Nada pesa más que todo lo que había perdido está noche, ni si quiera el peso del trofeo lo compensa.
—Vámonos Hunter.— Murmuré, sintiendo como si una bofetada me hubiese devuelto a la realidad. Me froté la mejilla, intentando borrar la humillación mientras bajaba al salón. Lejos de ser discretos; Miradas, murmullos y gestos de burla me siguieron a medida que me abría paso hacia la salida.
Al final, la que se supone que iba a ser la mejor noche de mi vida se arruinó justo antes de la media noche.
Cerré la puerta tras de mí y respiré hondo, asegurándome de que Hunter seguía conmigo.
Las calles de Edimburgo, atrapadas en su antigua arquitectura llena de hologramas y enormes rascacielos neón vibraban con la energía de millones de habitantes pero dentro del salón me sentí mil años atrás... Hasta había olvidado la desigualdad social y lo corrompida qué está.
Esperé por un taxi; tal vez, con algo de suerte podría llegar a dormir y dejar todo lo sucedido en el olvido.
—¿Te pido transporte?— La voz de Bernardo Neri me sorprendió desde atrás.
—Estoy bien.— Respondí, intentando sonar cortéz.
—Yetzel, la prensa no me deja en paz. Liberarte de esa situación solo me ha traído mala reputación.—
—¿De qué hablas?— Pregunté confuso pero claro que sabía a qué se refería.
—Lo que hiciste hace unos minutos me dejó mal en los medios. Ya lo habíamos discutido.—
—De haber sabido, creo que le hubiera dedicado más tiempo a mi discurso.— Me burlé, aún que no cayó para nada bien en la gracia de Neri.
—No estoy hablando del escenario. Me refiero a cuando casi te peleas.—
—¿Ahora está mal meter tan siquiera las manos?— Respondí, miré a los lados sin llamar la atención, algunos pasaban y tomaban fotografías a Hunter. Pero la discusión no terminó allí.
—No era la manera de reaccionar, me dijeron que estabas a punto de quitarle una navaja al Droit de Pablo. ¿Realmente ibas a usarla?—
—Bueno, era eso o la baguette que parecía piedra del comedor.— Respondí justo al mismo tiempo que dos taxis pasaron, uno tras otro y lo peor es que ambos iban vacíos.
Neri regreso la mirada a su celular, y proyectó un holograma con la interfaz de FalconRobotics al frente de ambos. —¿Sabes qué?, No quiero estar lidiando con tus pendejadas. A partir de hoy, estás solo. No volverás a participar en Letal-shot y FalconRobotics retirará tu licencia.— haciendo seña a la compañía.
—¿Y qué hay del favor que te hice? ¿Ya quedó atrás? No puedes despedirme, necesito el dinero maldita sea, si me sacas ahora… oye...esto es lo único que me queda, después de esto ya no tendré nada.—
—La gente prefiere a James. Que te vaya bien.—
Me dió la espalda regresando a la fiesta, se nota la completa indiferencia de Neri, pero aún quedaba algo que le concierne.
—¿Y el juicio?— Pregunté.
—Estás por tu cuenta a partir de ahora.— Y sí, no le importó en absoluto...
Con un suspiro resignado, observé la fría noche de Idemburgo. Ni siquiera podría darme el lujo de tomarme un café, disfrutar de un latte grande con canela y un pastel de chocolate con licor Hennessy. Todo eso quedaba fuera de mi alcance ahora.
—Ahora sí quisiera un transporte...— Pero no toleraria encararme por otro favor.
Regresé camino al hotel para guardar mi equipaje e iniciar con la documentación de Hunter en el aeropuerto.
Pensaba en que las cosas solo salían bien cuando beneficiaba a otros pero cuando solo es mi mundo el que se desmorona todo sale mal...
"Próximo vuelo desde Idemburgo sin escalas a la Ciudad de México."
Eché un último vistazo a la belleza de Idemburgo durante el despegue. De no haber sido por el mal rato, lo habría disfrutado, pero mi mente solo quería borrar esos dos minutos de vergüenza.
El vuelo sería largo, y quizás lo mejor sería intentar dormir un poco; para cuando despierte habré dejado lo último que me quedaba en Idemburgo.
—¿Crees que me lo merezco... Hunter?— No hubo respuesta, había olvidado que apagué a Hunter para evitar problemas en el avión.
El resto del viaje lo pasaría solo. Aunque Hunter estuviera encendido, no habría ninguna diferencia.
—Eres el único amigo que tengo.— Le susurré a Hunter sin esperar una respuesta.
Recostado en el asiento y mirando por la ventanilla. Las palabras de Bernardo venían una y otra vez: —"Estás sólo" — cruelmente en mi cabeza.
—Puedo vivir con eso...— Pensé, a mí modo he podido lidiar con la soledad pero nunca se había sentido como ahora... Tan aplastante...
Me decepciona volver a caer; más por el echo de que ya no puedo abusar de mi estándar.
Intenté distraerme observando nuevamente las luces que parpadeaban en la distancia, pero todo lo que veía era el reflejo de mi propio rostro en la ventana.
Un rostro endurecido por la humillación, mis ojos delataban el esfuerzo por engañarme a mi mismo.
Hasta que mi celular volvió a sonar, de echo no quería si quiera mirar el desprecio que tenían mis cuentas.
Pero lo que encontre fue aún peor. James había tomado mi lugar como la nueva cara de Letalshot.
Las entrevistas, los elogios, todo lo que alguna vez fue mío, ahora pertenecía a otro.
Discutiendo la nueva tendencia:
"James Morgan el nuevo prodigio de LS-T"