Lemniscata

CAPÍTULO 30. ME VUELVES LOCO CON SOLO OIR MI NOMBRE EN TUS LABIOS.

Cuando todos llegamos a la cima, nos sentamos en un pequeño descampado, al tiempo que contemplamos las vistas que se extendían ante nuestros ojos. Desde esta, se podía ver el bosque que habíamos atravesado, así como el lago y más a lo lejos estaba el océano.

El encanto de aquella montaña era una cueva, en cuyo interior se habían formado a lo largo de los años estalactitas y estalagmitas. En dicha cueva se encontraba además un pequeño río que terminaba en un lago. Cuenta la leyenda, que aquel río y lago fueron creados por una pareja de enamorados, que al reencontrarse después de varios años empezaron a llorar lágrimas de felicidad. Fruto de esta leyenda surgió el rumor de que aquellas personas que han perdido algo o a alguien, la encontrarán en un futuro.

Mi idea era visitar la cueva, con el objetivo de que en el futuro me reencontrase con Raúl, cuando mi vida llegase a su fin. Me dirigí justo a donde se encontraba Kevin, para indicarle mi idea, pero al ver que se encontraba hablando con Tina, Lena, Pamela, José y Miriam me di la vuelta decidida a entrar sola. Encendí la linterna de mi móvil para iluminar un poco el camino, dado que cada vez que me adentraba más, la luz iba disminuyendo. Aproximadamente unos 15 minutos después de adentrarme en la cueva, me encontré con el río y con las estalactitas y estalagmitas.

-Sabes que adentrarte en una cueva tú sola es peligroso ¿Verdad?

-Dios Jake, me has asustado.-Le dije al tiempo que intentaba calmar mis pulsaciones y mi respiración.

-Lo lamento. No era mi intención. ¿Qué se supone que haces?

-Voy en busca del lago ¿Y tú?

-Estoy en busca de la batcueva, pero no he tenido suerte de momento.

-Mírate, pero si sabes hacer bromas y todo.

-Oh pequeña, soy algo más que un rostro serio. Seguimos andando, te acompaño hasta el lago.-Asentí con la cabeza y juntos seguimos el curso del río hasta llegar al lago. Este se hallaba protegido por una densa encrucijada de árboles y una tupida y verde alfombra de vegetación. Muestra además, un espejo de aguas azules y cristalinas, mecidas por las corrientes subterráneas que besaban con mesura la vegetación frondosa que recubría las paredes de dicha zona. La luz natural caía a través de una gran abertura en el techo, sobre el agua del lago, que impregnaba la estancia de reflejos centelleantes y brillosos matices. Todo esto le confería un aspecto mágico y de ensueño.

-Este lugar es increíble.

-Sin duda los amantes hicieron un gran trabajo-Dijo Jake.

-Jake mira que mariposas más hermosas-Le comenté al tiempo que le agarraba de la mano y lo arrastraba junto a las mariposas.

-Esta de un color azul intenso es una morpho azul, y la que está justo a tu derecha es una Luzón pavo real Swallowtail-Me dijo al tiempo que señalaba una de color negro con unos toques rojizos y azules.

-¿Hay algo que no sepas?

-Muchas cosas.

-Eso es muy poco creíble. No mientas-Le dije salpicándolo con el agua del lago.

-Oye que está fría.

-Mejor. Así aprenderás a no mentirme

-Pero sino miento.

-¿Te estás ganando más salpicaduras Bigfoot?

-Yo no jugaría con fuego pequeña, te puedes quemar.

-Esto es agua Bigfoot, y no quema, moja-Lo salpiqué de nuevo, provocando así una guerra de salpicaduras y risas.

Acabamos con la ropa mojada y sentados en una pequeña roca.

-Oye Jake, en relación a lo del funicular siento mucho no haber ido contigo. Vi tu cara y pude percatarme de que estabas incómodo. Quise decirle a Kevin que iría contigo, pero el muy idiota me arrastró literalmente hasta el funicular.

-Ya vi la escenita. Parecía un hombre arrastrando un saco de patatas.

-Eso mismo le comenté yo-Ambos nos reímos.

-No tienes por qué preocuparte de eso. Nunca aceptaría tu oferta. No me malinterpretes, lo que quiero decir es que no se me ocurriría separar a la parejita nunca.

-Por eso no tienes por qué preocuparte. Somos amigos ¿No? Y los amigos están para ayudarse y salpicarse de vez en cuando-Le dije señalando mi ropa mojada todavía.

-O para bailar-Vi como Jake me ofrecía la mano, la cual acepté.

-Creí que no bailabas.

-Bueno esta mañana ya rompí con esa idea, así que qué demonios. Así con el movimiento quizás se seque la ropa antes.



#46454 en Novela romántica
#30599 en Otros

En el texto hay: romance juvenil, secretos, drama

Editado: 07.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.