Lemniscata

Amigos por el momento

Una vez que nos sentamos en un rincón tomé aire para poder dejar claro las cosas que me habían pasado por la cabeza, intentando al mismo tiempo ordenarlas.

- Quiero hablarte sobre lo de ayer, acerca del beso. Le he dado mil vueltas en mi cabeza intentando encontrar una explicación al porque lo hice; porque yo no soy de esas chicas que se besa a la primera de cambio. Prefiero ir conociendo a la gente antes de dar un paso como ese, por lo que la única explicación que le encontré es que si acepté el beso fue porque contigo me siento bien, agusto, a pesar de que siempre me estés fastidiando. Y creo que también te besé por el hecho de que en cierto modo me estás gustando, no sé si como algo más que un amigo o como un buen amigo. Todavía es muy pronto para saberlo, apenas nos conocemos pero quería ser sincera contigo, porque me gustaría que conmigo también fuesen sinceros.- lo había dicho de carrerilla tal y como lo había preparado en mi cabeza y sin parar para coger aire temiendo olvidarme una parte, por lo que cuando acabé el mini discurso cogí todo el aire que puse. Durante aquel momento Kevin no me interrumpió, cosa que agradecí, sino que me escuchó atentamente.

- Vaya miraditas, menudo discurso. Seguro que te lo traías ensayado de casa o escrito. Fijo que escrito en una hoja llena de tachones. ¿Dónde la tienes, enséñamela?- Se acercó a mí en busca de la hoja, aprovechando para hacerme cosquillas. Cosquillas que hicieron que empezara a reírme de manera escandalosa. Seamos sinceras mi risa no pasaba desapercibida, era una de esas risas contagiosas.

- Kevin esto es serio para mí, así que concéntrate hombre- le dije a la vez que le golpeaba en la mano.

- Miraditas no tienes que preocuparte por eso, pienso igual que tú. Lo que podemos hacer es seguir conociéndonos y  ver qué pasa, pero fijo que caes rendido porque soy irresistible- Dijo al tiempo que ponía esa cara de niño bueno de que nunca ha rompido un plato en su vida. Nos levantamos una vez que acabamos de hablar y arreglamos las cosas. Hablar, me había hecho bien, porque el dolor de cabeza que tenía había desaparecido de la misma forma en que había venido. Caminamos juntos hacia nuestros amigos. Jake mostraba una cara confusa.

- Amigo si en vez de ir al cumpleaños de tu querida abuela hubieras venido ayer a la fiesta ahora mismo no tendrías esa cara de estreñido- le dijo al tiempo que le ponía una mano encima de su hombro- lo que pasó es que Aria ayer me besó.

- ¿Que yo te besé? Fuiste tú señor engreído y me creo el mejor del mundo por mi cara bonita.

- A si que crees que tengo una cara bonita. Ten cuidado miraditas o caerás bajo mis pies.

- Vete al carajo Kevin.  No se cómo lo haces pero siempre sacas lo peor de mí. Ten cuidado porque a lo mejor lo siguiente que recibes es una patada donde más duele y no un beso que se debió al juego de verdad o atrevimiento.

- Miradla tiene genio. Tened cuidado o este metro cincuenta y cinco os desatará toda su irá.

- Kevin te la estás jugando- le dije al tiempo que me giré dirigiéndole una mirada envenenada, de esas en la que sueles pensar que si las miradas matasen estarías fulminada.

- Míralos Jake, ya se compartan como una pareja de recién casados y solo se han dado un beso. Avisad para el divorcio por si tenemos que entrenarnos para conseguir separaros.

- Pues esa pareja de recién casados, ya pueden ir moviendo los pies porque tenemos que regresar a casa. Se está haciendo algo tarde y mi hermana pequeña debe estar al caer.- Espera ¿Jake tenía una hermana? ¿Cómo es que no lo sabía?. Bueno, a decir verdad no me extrañaba mucho el hecho de que no lo supiera, pues Jake no era muy hablador a diferencia de Kevin y Tina.

Caminamos de regreso a casa de Jake, en donde una pequeña de cabello rubio y rizo de grandes ojos azules se encontraba en la puerta. Tendría aproximadamemte unos 4 años.

- Hermanito- gritó la niña al ver a Jake, quién la cogió en brazos, mostrando una imagen dulce y tierna. Una imagen que chocaba con la imagen del día a día de Jake. No es que Jake fuera mala persona, pero en comparación con el resto se veía más serio, formal y maduro, por lo que al verlo con su hermana esa imagen se rompía. Donde antes habías visto un rostro serio, ahora veías una mueca graciosa que buscaba la sonrisa de una niña, una hermana.

- Hola ratona. Siento no estar en casa cuando llegaste, pero salí a dar un paseo con mis amigos.

- Hola- dijeron Tina y Kevin al mismo tiempo.

- ¿Tienes una nueva amiga hermanito?

- Sí. Ella es Aria- dijo Jake al tiempo que me señalaba- Aria ella es mi hermana pequeña Dafne.

- Hola Dafne, es un placer conocerte- dije al tiempo que me acercaba a la pequeña y me agachaba para quedar a su altura.



#46454 en Novela romántica
#30599 en Otros

En el texto hay: romance juvenil, secretos, drama

Editado: 07.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.