Letal-shot Remake

CARROÑEROS

El eco de aquella advertencia estalló mi instinto de Supervivencia.

—¡Ustedes! ¿Qué chingados hacen aquí?— Se escuchó a un sujeto.

El tipo era enorme y la mirada cortante como una navaja. Venía acompañado de otros siete o nueve, todos armados con tubos, cuchillos improvisados y una seguridad que solo puede nacer de la desesperación.

Apenas podía percibirles por la poca luz de las lámparas..

Me levanté para acercarme a Luis y Alberto. Mí sorpresa Hunter ya no estaba en la pista, había desaparecido.

—No venimos a invadi..—Dijo el Arquero con voz firme, aunque mi pulso latía con fuerza en mis oídos, no me había percatado de que la amenaza era real...

Él sujeto dio un paso adelante, sin apartar la vista de mí.

—¿Y qué hacen saqueando nuestro territorio? —

“Nuestro”, no me sorprende que la cosa empiece por allí...

—El centro comercial estaba vacío cuando llegamos. Tranquilo, hay mucho espacio.—respondí.

Acerqué mi mano en el interruptor del dispensador, por si acaso.

El mismo soltó una carcajada seca y sin humor.

—Eso no significa que no tenga dueño.— Se acercó más, a menos de un metro—. ¿Tienes idea de lo que tuvimos que hacer para mantener este lugar intacto?

—No vamos a quitarles nada— dijo el Arquero, —nos iremos por la mañana. ¿Sí?—

—Más te vale que así sea.— replicó el hombre, apuntandome con su mirada.

Alberto, que se había contenido, murmuró algo por lo bajo. El sujeto giró la cabeza hacia él como si hubiera encontrado lo que estaba buscando.

—¿Qué dijiste?— Con aires de grandeza decidió retarlo.

—Nada —dijo Alberto, tragando saliva.

Respiré hondo, intentando mantener la calma y tensó a la vez de que el dispensador vuelva a atascarse...

—Escucha, nos iremos por la mañana.— dije, sosteniéndo mi mano sobre el seguro del dispensador.

El tipo chasqueó, barriendo la vista por todos nosotros.

Parecía que estaba a punto de dictar sentencia cuando alguien más lo interrumpió.

—¿Tú eres Yetzel Vargas, cierto?—

Me preguntó este, se veía un tanto mas joven que yo pero tenía una sonrisa extraña. Como si supiera más de lo que decía.

Ese tipo... no solo sabía quién era yo. Me había estado observando. Es peor que el anterior.

—¿Es tu gente cierto? —pregunté, mientras trataba de entender que tanto peso podría tener en el grupo.

Él ligeramente sonrió, —Solo fue una broma, nadie va a echarlos de aquí.— Estaba jugando, al igual que los demás se tranquilizaron bajando sus armas.

Pero la tensión seguía allí, se notaba en todas esas palmadas y saludos vacíos.

—Me llamo Eliot, sí. Soy un gran fan tuyo.— Me ofreció la mano esperando por un apretón.

Yo no confíe, podía darme cuenta de las mentiras en sus palabras. A pesar de eso, cuando Hunter apareció detrás de nosotros, ni siquiera se inmutó por su imponente presencia.

—Un placer, ya me conoces y ellos vienen conmigo.— Señalando a cada uno.

Él asintió. Luego, como si no hubiera nada más que discutir.

—Vengan. Les guardamos algo de cena. Deben estar cansados de tanto golpear a los "fans"...

—"¿Los fans?"— pregunta Luis.

—Si, miran sin pensar, te siguen sin razón. Como los tuyos, Yetzel.— Replicó Eliot, hubo reacción de burla en todo el grupo, Luis pareciera que recordaba que Eliot se dijo a si mismo "fan", el Arquero notó la situación pasivo agresiva y Alberto no pudo disimular la risa.

Sentí el compromiso de acompañarlos al cine del fondo. Cuando esté sujeto dijo que ahora éramos parte del grupo.

Mientras más pasaba el tiempo encerrado más sería la carga de mi conciencia, sin mencionar la nueva fraternidad que hacia cada uno de mis compañeros...

Al llegar a la sala nueve del cine, ví que aquel grupo no estaba solo, ellos custodiaban a más de doscientas personas fácil de calcular.

—Venga que la comida que preparamos hoy está en las mesas de allá frente a las pantallas.— Señalo Eliot con la prisa de hacernos entrar.

Mi primera impresión, una escena que suelo ver en las calles donde los neones no iluman el otro lado de la ciudad.

Familias comiendo en el suelo, pasando frío y algunos perdiendo la esperanza...

—¡Mira mamá Es Hunter!,— gritó una pequeña niña al otro lado de la sala, casi recordándome a mi hermanita.

Se levantó del catre corrió directo a saludar a Hunter.
El resto de las personas salió de sus cubículos improvisados, algunos viendo desde lejos...

—Es Yetzel...— Dijeron algunos.

Eliot, solo apreciaba la respuesta de la gente. No pude evitarlo, tan pronto la multitud se abalanzó sobre Hunter, me vino a la mente "los fans" que comparaba Eliot con los infectados... Algo en él, Me inquietó...

—Si pequeña, Hunter vino a cuidarnos...— Le dijo a la niña, apenas su madre la había alcanzado para levantarla en brazos.

El Arquero y los demás se sentaron a ver la película que estan a punto de poner, Alberto se servía un plato de palomitas y desde la mesa me invitó a sentarme.

Hunter, bueno... Los niños lo arrastraron al frente de la pantalla.

—Niños, no quieren ir con sus padres?— Dijo mientras llevaba a un niño en la espalda y el resto de ellos rodeándolo para llamar su atención.

Me quedé en la puerta viendo el comienzo de la película, se que no me quedaré ni a la mitad sin embargo, escuché a un niño preguntarle a su padre si yo me quedaría a cuidar de todos ellos a partir de ahora.

—Si, hijo, si... Puedes dormir tranquilo está noche.— Le responde, aún que no estaba seguro si fuese cierto.

Al terminar la película, uno de los hombres de Eliot nos llevó a una habitación del hotel del centro comercial.

Podríamos pasar la noche allí, aún que para mí solo era un contratiempo tras otro.

Por otro lado, Hunter apareció nuevamente detrás de un carro de control remoto, un obsequio de un niño del cine, y solo se dedicó a chocarlo con la almohada de Alberto que estaba dormido en el piso.




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