Lena y Rein

Capítulo 13. La Villa de las Bestias

“Mis recuerdos son confusos, el rostro de mi madre con una expresión preocupada, las palabras de mi hermana antes de irse” decía la bestia en voz alta mientras caminaba y frotaba su frente.

“No importa lo que haya pasado, lo que haya sido o qué me hayan dicho… me abandonaron, ninguna de las dos permaneció conmigo y esa es la realidad”

A lo lejos todavía se podía apreciar la ciudad de donde habían salido, a pesar de haber caminado una buena distancia, aún era muy pronto para considerarse a salvo.

“Rein, dale una oportunidad a esta humana” Oyó la voz de Brito en sus pensamientos, recordando pequeños fragmentos de su corta pero significativa experiencia junto a Lena.

Mientras veía momentos donde la chica se veía preocupada, sonriente y tranquila a su lado, de repente volvió a sentir la punzada de la herida que atravesó su hombro, viendo ahora a una Lena decaída, sufriendo e incluso llorando.

“¡Fuera de aquí! ¡Los humanos son detestables!” Se escuchó a sí misma gritándole.

-No puedo… no puedo quedarme con ella- Concluyó.

Lena y Rein Capítulo 13: La Villa de las bestias 

La travesía por el bosque continuó en silencio, Rein señalando el camino mientras Lena pensaba en si había cometido un error al insistir tanto anteriormente, Brito iba detrás, dejándola Lena en medio para protegerla en caso de ser necesario.

Habían pasado 3 días desde que salieron de la ciudad. Conforme avanzaban, se dieron cuenta de que el ambiente se sentía cada vez más pesado, como tenso, al seguir avanzando algo grande salió de los arbustos, una especie de bisonte llevaba montado a un hombre en la espalda, el cual iba cargando bajo su brazo a una niña pequeña que gritaba por ayuda.

Antes de que pudieran reaccionar, el animal embistió haciéndoles abrirle paso, huyendo rápidamente, Lena intentó correr por impulso detrás de ellos, pero no había modo de alcanzar su velocidad, de repente Brito se transformó en bestia y haciéndola volar unos metros del suelo la hizo caer sobre su espalda corriendo a toda velocidad mientras Rein trataba de seguirles el paso.

-¿Qué harás si los alcanzo, Lena?- Le preguntó el ciervo a la chica.

-Quiero salvar a esa niña, no quiero que nadie pase por lo mismo que me pasó a mi- Le respondió.

Brito se sintió motivado a aumentar su velocidad, su herida ya estaba cerrada y aunque el movimiento y esfuerzo le causaban una leve molestia no era suficiente para reabrirla, tomando impulso empujó con todas sus fuerzas al bisonte por el costado haciéndolo perder el equilibrio, y provocando que el jinete cayera.

-¿No aprendieron la lección después de todo? - Les gritó el hombre haciendo sonar un aparato pequeño que cabía en su mano.

 De pronto una onda aparentemente inaudible empezó a lastimar los oídos de todos, él hombre dejó caer a la menor y empujando al hombre bestia le estiró del cuerno, al transformarse lo montó de nuevo para escapar.

-¿Qué fue eso?- Preguntó Brito aún con las manos sobre sus orejas.

 Lena se apresuró a ver a la niña, aliviada la tomó en sus brazos.

-¡¿Lena, estas bien?!- Llegó gritando Rein haciendo un intento por recuperar el aliento.

La joven sonrió en respuesta, poniéndose de pie mientras tenía a la pequeña en sus brazos.

-¿Qué vamos a hacer ahora?- Preguntó Brito aún frotándose la sien -Se nos hará costumbre ahora ir por ahí rescatando damas en peligro?-

-Esta pequeña es una bestia, así que no creo que haya problema si la ven con nosotros- Les respondió Lena mostrándoles las pequeñas orejas que se asomaban entre el cabello gris de la niña que aún se frotaba la cabeza por el sonido de hacía rato.

 Su nueva acompañante era pequeña, de alrededor de 3 años, su cabello era gris claro despuntado a los hombros, Brito se asombró cuando vio que las orejas de ella eran de ciervo igual a las suyas, llevaba una especie de túnica amarrada con un cinturón.

 -¿Dónde está tu mamá?- Le preguntó Lena, recibiendo como respuesta una expresión confusa.

Sin pensarlo, los 3 acordaron resguardarla, siguiendo un camino formado por el paso de peatones llegaron a una villa, era un conjunto de 10 a 15 cabañas de madera en medio del bosque.

Inmediatamente la pequeña bestia reconoció el lugar, al entrar al pueblo, notaron que era habitado por bestias del bosque, entre alces, cabras, venados y ciervos.

 De repente una mujer bestia salió gritando, la menor correspondió a su llamado haciendo que Lena la entregara en sus manos.

-¡Gracias! ¡No sé quiénes son pero se los agradezco tanto!- Les dijo casi entre sollozos.

-No es nada- Respondió Lena.

Detrás de la mujer, salió un hombre delgado y alto, con cuernos de venado, siguiendo la acción de su esposa, agradeció a Lena por haber llevado de regreso a su hija, haciéndoles una invitación a descansar en su casa.

-Pueden quedarse, no imaginan la gran deuda que tenemos con ustedes... Pueden quedarse… excepto tú- Añadió refiriéndose a Rein con desprecio.

La loba no parecía sorprendida, desde que llegaron había sentido miedo y desconfianza de los habitantes, era la única depredadora en el lugar.

-¡Esperen, Rein no es mala!- Se apresuró Lena a justificarla, pero la bestia retrocedió para pedirles aceptar la oferta.

Brito suspiró profundo, una parte quería desistir y continuar su camino, pero necesitaban un sitio donde recuperarse y comer adecuadamente, con una mirada, ambos se entendieron y el ciervo le insistió a Lena aceptar la invitación.

-Necesito saber más de esto- Le dijo Brito a Rein con el movimiento de sus labios, ella asintió con la cabeza en respuesta.

La loba salió de la villa, quedándose en un vehículo que estaba estacionado y parecía tener mucho entre la maleza.

La familia y los habitantes le dieron a Lena y Brito con bastantes atenciones, la chica se notaba inquieta ya que Rein estaba afuera y comenzaba a llover nuevamente.




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