Letal-Shot

HUNTER VS TAILS

Hunter corrió sobre los contenedores, y usó un mortal de lado para llegar a un contenedor que estaba lejos, llegando justo a la orilla de este y bajarlo con una especie de pasa vallas, el mismo movimiento que los FMP me enseñaron ellos. 
Hunter cayó rodando sobre el suelo, quedando en cuclillas y aventarse sobre Tails. 
Pero Tails atacó con su aguijón y Hunter en pleno salto de tigre, giro 360° hasta caer en el cuerpo de Tails y usar sus navajas para cortar su cuerpo. 
Nosotros bajamos rápido de los contenedores y corrimos hacia Pavel.  
Fuimos interceptados por muchos infectados, pero estos fueron derribados por una ráfaga de balas, eran Luis y Alisson quien nos ayudaron. 
Hunter, había vaciado el cartucho de la metralleta y Tails parecía que no había recibido ningún rasguño. 
Hunter intentó dispararle con el cañón de Kronum pero Tails le atravesó una pierna con su aguijón y lo lanzó por los aires hasta estrellarse en un contenedor, este último término abollado. 
Hunter corrió a esconderse entre los contenedores pero los infectados no dejaban de atacarlo, tampoco a Tails. 
“Daños 37%,” decía el informe de Hunter. Sin muchas opciones, Hunter encontró una pipa de agua. 
Por otra parte estábamos más cerca del escondite de Pavel, sin embargo el lugar parecía fácil de entrar.  
No había rastro de Pavel, ¿A dónde habrá ido entonces? 
Escuché un ruido fuera y volteé para asegurarme que no fuera un infectado pero era Pavel apretando el gatillo y la bala iba directo al pecho de Alberto. Era el único que estaba más expuesto y paralizado por el miedo,  corrí a empujarlo para que la bala no lo tocara y la bala me atravesó el hombro. 
Pavel desapareció y los infectados estaban pisándonos los talones. Luis y el Arquero cerraron la puerta poniendo un mueble. 
—Neo, NEO, ¿Estás bien?— 
—Estoy bien, ayuda a los demás.— 
Los infectados estaban golpeando la puerta con una gran fuerza, no duraría mucho. Luis, dijo que saliéramos por la otra puerta. Él se quedaría a detenerlos. 
Alberto al sentirse culpable, dice que también se quedará a mantener la puerta cerrada. 
Alisson me levantó. —Morgan, tienes que vivir y detener a ese sujeto. Yo también me quedaré.— 
El Arquero, me dijo que él me llevará a una enfermería y me sacará la bala. 
Salimos por la otra puerta lo más rápido posible y bajamos nuevamente hasta los contenedores. 
Al llegar, a una enfermería instalada en un contenedor, el Arquero me echó alcohol y quemó una navaja para sacarme la bala. Me dolió demasiado. 
Entre gimoteos le dije al Arquero. —Yo, yo, no hice trampa.— 
El Arquero, continuaba clavando la navaja hasta encontrar la bala y retirarla. 
Volvió a echarme más alcohol. 
—Necesitas unos puntos.— 
El arquero buscó aguja e hilo, por suerte el lugar estaba bien equipado. 
Me dio una bolsa de agua, y el también tomó una. 
—Eres enfermero, ¿por qué nunca lo comentaste?— 
—Soy doctor.— 
—¿Y que hacías como guardia de mi edificio?— 
Suspiró y me respondió. —A veces el título solo sirve para colgarlo en la pared.— 
Cortó con las tijeras el último hilo y me puse una bata blanca. Habíamos terminado. 
—Lo siento mucho, no quise sonar grosero.— 
El arquero me sonrió levemente y le agradecí con la mirada. 
Nueve disparos atravesaron el metal del contenedor, el Arquero y yo nos tiramos al suelo. 
—¡Se me acabaron las balas!— Se escuchó la voz de Pavel afuera del contenedor y poco a poco abrió la puerta. 
El Arquero y yo nos escondimos entre las cortinas. 
Pavel entró lentamente, y apagó las luces. 
—Oye, todavía le quedan balas. Sólo que está mintiendo.— Le dije al Arquero para que no se confiara. 
El Arquero tomó un Bisturí y la botella de alcohol. 
En voz baja se acercó a mi y me dijo que cuando se distrajera iba a atacarlo, cuando eso pase debería salir corriendo. 
—Morgan… ¿dónde estás?— Dijo Pavel con una voz grasosa y algo psicópata. 
En un principio me negué en dejarlo sólo pero me dijo que todo iba a estar bien. 
Pavel pasó frente a nosotros y el Arquero lo atacó por la espalda encajando le el Bisturí en la espalda. 
Pavel, disparó en distintas direcciones con intención de que le diera a alguien. 
—¡Morgan, sal de una vez!— y en pleno forcejeo con Pavel, el Arquero me dijo. 
—Bruno, ese es mi nombre… Bruno.— 
Me detuve un segundo. Conque así se llama, pensé, y escapé. 
Mientras Bruno peleaba a muerte con Pavel. 
 




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