Lena y Rein

Capítulo 9. Huída

“No debería ser tan sencillo para una humana aceptar convertirse en una bestia, aunque fuere de título ¿Tan desesperada estaba Lena por permanecer con nosotros? No… Seguramente busca un lugar seguro donde nadie le haga daño.

¿Y es malo que busque un lugar seguro? No… Soy yo quien no termina de comprender lo que dijo Brito… Somos lo único que tiene ahora que la rescatamos, lo entiendo… pero al mismo tiempo sigo sin comprender del todo por qué me inquieta tanto”.

Los delincuentes comenzaron a buscar a la bestia que los atacó, por fortuna las personas que conocían mi nombre murieron aquel día, según el personal de la pizzería, la misión de recuperar a Lena parecía haber cambiado a una búsqueda para cazarme.

Lena y Rein Capítulo 9: Huída

-Es la tercera vez que pasan por esta calle- Dijo Brito cerrando la cortina -Llevan desde anoche haciendo recorridos, hoy justo parece que se han concentrado en este lado de la ciudad-

-Nos están buscando…- Mumuró Rein permaneciendo recostada, Lena estaba su lado durmiendo.

Brito reaccionó a ese comentario, quedándose serio y mirando fijamente a la loba.

-Ayer no pude decir nada frente a Lena ni delante de nuestros compañeros del trabajo… Pero… ¿Qué demonios hacías en la plataforma de peleas con esos desgraciados? -

Rein intentó evadir su pregunta, pero el ciervo insistió -Dime, loba estúpida- Reclamó en voz baja cuidando de no despertar a Lena - ¿Qué hacías ahí? –

-Pagaba una deuda, es todo, pero me emboscaron, no era una pelea como las anteriores-

-¿¡Las anteriores!? ¡Maldita sea, Rein!-

-Querían convertirte en un trofeo… no les bastó con lastimarte… te pusieron precio y yo…-

-¡No digas más!- La interrumpió Brito -No es necesario que me protejas, yo sé cuidarme sólo… Fue una tontería lo que hiciste, casi te matan-.

-Ya te dije que no era una pelea normal, esos que me atacaron querían venganza por haber salvado a Lena-

Brito se recargó en la silla, frotando su frente -Entonces la pusiste en peligro sin darte cuenta… y ella misma se expuso al seguirte- Pensó en voz alta mirando a la chica durmiendo sobre la cama.

-¿Me siguió?- Preguntó la loba mirándola también.

-Estaba preocupada por ti, esa mujer lo único que hace es preocuparse por cada cosa que dices y haces, loba estúpida- Le dijo como si estuviera regañándola cual un padre a una hija -Vino corriendo a pedirme la ayudara a salvarte y de inmediato supe que no era una de tus simples peleas por aburrimiento-

-Lo siento… los puse en peligro a ambos- Se disculpó Rein -Lo único que quería era protegerte, Brito-

El ciervo sonrió de manera nostálgica -Eres una buena bestia en el fondo… Pero a quien quiero que protejas está justo aquí a tu lado-.

Nuevamente los autos iluminaron la calle, reflejando la luz en la ventana.

-Muy pronto este lugar dejará de ser seguro- Concluyó Brito poniéndose de pie -Debemos buscar una forma de salir de aquí-

-No veo bestias entre ellos todavía, tenemos que aprovechar ahora que no han pensado en usar rastreadores- Añadió -Debemos quemar el departamento e irnos de esta ciudad-

-¡¿Qué?!- Exclamó la loba casi despertando a Lena -¡He vivido aquí desde que era niña, este departamento le pertenecía a mi hermana!-

-Precisamente, este lugar esta más que impregnado de tu aroma… y ahora también del de Lena, debemos irnos sin dejar rastro detrás-

Rein entendió el punto de Brito -Entiendo- Respondió mostrando una expresión de tristeza y asintiendo con la cabeza -Dejaremos todo atrás, para salvar a Lena- Murmuró -Destruí mi mundo y todo por haber salvado a esta mujer humana-.

El ciervo le estiró una de las orejas -¡Cállate, tonta! Esta niña sólo aceleró lo inevitable, con esas peleas que tenías, habiendo pagado la supuesta deuda te habrían inventado algo o incluso pudieron matarte-.

La loba de verdad pareció afectada, tanto que no respondió al estirón de oreja que le dio su amigo, estaba sumida en sus pensamientos, observando a su alrededor, dándole vueltas a la propuesta que le acababan de hacer, imágenes de su hermana y recuerdos de la convivencia que tenían en ese lugar llenaron de nostalgia su cabeza.

-No podemos darnos el lujo de esperar, debemos irnos en este momento, aprovechar que los humanos no son hábiles en la oscuridad, podemos escabullirnos mientras el incendio los distrae a ellos y al resto de las personas- Insistió poniéndose de pie, haciendo un esfuerzo por sobreponerse de su herida cuanto antes.

Rein estaba confundida, tener a Lena al lado y percibir su aroma le daba una sensación de calma, pero al mismo tiempo el alejarse y destruir el lugar que representaba todo sobre su hermana le ocasionaba un sentimiento de amargura y pena.

Poniéndose de pie, apretó su herida, también haciendo lo posible por recuperar la fuerza de su mano, apretando su puño en varias ocasiones.

-Lena- Dijo en voz baja a la chica para despertarla -Debemos irnos, esos monstruos nos están buscando y debemos huir antes de que nos encuentren-.

La joven bostezó y se sentó en la cama, estaba medio dormida y no pudo asimilar a la primera lo que se le había dicho.

-Esto es todo… hermana- Habló la bestia para si misma -Hoy dejaré este lugar donde me criaste- Agregó dirigiéndose a un estante donde abrió un cajón, del que sacó un collar y un libro.

Brito salió de su habitación, con un vendaje nuevo y cambiado de ropa.

-Siento mucho que tengamos que destruir los muebles que alquilamos, pero es necesario de lo contrario nos van a rastrear- Dijo juntando una pila de periódicos viejos en un bote y acercándose a la estufa, para abrir la llave del gas.

Rein se apresuró a tomar a Lena, pasando por su cabeza el collar que quedó posado sobre su pecho y dándole el libro en las manos -Es hora de irnos, para siempre- Le dijo cargándola.




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