Lemniscata

Verdad o reto.

Era el primer sábado de curso, y como era tradición en Paradise Beach, el primer sábado de curso se realizaba una fiesta en la playa, en la cual se reunían  los dos centros de la ciudad en una sóla playa de aguas cristalinas y arena blanca. La tradición de esta fiesta venía de varios años atrás tras la muerte de un alumno, del colegio al que asistía, ahogado tras ser arrastrado por una ola que lo había sorprendido. Era una fiesta en honor a su memoria. Tina y yo íbamos a asistir a esta junto con Kevin, quien había decido bajar con nosotras, mientras que Jake había dado la excusa de que no podía bajar, dado que iba a ver a su abuela ese fin de semana para celebrar su cumpleaños en ciudad Eternity.

A las 17:00, comencé a arreglarme. Me di una ducha, usando mi jabón con olor a flor de naranja, el cual siempre me servía para relajarme. Una vez acabada de ducharme me vestí con un pantalón corto vaquero, con adornos de encaje en la parte baja de estos y un top blanco con las letras I´M STRONG. Una vez vestida, me sequé el pelo y me hice una trenza de espiga a un lado. A las 18:00, ya estaba arreglada, por lo que me calcé con unos tenis blancos y cogí una chaqueta vaquera por si refrescaba y mi móvil. Habíamos quedado justo enfrente de la puerta del parque a las 18:15, dado que la fiesta empezaba a las 18:30, pero el único que estaba allí era Kevin quien me sonrió con esa sonrisa de “Parece que estamos los dos solos, espero que no sea una encerrona”. Me juré a mí misma que si esto se trataba de una encerrona, me encargaría personalmente de Tina. El tiempo pasaba, y entre yo y Kevin se empezó a producir un silencio incómodo. Ambos mirabámos el reloj del móvil, con la esperanza de que el tiempo avanzara más rápido ¿Pero sabeis que?, sucede lo opuesto, cuanto más lo veis, con más lentitud pasan los minutos. As las 18:37 minutos llegó una exaltada Tina, con la simple disculpa de
-  Lo siento, me quedé dormida y el despertador no me sonó- Una vez reunidos todos, nos encaminamos a la playa, en donde la fiesta ya había comenzado. Mirases a donde mirases, la playa estaba abarrotada de jóvenes, dispuesta a pasárselo bien. En la fiesta nos juntamos con un pequeño grupo formado por personas de la academia y del colegio que Kevin y Tina conocían, entre las cuales estaban dos chicas de baile y un chico de mi grupo que me saludaron al verme, así como tres chicos  y dos chicas de artes marciales, un chico y una chica músicos y dos chicas y chicos pintores. Éramos en total un grupo de 15  chicos y chicas. Algunos asistían a mi colegio, otros asistían al otro colegio de la ciudad. Nos pusimos a hablar y a contar historias. Comimos y bebimos y escuchamos música. Con el paso del tiempo, el cielo se iba oscureciendo, siendo la playa iluminada por la luna y por las pequeñas hogueras que en ella se habían creado a medida que el sol había empezado a ocultarse, otorgándole a esta un aspecto mágico. Cerca de las 22:00, decidimos jugar a verdad o reto, usando una botella vacía de cristal de un refresco de la marca Vaeny. Estaba tan concentrada en el reflejo de las hogueras en el mar que no me había percatado de que la botella había parado justo enfrente a mí.

- Dinos chica nueva, verdad o atrevimiento.

- Verdad.

- ¿Cuál es tu mayor sueño?- Mi mayor sueño era vivir, tener una vida, formar una familia en un futuro, pero eso nunca sería posible, por lo que me decidí por contar otro sueño.

- Viajar a Lighice y ver una aurora boreal, el lugar en donde mis padres se conocieron y se enamoraron.

- Tenemos una romántica en el grupo chicos.

- ¿Y ese viaje sería con tu chico?- Esta pregunta me la había hecho uno de los chicos de música, de grandes ojos azules oscuros y cabello negro, el cual le caía sobre un ojo.  Mi chico. Imágenes de hacía dos años, de él, de Mike,  me vinieron a la cabeza, imágenes en las que éramos felices, nos reíamos; pero lamentablemente eso se había acabado. Lo nuestro no había funcionado, había sido un amor fugaz, intenso y bonito mientras duró pero poco duradero.

- José, deja de ser tan cotilla- Soltó Tina, dándole una pequeña palmada en el brazo- y sigamos con el juego.

- Está bien, pero quiero que sepas que mi pregunta no iba con segundas intenciones. Salí del armario hace dos años, y no me arrepiento de eso.- dicho esto la botella empezó a girar, parándose junto a una bailarina de mi grupo de nombre Elisabeth quien eligió reto.

- Te retamos a que tú y tu grupo de bailarines nos hagáis una coreografía.- Propuso una chica de artes marciales de cabello rubio corto y ojos marrones, de nombre Ángela.

- Eso no es justo. El reto tiene que ir dirigido a la persona que lo elige, sin involucrar a otros- dijo Francisco un bailarín de mi grupo, al mismo tiempo que el resto de mi grupo de baile asentía.

- No se puede cambiar. Me dá mucha vergüenza bailar sóla delante de todos.-Elisabeth, se mostraba realmente nerviosa, lo podía notar a través de pequeños gestos que en su día yo también había realizado mientras esperaba para que me operasen, para recibir la respuesta ante un análisis, los resultados de las operaciones… Gestos, como morderse el labio, o retorcer los labios o hablar sin dirigir la mirada, bajando esta hacia el suelo, con la esperanza de que no vean tu temor reflejado en tus ojos.



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En el texto hay: romance juvenil, secretos, drama

Editado: 07.09.2019

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