo con sangre de conejo, lo que lo hacía a su vez mucho más débil, el granero normalmente estaba cerrado y la humedad helaba en la noche las extremidades más cuidadas y maltratadas de Valentín, las cadenas que lo amarraban de pies y manos formaban llagas que tardaban en sanar debido al veneno que los Clutterbuck fabricaban para atacar a los vampiros, Valentín respiraba lentamente tratando en lo posible lograr descubrir donde se encontraba, la venda negra que cubría parte de su cara siempre estuvo muy apretada, lo que imposibilitaba la opcion de retirarla con algunos movimientos bruscos, de pronto la gran puerta del granero comenzó a moverse, el sonido de las bisagras oxidadas llegaba de lleno en los poderosos oídos del joven vampiro.
— Baya, baya, baya — dijo un desconocido hombre, que tenemos aquí.
Valentín incomodo con la situación comenzó a moverse para intentar liberarse, mientras aquel hombre solo seguía caminando a su alrededor a paso lento y seguro, el olor a tabaco era evidente, y por debajo de la venda y esforzándose en mirar, Valentín logro notar los zapatos y ropaje negro de aquel hombre que estaba frente a él.
— ¡Libérame! — grito Valentín, déjame salir de aquí.
Aquel hombre se alejó unos metros de Valentín con una carcajada burlesca y de mal gusto, mientras en algún lugar Emriss y Avalon planeaban la forma de sacarlo de ahí.
— ¿Qué más quieren de mí? — dijo el joven desesperado.
— Nada pequeño, tu parte ya está hecha.
— Sácame esta venda ¿Quién eres tú?
Aquel hombre se acercó lentamente y tiró el humo del cigarro en la vara de Valentín diciendo.
— Soy quien hace que los pecados de la tierra se paguen en la tierra.
Valentín con impotencia exigió ver la cara de su captor, quien en un acto de abuso golpeó a Valentín en la cara con uno de sus puños sacando un poco de sangre de la respingada nariz de Valentín.
— ¡Cobarde! — exclamo Valentín, con furia.
Aquel hombre se acercó nuevamente y con su mano derecha quitó la venda de los ojos de Valentín, quien impresionado pudo observar y entender de que se trataba de un sacerdote; sin palabras comenzó a hacer preguntas para distraer al hombre mientras estudiaba la manera de poder salir de aquel granero, a lo lejos en la puerta dos guardias custodiaban celosamente la entrada y la salida por lo que debía ser rápido al querer escapar. El sacerdote camino nuevamente alrededor de Valentín y se dirigió directo al pequeño taller de herrería al costado interior del granero, miro las herramientas y entre estás un fierro para marcar ganado fue el seleccionado, tomo el fierro y comenzó a calentarlo en la forja mientras Valentín gritaba para que lo liberaran, en un momento la bruja que alimentaba todos los dias a Valentín entró y mirando amablemente al sacerdote le dijo.
— Señor debo preparar a Valentín para el ritual, tengo ordenes de limpiarlo y darle de comer.
El reverendo miro fijamente a la señorita, quien minutos antes lo había saludado al salir del granero, justo antes de que él entrara y le a regañadientes mostró uno de sus dientes de oro diciendo.
— Por esta vez te salvaste demonio, ya te encontraré y podre saldar cuentas contigo.
El reverendo Alonso Brown camino a paso firme a la salida del granero mientras la bruja se acercaba rapidamente a Valentín con una aparente sonrisa en la cara, Valentín sin entender nada dijo.
— Aléjate de mí bruja traidora.
Y para sorpresa al mirar después de un pestañeo a aquella bruja Safira Scott estaba frente a él.
— Debemos salir de aquí, afuera es un caos y no puedes tomarte vacaciones. — dijo Safira en tono de broma nerviosa, nos están esperando.
Valentín recién había entendido que Safira había engañado al reverendo por lo que quedaba muy poco tiempo para quela familia Clutterbuck se percatara del hecho, Safira desato a Valentín y le dio un poco de sangre humana para que se alimentara, en un momento todo se quedó en silencio, Safira y Valentín se miraron en señal de que era el momento para salir, Safira se convirtió nuevamente en la empleada y le dijo a Valentín que el pañuelo rojo en su cuello le ayudaría a diferenciarla de la verdadera, Valentín estaba en éxtasis, la verdad nunca creyó que alguien estaría dispuesto a sacrificarse así por él, era un gesto noble y desinteresado.
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Editado: 27.09.2019