Prefacio

En el inicio de los tiempos solo existía un Reino, una dimensión. 

En este reino todo estaba en un balance Perfecto, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, pero, algo muy malo paso... una guerra, una guerra que se originó por la codicia de aquellos que ansiaban controlar el Primer Reino.

Debido a que la maldad y la oscuridad fueron corrompiendo los corazones y las mentes de los seres que habitaban el Primer Reino aquellos que aún permanecían firmes ante la maldad se unieron para devolver el balance  y La Paz al reino, pero no fue nada fácil ya que aquellos dominados por la oscuridad trataron de apoderarse de la Estrella Original, aquella que originó el Primer Reino, para así tener poder absoluto. Pero la Estrella Original al sentir la ira y la desesperanza de los habitantes del Primer Reino se auto destruyó dividiéndose en doce fragmentos, doce fragmentos que aunque son solo una pequeña parte de la Estrella aún poseen gran poder.

El fragmento de mayor tamaño permaneció en el Primer Reino ocultándose en un lugar donde nadie que desee su poder para hacer el mal lo pudiera encontrar, mientras que los once fragmentos restante se separaron en distintas direcciones creando así los otros reinos...

A pesar de que la guerra se llevó una gran cantidad de vidas, el fragmento que permaneció en el Primer Reino usó gran parte de su poder para borrar los recuerdos de todos los habitantes y volver a traer La Paz.

Los doce fragmentos crearon una profecía, una profecía que se conocería en todos los reinos, pero sería olvidado en uno de ellos, la cual decía que en cada uno Los Doce Reinos aparecería una persona capaz de controlar el poder del fragmento de su respectivo Reino y que en solo uno de los Los Doce Reinos aparecería alguien capaz de controlar el poder de todos los fragmentos para restaurar a La Estrella Original y traer la salvación o la destrucción para todos los Reinos...