El tiempo pasaba lento para mí junto a aquellos que yo amaba, pero sabía que algo no andaba bien, todo era tan perfecto, tan singular que apenas podía notar el dolor que tanto me había acompañado hasta ahora, sin embargo no quería apartarme de tan bello sueño.
En medio de tan hermosa escena, una voz me hablo diciendo:
--- Nephram, Nephram, despierta esto no es real --- dijo la voz
--- Date cuenta, ellos están muertos --- dijo
En ese momento mi mente se transportó a aquel lugar donde el agua cubría el suelo y sobre una roca estaba aquel con quien había hecho el trato.
--- Cuanto tiempo verdad --- le dijo
--- Todo este tiempo pensé que fuiste solo un sueño, nunca creí que realmente vivieras en mi cuerpo --- respondí
--- Pues al parecer soy tan real como ves, pero debes saber que ahora compartimos el mismo cuerpo y por lo tanto debo ayudarte, así que debes despertar y salir de este laberinto --- me dijo
--- Esta bien, pero antes, ¿cómo te llamas? --- le pregunte
--- Mi nombre es Agarem. --- me dijo
--- ¿Cómo llegaste al espejo? --- le pregunte
--- Larga historia, te lo contare cuando esto acabe, por cierto te aconsejo que andes con más cuidado con ese tal Arkhaim, he conocido a muchos como él, y no es de fiar. --- me advirtió.
Entonces mi mente salió de aquel lugar oscuro y volvió a mi desdichado sueño, el cual no era más que una trampa, sin embargo ahora sabía que debía hacer. Di media vuelta y empecé a alejarme de ellos, incluso debí taparme los oídos pues me rogaban que me quedase, pero la convicción de que era un sueño seguía en mi cabeza, así que lo fui rechazando uno a uno hasta que me dirigí a la puerta de la casa de campo que era la salida de aquella pesadilla.
Arkhaim se sentía feliz junto a su hijo y su amada esposa, ya que él había perdido todo ello en el pasado producto de una guerra de creencias y religiones la cuales sin saberlo adoraban al mismo Dios. Al pasar las horas, el ambiente de cada uno de ellos se hacía más lúgubre como si las sombras absorbieran su vida a cada minuto. De pronto se puso de pie y le dio un beso a su mujer y a su pequeño, y le dijo, “aun no es el tiempo, por favor espérenme un poco más”, después de eso se fue alejando hasta que entro en un pequeño lago donde yacían los cuerpos de sus compañeros muertos durante la guerra. Sin saberlo esa era la salida renunciar a su felicidad para cumplir un deber mayor.
En cuanto a Belfort la peor parte fue para él, pues el de verdad estaba con su antiguo amor Margaret RInch el la abrazaba, y le juraba no volverla a dejar como aquel día, pero a medida que el tiempo pasaba su vida se iba extinguiendo, hasta que no quedara más que un triste cadáver entre las sombras.
Tan pronto como sali me encontré con Arkhaim, y los dos fuimos en busca de Belfort, mientras caminábamos entre la oscuridad y el frio del laberinto, hasta que hallamos la puerta con su nombre, la abrimos y allí estaba casi moribundo a los brazos de su amada, llorando y pidiendo perdón por haberla dejado.
Me acerque lentamente, toque su hombro; no sabía cómo decirle que eso no era real, que solo era una sombra de su pasado. Apenas pudo verme me dijo:
--- Mira la he encontrado, ahora podre cumplir mi promesa --- me decía con emoción y lagrimas
En el fondo sabía que apartarlo de aquella ilusión lo destrozaría de nuevo, pero también sabía que si no lo hacia el moriría, así que con cuidado tome su rostro y le dije:
--- Recuerdas cuando me contaste de ella y como la perdiste aquel día, pues eso no ha cambiado y lo que ves no es ella, pero aún podemos salvarla, solo ven conmigo.
En ese momento las lágrimas de Belfort comenzaron a brotar mientras se daba cuenta de que todo era solo un recuerdo de los que pudo haber sido.
Ambos nos levantamos y empezamos a caminar rumbo a la puerta que era la salida del bosque de su pesadilla, mientras nos acercábamos las afueras del sueño, el ambiente empezó a distorsionarse y una voz que sonaba como muchas al mismo tiempo gritaba de dolor y lloraba diciendo el nombre de Belfort. Una y otra vez se escuchaba la misma palabra, en ese momento la sombras se hicieron presentes formando un ser compuesto por los cuerpos de todos lo que habían caído en aquel bosque, aquellos malditos cuya masacre había sellado su destino.
Empezamos a correr evitando los golpes y gritos desgarradores como si fueran la masacre misma con un cuerpo físico, solo podía escuchar los gritos de cada una pidiendo el perdón de sus pecados. En ese momento empecé a sentir el deseo de ayudarles, sin embargo no sabía cómo salvar una sombra condenada a vagar en un bosque por toda la eternidad.
En medio de los gritos y lamentos empecé a notar como una de las sombras se separaba de las otras tomando la forma de Margaret, está comenzó a acercarse con una sonrisa macabra como si pensamientos psicópatas invadieran su mente sin embargo esta sonrisa se convertía en una cara de lamento y tristeza poco a poco, sus ojos empezaron a sangrar y sus gritos nos volvían locos.
Ya cansado de soportar tanta estupidez corrí con los oídos llenos de sangre y le di un golpe tan fuerte que su cuerpo rompió un árbol. De pronto ella me miro y dijo: