Lemniscata

UNA AURORA BOREAL PARA FIN DE AÑO

El segundo día en Lightice dio comienzo cuando sentí mi móvil vibrar encima de la mesita de noche. Lo observé atentamente con ganas de lanzarlo por la ventana, pues marcaba las 6:30; pero claro, como fruto del cansancio del día anterior no me había duchado, y ahora tenía que hacerlo.

Me adentré en la ducha y dejé que el agua recorriese mi cuerpo de forma que entrase en calor. Al terminar me recogí el pelo en una trenza corona y me puse un montón de capas de ropa con el objetivo de burlar al frío que reinaba en Lightice. Una vez arreglada bajé al comedor con la intención de desayunar. El aroma a café recién hecho entrando por mis fosas nasales consiguió despejarme de todo.

Huele de -maravilla ¿Verdad? Resulta muy tentador robarlo para nosotros dos.

-Buenos días Jake.

-Buenos días pequeña. Has madrugado.

-Es que ayer por pereza no me duché, así que tuve que hacerlo por la mañana. Tú también has madrugado.

-Más bien me caí de la cama, literalmente. Dafne la acaparó toda para ella sola.

-Creía que dormía con tus padres.

-Y así era, pero al final vino conmigo. Soy su hermano favorito.

-No tiene otro, que sino...

-Señorita Aria me ofende usted. Va a quedarse sin su dosis de cafeína-Dijo agarrando la cafetera y sosteniéndola en alto.-Hasta que me pidas perdón, no te la doy.

-No seas malo Jake, porfa porfa ten compasión de tu pequeña.-Comenté, al tiempo que empecé a parpadear infinitas veces seguidas.

-Anda, vanos a sentarnos y a desayunar.

-Eres el mejor-Le dije dándole un beso en la mejilla.

Nos terminamos sentando en una mesa para dos, cada uno con su café. Además, tenía un zumo de naranja natural y tostadas con tomate natural y aceite de oliva. Cuando estábamos finalizando nuestro desayuno llegaron nuestros padres.

-Buenos días chicos. Habéis madrugado.-Dijeron nuestros padres.

-Buenos días.-Respondimos a la vez Jake y yo.

Al final acabamos de almorzar todos juntos en una misma mesa. A las 8:30 nos despedimos de los trabajadores del hotel y salimos por la puerta del hotel, en donde nos aguardaba un microbús para llevarnos a los Glaciares del Tridente de Poseidón y a los Géiseres del Infierno.
Recorrimos las distintas calles de la ciudad, con dirección al Noreste. A medida que nos alejamos de la ciudad, el paisaje se volvía más invernal. Las carreteras estaban llenas de sal, y los campos estaban cubiertos por espesas capas de nieve en los que pastaban enormes renos. Al cabo de dos horas llegamos a los majestuosos Glaciares, en donde nos bajamos.

-Mamá, mamá, ¡Mira cuánto hielo junto!-Dijo Dafne con los ojos tan abiertos que parecían enormes órbitas.

-Es porque son glaciares, cariño-Respondió la madre de Jake. Ahora debemos permanecer en silencio y escuchar al guía.

-Muy bien. Hemos llegado a nuestro destino. Bienvenidos a los Glaciares del Tridente de Poseidón. Para empezar con la visita primero tengo que deciros que las formaciones de estos glaciares son fruto de la combinación de las fuentes termales del Infierno que visitaremos más tarde y del Volcán Hades. En esta pequeña visita vamos a visitar el glaciar más grande de todos, que tiene el nombre de Poseidón, de ahí el nombre de este conjunto. Podremos adentrarnos en su interior, dado que cuenta con numerosas cuevas en donde podréis ver como el hielo adquiere un tono azul increíble y finalizaremos esta visita a los glaciares viendo la hermosa catarata Blueice.

Todo el grupo siguió al guía, que se adentró en un túnel, hecho totalmente de hielo. Un hielo con un color azul particular, que me recordaron a los ojos tan cristalinos y claros de Jake, que estaba justo a mi lado.

-Esto es impresionante. La naturaleza hace cosas increíbles ¿No crees pequeña?

-Si-Respondí, mirándole directamente a los ojos.

-¿Pasa algo?-Negué con la cabeza y aparté mi mirada de la suya.

Seguimos caminando por otros túneles, que nos llevaron al final a la enorme catarata de Blueice.

-Muy bien mis queridos turistas, acabamos de llegar a la catarata de Blueice. Pueden pasar a su interior por una pequeña pasarela que se encuentra a vuestra izquierda, no se preocupen es totalmente seguro y no se van a mojar, o silo prefieren pueden seguir explorando esta zona.

-¿Qué me dices, nos adentramos?-Me preguntó Jake

-Claro. Avisemos a nuestros padres.-Terminamos informando a nuestros padres, que decidieron seguir explorando la zona.

Seguimos la estrecha pasarela, que nos llevó justo al interior de la catarata.

-Sabes esto me recuerda a la vez que bailamos en la cueva de tu pueblo natal, Ciudad Eternity. Solo faltan las mariposas.

-Cierto; pero eso se puede arreglar-En ese instante Jake sacó el móvil de su mochila y proyectó en el lugar cientos de hologramas de mariposas que revoloteaban a nuestro alrededor.-Bailas pequeña.

Empezamos a bailar dejando que el tiempo no fuese nuestro enemigo, al tiempo que disfrutábamos del espectáculo. Terminamos esta pequeña visita con una foto de los dos justo enfrente del agua que caía con fuerza a nuestras espaldas, yo encima de el a caballito.



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En el texto hay: romance juvenil, secretos, drama

Editado: 07.09.2019

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