Letal-shot Remake

Enjambres

Todo era un silencio inquietante. Bastaba un movimiento en falso para ser el siguiente. No había más floreros pero la televisión era lo más cercano que Hunter tenía a la mano.
Nadie sabía qué pensaba este último. Y eso lo hacía peligroso.

El se mantenía revisando la configuración de su nuevo interfaz. La luz de los monitores iluminaba el interior de su frío esqueleto.

—Tranquilos, despertará en un rato.—dijo indiferente mientras rodeaba el perímetro donde Yetzel yacía inconsciente.

—Tal vez un par de horas. — Afirma Luis, con una seguridad que de inmediato atrajo las miradas del grupo.

El Arquero extrañado levantó la ceja y su mirada se desvió hacia la cocina con sospecha.
—¿Un par de horas? —preguntó con un tono seco.

Luis se encogió titubeando por un segundo, lo soltó. —Es que... le puse un sedante en su comida.— sellando sus labios.

—¡LUIS!— gritó el Arquero mientras se acercaba hacia Yetzel, revisando su pulso.

—¡Estaba demasiado irritado! ¡Iba a explotar en cualquier momento! —se justificó Luis.

Dos horas después.
Murmullos persistentes rompía el silencio. Voces, pasos, algo metálico deslizándose.

—¿Dónde estoy...? ¿Y mi madre...? ¿Y por qué me duele la cabeza...?— como si despertara de una noche de excesos, en un intento por enfocar el entorno.

Hunter, recostado sobre la mesa con piezas suyas a medio ensamblar, lo miró de reojo.

—¿En serio, nadie tiene otro florero? —ironizó, como si la imprudencia del despertar hubiera arruinado el buen ambiente.

Me levanté del sofá y al bajar el pie, pise algo que ya daba por echo que estaba roto.
Un trozo del florero, lo levanté lentamente, reconociendo al instante la cerámica rota.

—Creí que despertarias en unas horas. Espera… ¿Tú me golpeaste? —le pregunte a Hunter, aún que ya lo sabía.

Hunter no respondió enseguida pero sólo quería que lo descubrieran.

—Creo que te lo merecías por lo que hiciste en el torneo.—

—Ah, ¿ahora es mi culpa que casi pierdas? —respondí llendo a tirar el pedazo de cerámica al bote.

—¿Perdón? ¿Quién no dejaba de verle el atractivo a las chicas de Mafia?— Levantándose de la mesa Hunter se acercó.

—¿Y quién ignoró mis órdenes más de una ocasión? ¿Quieres que te desconecte la boca otra vez?—

Bruscamente, me sujetó por la camisa y me alzó como si no fuera nada.

—¿Y tú quieres que te rompa otro florero en la cabeza?— advirtió, su voz sonando algo distorsionada por la reciente calibración.

—¡Imbécil! —le grité, forcejeando.

—Cállate. Tú usas una luz de noche para dormir— Reveló Hunter sin pudor.

—¡Esperen, eso no es cierto!— Les negué mirando a los demás. Lo suplicante que sonó solo causó más incomodidad.

El Arquero, observando la escena desde un rincón, resopló cansado.

—Va a ser una larga noche...—

Nos soltamos evitando el contacto visual por unos segundos. Luego, Hunter se giró hacia la ventana y abrirla con imprudencia para escanear la ciudad.

Las últimas nueve horas habían sido suficientes para que el mundo allá afuera se volviera irreconocible.

—No voy a preguntar, pero sé por qué están todos aquí encerrados— dijo Hunter sin girarse.

Me cambié la camisa y equipe mi mochila con lo algunas cosas. —Hunter y yo saldremos a buscar a mi madre. Pero insisto, no pueden venir. Un grupo grande nos haría más visibles para... ellos.

— Dije clavando la mirada en el grupo.
Nadie respondió...

—Debemos permanecer juntos. Esas cosas son fuertes... muy fuertes —dijo Alberto con seriedad, reforzando su desesperación.

En ese momento, el de los monitores en el laboratorio parpadearon; una notificación de videollamada entrando.

Hunter fue el primero en ir al laboratorio. En la pantalla, una llamada en espera, era Neri quien estaba en plena interfaz.

Dudé, ¿pero que podría querer?

La imagen era inestable al otro lado, tenía un rostro irreconocible, apareció. Pálido, agotado, enfermo pero si, se trataba de él.

—Yetzel... debe ser una broma que la vida cruce de nuevo nuestros caminos —dijo con una voz lastimada.— No estoy en posición de demandar, pero necesito tu ayuda.

Iba a colgar pero Hunter no dudó en detenerme.

—Sin rodeos. Estoy encerrado en la fundación. Y me quedan pocas horas... — continuó Neri.

—Estás solo ahora.— Más seco que nada respondí interrumpiéndolo.

—¡YETZEL! Puedes comenzar de nuevo. Sabes que puedo sacarte de esto. Y, admitámoslo, tienes tanto cargo de conciencia como yo...

Un silencio lleno de culpa envolvió la sala. Todos me observaban, pero solo yo sabía a qué se refería Neri.

Está vez no era cuestión de dinero, tratos, ni redención. Solo pensaba en mi madre.

—Para que valga la pena el riesgo, te devolveré el favor... A esas cosas no les gustan los enjambres... Hasta pronto.—

La señal se cortó.
Me quedé callado en el respaldo de mi silla pero una palabra quedó vibrando en mi mente: "Enjambres..."

—¿Dónde...? ¿Dónde lo escuché antes...?— susurré.

Hunter, sin decir palabra, abrió un archivo en el monitor principal. Las últimas noticias de LS-T hablaban de la desaparición de KORA-79.

—Kora... Nunca tuve que ver con él, pero su desaparición ya es una señal.— Comenté sin pasarlo por alto.

La pantalla mostró las últimas actualizaciones. El cuerpo de su Droit fue encontrado destrozado en un contenedor del torneo y junto a él... El cuerpo de Kora.

—Yo veía mucho sus videos...— dijo Luis en voz baja.

—Supongo que lo conoces bien —le aposté a Luis.

Luis se acercó al monitor, confundido. Hunter activó una recopilación de imágenes. Luis se quedó quieto, escaneando la evidencia. Sus ojos se movían de un rostro a otro.

—¿El insecto que acompañaba a Kora...? — murmuró.

Mientras tanto, Hunter se puso una capa encima, y luego se ajustó un sombrero de paja. Ahora parecía un espantapájaros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.