Legión de caidos

DETRÁS DEL ESPEJO

Apenas había pasado una semana, y la pena no me dejaba conciliar el sueño. Hace poco me había enterado que Franss, mi mejor amigo; había muerto al servicio de la corona durante un enfrentamiento contra los inicios de la rebelión.

No entendía en que momento mi vida empezó a rodearse de dolor y sufrimiento, pero sabía que ahora tenía a Kayla para siempre a mi lado, eso me reconfortaba y me ayudaba a olvidar.

Faltaban pocos días para la boda, cuando decidí salir afuera para aliviar mi mente de tanto jaleo, me dirigí a casa de Kayla para saludarla, ella me recibió con un beso y hablamos de como seria nuestro futuro juntos, cuántos hijos tendríamos, donde viviríamos en nuestra vejez y como haríamos del mundo un lugar mejor.

En medio de la conversación, ella me dijo:

--- Sabes hay algo que quiero darte y perteneció a mi padre, y a su padre, y al padre de su padre, y se ha entregado de generación en generación y ahora te lo quiero dar a ti.

En ese momento se retiró y luego de algunos minutos regreso con un amuleto más parecido a un collar.

 

La forma era lo más parecido un trozo de estrella, su color se asemejaba a la sangre, tenía en su centro algo muy similar p a una sombra que se movía dentro de ella, y alrededor grabado se encontraban runas, cuya descripción era desconocida, de todo cuanto hubiese visto.

No podía negar que era único, una reliquia familiar, algo que nunca había visto. Le prometí que lo cuidaría con mi vida si fuese necesario.

Ella me comentó que era de buena suerte y que me guiaría a mi destino sin importar donde estuviese. Algunos minutos después me despedí de ella y prometí verla de nuevo a la mañana siguiente.

Ya casi al salir por la puerta del jardín sentí una extraña sensación que recorría desde mi espalda hasta mis pies, como si algo estuviese a mi lado, algo frio.

Ya de regreso a casa en medio del bosque empezó a escucharse un galope, a no muy lejos de mi ubicación, me escondí tratando de saber quién era el sospechoso.

Más tarde un personaje cubierto por su enorme capa apareció, en la misma dirección en la que había venido el sonido, así que deje mi caballo oculto y le seguí a pie.

No habían pasado unos minutos hasta que le vi llegar a una roca de gran tamaño, con un agujero en el centro, me agache con ligereza entre los arbustos y vi su rostro.

Era mi padre, sin lugar a duda era él; pero que hacía el en medio del bosque, segundos más tarde lo entendí, no se trataba de un paseo sino de una reunión secreta, pero ¿quién era el anfitrión?

Mi sorpresa no se hizo de esperar cuando vi aparecer al tipo que había querido casarse con Kayla días antes, pero esta vez era diferente llevaba un capa tono rojo, una máscara negra y un sello blanco entre la muñeca y el brazo. Iba a retirarme, pero decidí observar por un tiempo más.

No pude escuchar con claridad sus palabras, pero si pude ver que su ojo izquierdo llevaba una cicatriz.

El miedo empezó a invadirme cuando comenzaron a llegar más y más personas vestidas igual a él.

Iba a retirarme, pero en algún momento pude escuchar parte de la conversación:

--- Más te vale cumplir con tu parte del trato --- le amenazaba como si su vida dependiera de ello.

No se preocupe se hará lo que pide, pero por favor no lo lastime, él es aún muy joven --- rogaba mi padre.

El jamás había rogado por nada ni nadie, pero era la primera vez que le veía preocuparse por alguien más que si mismo, quizá no había un monstruo ambicioso dentro de él, quizá solo era un hombre golpeado por el destino tratando de cambiar la historia de su progenie.

Al ver que la conversación estaba por acabar, me escabullí sin que nadie se diese cuenta. Al volver a mi caballo volví a sentir esa extraña sensación como si algo me estuviese llamando, pero la ignore una vez más.

Había pasado una hora desde el momento en que había emprendido marcha a casa, cuando empeze a darme cuenta que el árbol quemado por un rayo por el que había pasado, estaba allí de nuevo.

Empeze a preocuparme al notar que estaba caminando en círculos, era como si el bosque no me dejara ir. Así que me baje del caballo y empecé a buscar pistas, quizá alguna roca por la que hubiera pasado en un comienzo, o alguna señal escrita.

Pero mientras más caminaba en el sendero, este se hacía más confuso hasta que ni siquiera pude encontrar a mi caballo. Solo pensé en Kayla y si la volvería a ver pronto.

En esos momentos recordé sus palabras: "Es de buena suerte y te guiaría a tu destino, sin importar donde estés". Así que decidí que si mi destino era morir, me guiare a él o si era el de estar junto a ella, allí me llevaría.

Cerre los ojos y me deje llevar por la sensación que me ocasionaba el collar, no sabía cómo explicarlo, pero era cálido y gentil, como si alguien me llamara; no sabía porque, pero debía seguir en la dirección que mi corazón trazaba. Seguí avanzando entre los arboles hasta que un cuervo me asusto, era extraño verlos en esta época del año. Y mientras más me adentraban más cuervos aparecían frente a mí, al igual que ellos el bosque se volvía más lúgubre, hasta que al final una cabaña vieja yacía en medio del bosque frente a mí.



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En el texto hay: fantasia, traicion, sobrenatural

Editado: 30.07.2018

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