Lejos de reconocer

Capítulo 25: Nuestra primera gala

Esta semana no ha sido nada fácil porque entre el entrenamiento y los momentos vergonzosos, estoy exhausto tanto mental como físicamente. Los pensamientos invaden mi mente y pasan uno tras otro igual que imágenes de un fotograma, todos me proponen la misma idea de tirar la toalla, pero me repito una y otra vez que hago esto por los niños del orfanato, recordarme eso me proporciona de un combustible que me anima a continuar.

Esos niños no tienen a nadie que vea por ellos, que los ayude o que se preocupe. Es mi responsabilidad luchar a capa y espada por su bienestar y cuidado, además no puedo rendirme después de solo una semana y mucho menos luego de lo que me costó convencer a Verónica, aunque ella se la pasa mejor que yo porque habla con todos los participantes, en especial con Javier con quien hace chistes y demás.

No tolero que hable con él, pero no puedo hacer nada para evitarlo más que interrumpir su charla con la excusa de que tenemos que ensayar. Ella es mi amiga y debo respetar los límites, por eso no tengo el derecho de hacerle un reclamo directo. Mis manos están rojas, no por los ensayos, sino por todas las veces que aprieto los puños al verlos conversar.

¡Qué hermosos se ven!

¡Cásense si quieren!

Sí, eso me dan ganas de decirle.

Suspiro moviendo los labios mientras los saboreo al mismo tiempo que trueno mis dedos, hoy es nuestra primera gala, después de una semana entera preparándonos, nuestro coreógrafo armó una coreografía de tap. Espero que sea suficiente para impresionar a los jueces y pasar a la siguiente ronda porque el baile de repuesto no lo memoricé del todo bien, así que no me conviene quedar entre las dos últimas parejas que pelearán por su lugar en esta competencia.

Irene entra a la habitación donde estamos los participantes —felicidades a todos por estar aquí —junta las manos y sonríe —comenzaremos la primera gala de acuerdo al orden en el que les dijimos que se sentaran —señala con su dedo.

Vero y yo estamos de primeros, eso me queda claro al instante.

—Quiero felicitar a Carlos y Verónica por el video que enviaron contando su historia personal y los motivos por los cuales están participando —lleva ambas manos a la cara cubriendo su boca y parte de la nariz —es una historia que me llegó al corazón.

Con mi codo golpeo con ligereza el costado de Vero y susurro —te lo dije, la historia triste gana.

—Sin más nada que decir, Carlos y Verónica síganme para que debuten ante los jueces y nuestro público.

Nos ponemos de pie y siento los latidos de mi corazón en la garganta, caminamos siguiendo a Irene quien a pesar de tener tacones mueve los pies muy rápido. Llegamos a la parte de atrás del escenario y se escuchan gritos y aplausos provenientes del público, al igual que la voz del presentador que les da la bienvenida. Este programa se transmite en vivo, así que hay que esforzarse para no cometer ningún error.

—Cuando el presentador diga sus nombres, ustedes entran al escenario —mueve las manos explicándose. Vero y yo asentimos —suerte —Irene sonríe y se retira.

Estando tras bastidores mis piernas tiemblan y estoy esperando a escuchar nuestros nombres.

—¡Bienvenidos a sigue mi ritmo, Damiano Leal les da la bienvenida a ustedes, nuestro hermoso público! —los aplausos resuenan por todo el lugar —¡y a nuestros amados jueces empezando por Bartolomeu Andrade un coreógrafo internacional, Bárbara Semedo directora de la academia de baile más famosa del país y bailarina con más de treinta años de experiencia. Por último, pero no menos importante, tenemos a Zeferino Caetano director de artes y escenografías y también un bailarín reconocido a nivel mundial.

Los aplausos y gritos del público son exagerados, pero supongo que es parte del show.

—Sin más preámbulo recibamos a la primera pareja que nos deleitará esta noche con su presentación —hay un momento de silencio —¡denle la bienvenida a Carlos y Verónica!

Nos miramos el uno al otro al escuchar nuestros nombres —toma mi mano —ella extiende su brazo y abre la palma de la mano, entrelazamos los dedos y así entramos al escenario.

Las luces en el techo se mueven de un lado al otro y siguen nuestros pasos al caminar, son tantas que ciegan mi vista. El escenario es inmenso, su piso es de mármol y alrededor están todas las cámaras, algunas cuelgan de tubos y otras están debajo siendo operadas por personas.

El público está ubicado al frente en sillas inclinadas con unas filas más altas que las otras y el jurado se encuentra en una mesa a la izquierda del escenario. Yo mantengo los ojos entrecerrados y evito dar pasos largos porque no quiero resbalar, además estos zapatos de tap son incómodos para caminar.

Llegamos a donde está el presentador y este nos recibe con una sonrisa.

—¿Cómo están? —extiende su brazo poniendo el micrófono cerca de nosotros.

Me muevo para responder, pero noto que Vero también lo hace por lo que retrocedo.

—Excelente —sonríe —muy emocionados de estar aquí.

—¿Son novios? —aún estamos tomados de la mano y él lo señala al hacer la pregunta.

—Sí —Vero responde.

Espera, ¿Qué?

Mi mandíbula se cae, pero cierro de inmediato la boca.

—¿Cuánto tiempo llevan de relación? —acerca su micrófono a mí.

Titubeo —eh dos años.

—Nuestra primera pareja mantiene un romance —el público aplaude —pero conozcámoslos un poco más a través de este video —señala con su mano una pantalla gigante detrás de nosotros que está incrustada en la pared y que juro no había notado.

Las luces de los reflectores se oscurecen y toda la atención del lugar va dirigida a la pantalla, yo aprieto con fuerza la mano de Vero y ella me observa sonriendo. Ahora no sé qué pensar, ¿Por qué dijo ante todos que somos novios? Sus cambios repentinos son de ciento ochenta grados, esta semana siento que no la conozco porque ha sido totalmente impredecible.



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En el texto hay: romance, comedia y amor, romance drama comedia

Editado: 10.12.2023

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