Habían pasado unos días desde que Leon y yo por fin pudimos admitir la verdad de nuestros sentimientos. Había cumplido con mi deber como Belle, pero gracias a la sincera petición de Leon, viviría en palacio.
RIO- MC... Esto me disgusta mucho.
Estaba ordenando libros en la biblioteca, y Rio se había ofrecido a ayudarme, pero no parecía estar disfrutando en absoluto.
MC- ¿En serio? Porque estoy super feliz por eso. Nunca imaginé que tendría la suerte de que me dieran el puesto de bibliotecaria de palacio.
Los libros se alzaban del suelo al techo por todos lados, y la promesa que encerraban me llenaba de emoción cada vez que los veía.
MC- Y todos siguen siendo tan amables y serviciales, y tú sigues aquí conmigo todos los días. No se me ocurre nada de lo que quejarme.
RIO- MC, ¿cómo consigues ser tan adorable todo el tiempo? Ahh, ¡realmente eres increíble! Ejem. En fin, dejando eso de lado... estoy triste porque no entiendo por qué el Príncipe León no hace nada para planear tu boda.
MC- ¿Qué?
RIO- ¡Piénsalo! Van a celebrar ese gran baile esta noche, y ahora que todo el mundo sabe que ha sido elegido como el próximo rey... Bueno, va a ser acosado por mujeres desesperadas por anotarse a su lado como su reina. Y si hay algo que no soporto, es verte molesta.
(Oh... ahora lo entiendo)
Él seguía pendiente de mí, como siempre había hecho, y no pude evitar sonreírle.
MC- Gracias por preocuparte, Rio. Te lo agradezco. Pero fui yo quien decidió que debíamos aplazar la boda.
RIO- ¡¿Qué?!
MC- Aún no han celebrado la ceremonia de coronación, así que... no veo el sentido de precipitarse. Además, confío en Leon.
RIO- Bueno, supongo que si estás segura... ¡Pero si alguna vez te sientes sola, puedes llorar en mi hombro! Y también puedes casarte conmigo cuando quieras.
Rio me guiñó un ojo con su voz brillante y burlona, y yo estallé en carcajadas, tan contenta como siempre de tenerlo a mi lado.
MC- Gracias, Rio. Ahora, ¡tenemos que terminar de ordenar estas estanterías! Asegúrate de que todo está ordenado por autor... ¡y no olvides que primero hay que etiquetar los libros nuevos!
RIO- ¡Vaya, no me había dado cuenta de que había tantos! ¿Vamos a terminar alguna vez?
MC- Puede que no. ¡Pero eso es lo que lo hace tan divertido!
RIO- Te encantan tus libros, ¿verdad, MC? Pero me encanta eso de ti, así que estoy más que feliz de ayudar. No puedo evitar ser un servidor en el baile de esta noche, ¡pero te haré compañía hasta entonces!
En cuanto Leon se había dado cuenta de que estaban hablando de él, le había resultado imposible entrar e interrumpir. En lugar de eso, se limitó a apoyarse contra la pared de fuera de la puerta, escuchando la alegre conversación de MC y Rio.
LEON- Confías en mí, ¿eh?
Murmuró las palabras para sí mismo, con una leve sonrisa en los labios, y luego se dio la vuelta y se alejó de nuevo, con la capa arremolinándose en torno a sus hombros. Me entretuve tanto ordenando y colocando los libros en la biblioteca que perdí completamente la noción del tiempo. Antes de darme cuenta, el cielo estaba oscuro y había anochecido.
(Vaya, ¿cómo se ha hecho tan tarde?)
Dirigí mi mirada hacia las ventanas, donde podía ver innumerables estrellas brillando y centelleando en el cielo exterior.
(Recuerdo vagamente que Río también se fue hace un rato, así que supongo que eso significa que el baile ya ha empezado).
Me quedé mirando las estrellas, preguntándome cómo sería el salón de baile en ese momento.
MC- ¿Hmm?
Pude escuchar una leve música, que provenía del salón de baile, y la reconocí de inmediato... significaba que era hora de que todos comenzaran a bailar.
(Supongo que eso significa que estás bailando con alguien en este momento. Bueno, por supuesto que lo estás. No estás hecho precisamente para ser un alhelí)
Sentí una repentina punzada de soledad, y rápidamente la aparté, sacudiendo la cabeza para intentar desalojar la imagen mental de otra mujer en brazos de Leon.
(Fui yo quien sugirió que pospusiéramos lo de casarnos... y eso es porque confío en Leon. Así que puede bailar con quien quiera)
MC- ¡Bien, volvamos a los libros!
LEON- Si sigues pasando tanto tiempo aquí, voy a empezar a sentir celos de estos libros.
(¡Un momento...!)
Me di la vuelta, y allí estaba él... el hombre que acababa de imaginarme en mi mente, su sonrisa aún más hermosa que la imagen mental que tenía de él. Por un momento pensé que tal vez lo había soñado, pero no era así, definitivamente era él.
MC- Leon... ¿qué haces aquí?
LEON- Es que tenía la sensación de que me llamabas.
Me quedé mirándolo, con el corazón latiéndome dolorosamente mientras él se acercaba y me alargaba la mano, alborotándome el pelo suavemente, como hacía siempre. Luego me lo apartó de la cara y se inclinó para mirarme.
LEON- ¿Me equivoqué?
(Maldita sea, cuando me miras así...)
De alguna manera, siempre le resultaba tan fácil mirar directamente a mi corazón y ver lo que realmente pensaba o sentía. Y cuando me miraba así, era imposible mentir, reírse o poner mala cara. Todavía estaba luchando con lo que había estado sintiendo justo antes de que él llegara, y me sonrojé un poco mientras asentía.
LEON- Así que tenía razón.
MC- Sí. Y... lo siento.
LEON- ¿Hmm? ¿Por qué?
MC- Fui yo quien sugirió que aplazáramos lo de casarnos, pero aquí estoy, sintiéndome sola porque no puedo estar orgullosa a tu lado.
(Sé que soy un lío de contradicciones. Y sé que probablemente suene infantil y egoísta, pero...)
Bajé la mirada al suelo, retorciéndome las manos en la falda, y entonces él volvió a hablar, con su voz dolorosamente suave.
LEON- Claro que piensas así. En todo caso, estaría mucho más preocupado si no te sintieras así.
MC- ¿Qué quieres decir?
LEON- Confiar en alguien y sentirse solo son dos cosas muy distintas.