Lena y Rein

Capitulo 11. Un sueño sin respuesta

"Había luna llena, en el bosque una mujer corría entre los árboles sosteniendo su vientre, el cielo se tornaba oscuro y las nubes cubrián el firmamento.

-Ya casi es hora... necesito resistir un poco más- Se decía a si misma mientras seguía corriendo, detrás de ella un grupo de soldados la cazaban.

Un trueno y un relámpago iluminaron la entrada a una cueva, la mujer se escondió y permaneció en silencio a pesar de que comenzaba a sufrir dolores de parto. En cuestión de segundos, una espesa cortina de lluvia cubrió toda el área.

A lo lejos escuchó como los hombres maldijeron y se retiraron, la lluvia había imposibilitado la búsqueda.

Apenas pudo celebrar su escape, pues los dolores se hacían cada vez más frecuentes, viéndose en esa situación desesperada, llevó a cabo su trabajo a solas, el bosque enmudecía su sufrimiento y los truenos sus gritos de labor.

Un llanto infantil se oyó en el interior de la cueva, con esfuerzo su madre le recibió y cubrió para tranquilizarle.

-Finalmente estás aquí...- Suspiró mientras veía a su bebé con una sonrisa cansada, intentándo ponerse cómoda se quedó quieta para recuperarse.

La mujer se quedó en silencio observando a su criatura, parecía un bebé normal a simple vista, sin embargo un par de orejas pequeñas y dobladas se perdían entre el pelo oscuro de su cabeza.

El sonido de la lluvia golpeando la entrada de la cueva y los rayos iluminando el bosque eran la vista de la nueva madre.

-Llegaste al mundo una noche de lluvia...- Dijo en voz baja mirando hacia afuera de su escondite.

-Una noche de lluvia...- Pensó un momento -Tu nombre entonces será Rein- Exclamó con una enorme sonrisa.

Lena y Rein Capítulo 11 - Un sueño sin respuesta

Lena despertó de pronto -¡¿Qué fue eso?!- Se dijo incorporándose y colocando la mano por impulso sobre su pecho, todo había sido un sueño.

Sin entender lo que había pasado, se quedó sentada mientras sujetaba con fuerza su collar, sentía energía emanar de él, al mismo tiempo se sentía inquieta.

-Esa era Rein y ... ¿su madre?-

Brito seguía durmiendo detrás de ella, pero al ver a su alrededor notó que Rein no estaba, poniéndose de pie se apresuró a salir a buscarla.

No tardó mucho en hallarla, la bestia estaba en el río, golpeando el agua con las manos mientras refunfuñaba frustrada.

-¿Qué estás haciendo?- La saludo la joven pelirrosa. 

Rein hizo un ligero puchero al verla.

-¿Quiéres que te enseñe como hacerlo?- Le dijo sonriendo mientras entraba al agua junto con ella.

La loba no respondió pero se mostró interesada en ver lo que estaba por hacer.

-Te colocas de esta manera y te quedas quieta, no hagas ruido- Le dijo Lena inclinándose un poco hacia adelante.

Rein la siguió, imitándola en silencio.

Un incauto grupo de peces se colocó justo debajo de ellas, en ese momento Lena golpeó el agua creando una pequeña ola con dirección a la orilla, sacándo un par a la vez.

La loba intentó imitarla, lanzando solamente un montón de agua -¡No puedo!- Gritó sintiéndose más frustrada que antes empezando a hacer una rabieta.

-¡No hagas ruido! De esa manera vas a asutarlos- Exclamó la joven sujetando a Rein para evitar que agitara los brazos, con el movimiento las dos resbalaron y cayeron quedándo sentadas con el agua hasta la altura del pecho.

Rein empezó a gruñir mostrando los dientes mientras permanecía en el agua.

-Está bien, Rein, estoy segura de que yo tampoco pude hacerlo a la primera- Le dijo Lena a modo de consuelo, poniéndose de pie y tendiéndole la mano -¿Quieres que sigamos intentando?-

La loba se tranquilizó y continuó practicando toda la noche a pesar de que nuevamente comenzó a llover, siendo ya de madrugada y casi al darse por vencida, su golpe logró sacar un pez del río.

-!Lo hiciste!- Gritó emocionada Lena lanzándose a abrazarla, de inmediato se separó disculpándose ya que Rein pareció incómoda con el gesto.

-Gracias por enseñarme como hacerlo- Respondió la bestia saliendo del agua y tomando su única pesca, dejando a Lena atrás.

-Oye Rein- La detuvo ella -Tú naciste una noche de lluvia como esta ¿Verdad?-

La loba detuvo su marcha, pero su respuesta fue cortante.

-No lo sé, Lena. Mi hermana nunca me contó sobre eso asi que no puedo responderte- 

La joven se mordió el labio, dudando de si debía continuar la conversación, tomando valor le pidió una charla una vez que regresaran a la cueva, para su sorpresa, la bestia accedió.

-¿Recuerdas como era tu madre?- Preguntó Lena manteniéndose cerca del fuego mientras su ropa se secaba.

Rein frunció el ceño, observando fijamente el fuego -No realmente, mi madre me abandonó... Liam, mi hermana mayor fué quien se hizo cargo de mí- Añadió -Pero al final... ella también me dejó atrás- 

Lena sintió de nuevo una sensación cálida en su pecho -Tu madre no te abandonó- Respondió con firmeza y apretando el collar en su mano -Te amaba, Rein-

-¡¿De esto se trata?!- Exclamó molesta la bestia -¡¿Qué estas haciendo, Lena?! ¡¿De pronto crees saber que pensaba mi madre!?-

-¡La vi, Rein!- Exclamó de regreso la joven pelirrosa -Tuve un sueño- Hizo una pausa -Vi el momento en que llegaste al mundo ... la expresión de tu madre... vi la dulzura con la que te puso tu nombre y te sostuvo en sus brazos-

-¡Mi madre me abandonó! ¡Deja de inventarte cosas!- Le gritó de vuelta haciendo que Brito se despertara.

-¡¿Qué esta pasando con ustedes dos?!- Les reclamó frotándose los ojos.

Rein tomó su ropa y salió de la cueva, gruñendo y haciendo ruidos evidentes de su molestia.

Lena permaneció callada, aun con el collar en su mano, poniéndose de pie también tomó su ropa y salió detrás de la bestia.

-¿Pero que les pasa?-  Se preguntó el ciervo llegando a la conclusión de dejarlas resolver sus asuntos sin intervenir, sonaba más a una discusión habitual de dos personas que empezaban a conocerse.




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