Lena y Rein

Capítulo 17. La joven desaparecida.

¡No puedes ir por ahí matando a todos, loba estúpida! Las cosas no funcionan así en el mundo, sabes eso, ¿verdad? —Le reclamo Brito dándole una palmada en la cabeza.

—Tranquilos... No tiene caso armar un lío, entre menos ruido hagamos será mejor, después de todo mataste al líder en la villa —Dijo Bruno intentando calmarlos.

—Un grupo de bestias mataron al jefe, no cabe duda de que sin los emisores podríamos ser los siguientes en cualquier momento —Conversaban los dos guardias de la entrada.

—Esa bestia que describes que ataca al cuello de sus víctimas me suena familiar ahora que lo mencionas —Respondió el segundo guardia intentando recordar algo.

De pronto una explosión cimbró el suelo, sorprendiendo a todos.

—Que fue eso!? —Se preguntaron.

—¡Lena! —Exclamó Rein por impulso, sintiendo la necesidad de regresar, pero Bruno la detuvo.

—La señorita está bien, la explosión no fue dentro de la ciudad, por favor, aprovechemos la confusión para rescatar a Dan.

Los tres se quedaron quietos viéndose entre sí. Cuando volvieron la vista a la guarida, estaba vacía, los bandidos habían salido a buscar el motivo de la explosión.

De forma desorganizada los hombres subieron rápidamente a varios vehículos que aceleraron a fondo para salir a toda velocidad.

Capítulo 17. La joven desaparecida.

—¡Es nuestra oportunidad! —Gritó Bruno.

Cuando los 3 se dirigían a la puerta de pronto los rodeó un segundo grupo de hombres armados.

—Bruno, era obvio que vendrías -Dijo uno de ellos en tono de burla- ¿Vienes buscando a tu querido Daniel?

—Maldición, viéndolo así era bastante predecible que intentarías regresar —Se lamentó Brito mientras pensaba en un plan. De reojo vio que Rein estaba poniéndose tensa.

—No ataques… por favor quédate tranquila -Murmuró haciendo que Rein lo comprendiera con un movimiento de su mano que le indicaba calmarse- No es el lugar para armar un escándalo, hay demasiados hombres y armas aquí —Pensó.

Luego de haber escuchado el estruendo, Lena y Liebchen pasaron un rato escondidos bajo la cama, aunque el cachorro no entendía lo que estaba sucediendo la imitaba y seguía a donde fuera.

Ya más relajados, se pusieron cómodos en una de las habitaciones, por primera vez en mucho tiempo, la joven tuvo inquietud por cepillar y arreglar su cabello.

Mientras ella se acicalaba el pequeño lince estaba en la cama, habían encendido el televisor para distraerse cuando de pronto la señal fue interrumpida por una transmisión en vivo.

“Estamos en este momento recibiendo una noticia, la bestia que ha atacado a civiles y que ocasionó destrozos en una villa aledaña se encuentra ahora en una bodega abandonada de esta ciudad”

En un principio la noticia no llamó la atención de Lena, hasta el momento donde la presentadora mencionó que “la bestia de pelaje negro” iba acompañada de dos hombres peligrosos con cornamentas, de inmediato se dio cuenta de que hablaban de Bruno y Brito.

“Recibimos una denuncia anónima de que el peligroso monstruo y sus secuaces posiblemente buscaban un sitio donde esconderse -Hizo una pausa- Sin embargo, no hay señales de la joven mujer que se presume tienen secuestrada”

—¿Secuestrada? —Se preguntó Lena sin dejar de ver la pantalla, para entonces había cortado a medias su cabello.

“Lord Baltazar está muy preocupado por su querida nieta, testigos afirmaron que estos seres despreciables la llevaron cautiva, tememos lo peor considerando la peligrosidad de este bestia lobo” Declaró en una entrevista un joven a las cámaras mientras al fondo se veía a un grupo de policías intentando acercarse a Rein.

“La joven Ela lleva varios meses desaparecida, Lord Baltazar había intentado localizarla por su cuenta, pero finalmente ha solicitado ayuda de las autoridades, si tiene alguna información sobre ella no dude en llamar a los teléfonos en pantalla” Añadió la presentadora mientras la transmisión continuaba y la información aparecía.

Incrédula, Lena se puso de pie frente al televisor, aunque era verdad que duró bastante tiempo encerrada y bajo los maltratos de sus captores, era un hecho que Rein de ninguna manera la había secuestrado.

Eso era algo que sentía necesidad de aclarar, pero la seguridad del cachorro la detenía de salir de la casa.

Una explosión llenó de humo y polvo toda la pantalla, de repente los policías y sujetos armados salieron volando por encima de la polvareda, parecían haber sido embestidos por algo enorme.

“¡Algo está sucediendo! ¿Me escuchan? ¿Qué está pasando en la bodega abandonada? No podemos recuperar la imagen” Exclamó la mujer de las noticias.

“El humo se disipó ¡Las bestias desaparecieron!” Dijo bastante exaltada.

 En medio del caos, Rein sintió como la estiraron de pronto, su olfato sensible había detectado un aroma desconocido, su vista estaba borrosa por el humo.

—¡No te muevas, loba, déjame manejar esto! —Escuchó la voz de Brito mientras la hacían subirse a algo, una vez fuera del área que rodeaba la bodega abandonada se dio cuenta de que iba montada en la espalda del ciervo.

A pesar de la movilización que generaron los policías no pudieron seguirles el paso, Bruno y Brito habían corrido bastante y se habían escondido en un callejón.

—¿Se encuentran bien? —Les preguntó una voz desconocida pero que Bruno reconoció de inmediato.

—¡Daniel! —Exclamó aliviado el bisonte lanzándose a abrazar al joven y casi derramando lágrimas de alegría.

—Vaya… y pensar que nuestro plan era distinto, fuiste tú quien nos salvó a nosotros —Se lamentó Brito regresando a su forma humana.

—¿Eres el amigo de Bruno? -Preguntó Rein cayendo en cuenta de lo que estaba pasando, la situación la había desubicado un poco- ¿Cómo supiste que hacer?

El joven estaba vestido con equipo táctico, formaba parte del primer grupo de hombres que los habían rodeado, su máscara había cubierto su identidad hasta ese momento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.