No lo podía creer, el MB ya no estaba y pasé los últimos cinco minutos preguntándome qué había hecho mal está vez.
Me estaba dando un tick en el ojo. —Creo que ya se en qué se fue James...
—Tendremos que seguir a pie, pero encontraremos un auto.
—¿Neo estás loco?, ¿Y si nos ataca horda de ellos?, Hunter no podrá protegernos a todos!
—¡Ni lo haré!— Respondió Hunter con sarcasmo.
Seguimos por la sombrita con mucha cautela detrás de Hunter, no tardamos en encontrar un vehículo pero ningún vehículo tenía gasolina, ni batería. Cómo su a propósito se las hubieran quitado.
Las piernas me mataban y el calor era detestable.
—Voy a terminar convirtiéndome en uno de ellos si no tomamos un descanso ahora.— exclamó Alison.
Un infectado salió de la nada e intentó atacarnos pero Hunter lo desintegró en un instante.
—Hasta me da flojera deshacerme de uno de ellos con solo verlos.
—¡Tú tienes energía infinita!, Además ni siquiera sientes algo.— ella le rezongó.
Una duda que siempre tuve es que Hunter; a pesar de no experimentar nada de lo que sentimos, conoce y copia nuestros gestos. Uno pensaría que realmente tiene más vida de lo que creemos.
Llegamos a la Bombilla, nos detuvimos bajo la fresca sombra de los enormes árboles.
Justo a lado se encontraba una agencia de automóviles. No lo supimos hasta después; por ahora nos quedamos descansando sobre el césped, aún que nos levantamos rápido porque picaba mucho. Luis resultó ser alérgico a los dientes de león y se dió cuenta hasta los 24 años, en pleno fin del mundo. ¿Me pregunto que tanto estuvo haciendo todo esté tiempo?
Avanzamos. Hasta topar con la agencia de automóviles, por fin algo bueno pasaba.
Seguimos con nuestro camino pero casa quien conducía un automóvil. Excepto Alisson, ella venía conmigo y Hunter en un solo auto. No fue mucho tiempo el que tardamos para llegar a Ciudad Universitaria.
Hasta ahora, lo único que sabíamos es que solo había un refugio en la UNAM y que sería difícil encontrarlo por lo que tuvimos que separarnos. Primero exploramos el lugar empezando por las Islas hasta la facultad de medicina.
—A partir de este punto nos dividiremos.
Lo bueno de ser precavido es que durante el camino hacia acá, saquemos algunas tiendas para conseguir comida y con que defendernos.
—Hunter, tú ve con Alisson y pasé lo que pase… Cuídala. Te la encargo.
—Arquero, tú ve con Luis y Alberto. Cuídense entre ustedes. Procuren llegar antes del anochecer.
—¿Neo irás sólo?— Luis pensaba que bromeaba.
Todos se preocuparon. —Estaré bien. Si ven que es peligroso no sean héroes y corran.
Alisson y Hunter se adelantaron a ingeniería, así aprovecharían el tiempo en lo que Hunter le enseña a usar un arma.
Parte del camino los acompañé hasta los cubos. Mi idea era desviarme a la presa pero el Arquero me dijo algo antes de irme.
—Oye Neo. Gracias.
—¿Porqué?
—Me salvaste la vida…
Le sonreí, me di la media vuelta y caminé sobre el asfalto. Estirando mi brazo al aire para despedirme de él.
Mientras el Arquero me veía, pensaba en todo lo que dije con Hunter esa noche.
—“¿Y si tengo razón?,¿y si vienen por mi? Nadie tiene la culpa de mis errores, mucho menos que paguen por ello. No dejes que nada les pase.”
—No te mueras Morgan… —Susurró el Arquero.
El Arquero regresó con Luis y Alberto. Caminando hacia ellos. Los vió platicando como cualquier en otra conversación y recordó lo que ocurrió en el techo, aquella vez en la azotea con Alberto.
—Arquero… en el mundo de ahora, cuando conoces a alguien, lo único que sabes de esa persona es que te hará daño…cuídate mucho.— dije mientras recordaba lo que ocurrió en la plaza con Eliot. Falta poco para encontrar llegar a la presa.
Alisson y Hunter habían subido a lo alto de un edificio para contemplar todo C.U.
Quedaban cuatro horas de luz, el tiempo lo teníamos justo.
Desafortunadamente no estábamos solos en C.U, distintas puertas de la universidad fueron abiertas dejando entrar a miles de infectados.
Lo peor de todo, es que el camión de aquél sujeto, se estacionó a lado de nuestros autos. La cabina del camión no paraba de moverse de un lado a otro.
Bajándose de este mirando una tablet. —Hasta aquí llega el rastreador. Mis gorilas hicieron un buen trabajo.—
Una bengala se miró en el cielo de C.U, todos lo vimos. Noté que había sido disparada cerca de la presa y corrí hacia allá.
Un sonido espantoso salió de la cabina y este sujeto notando la bengala, sonrió y dijo lentamente. —Búscalo.— dejando ir a esa horrible criatura.
—Espero encontrar el refugio…