Letal-shot Remake

Nunca fui un héroe

Es cuestión de tiempo. Encerrados con nuestros peores instintos dentro de los muros de plomo...

No quiero estar aquí cuando algo pase. Vayan conmigo o no; está noche me largo de aquí...

Las entradas del estacionamiento seguían intactas, el problema eran los infectados, no será complicado a la hora de salir sin llamar la atención.
Primero me acerque a la señora Luisa, se que es una mala jugada pero no quiero irme con la conciencia en mi espalda.

Ella comía un plato de fruta picada en su catre, aún se le nota demasiado decaída.

—Señora Luisa, ¿Cómo está?— le pregunté, buscando el momento para no ser inoportuno.
Verla tan frágil llevándose cada bocado a la boca, me recordó a mi madre... Y las veces que he estallado por preocuparme por ella.

—¿No quieres un pedazo de sandía?— extendiendo me su plato.
Le abracé las manos con las mías y en un movimiento lo devolví.

—Estoy bien, gracias.— Era difícil para mí, siendo responsable de su vida ahora, ¿Quien dijo que tenía que serlo? Al diablo, pero no quiero soltar lo único que podría recordarme la poca vida que tenía.

—Señora Luisa. Me voy a ir está noche. Tengo que encontrar a mi mamá y a mí hermanita pero necesito que venga conmigo, no puedo dejarla aquí, no con él...—

—No quiero que le diga a nadie, me llevaré a mis amigos también, pero usted...—

Ella negándose me interrumpió, y continuó terminando su plato.

—Señora Luisa, por favor.—

Creo que ella lo entendía mejor que yo, a pesar de que sus ojos me rogaban que le llevará conmigo.

Me levanté poco a poco, no solo mi pecho dolía. Me mata la impotencia.

Antes de reunirme con el grupo, Eliot me llamó haciendome una seña desde la puerta al fondo de la sala.
Mis amigos seguían tensos y el Arquero, resopló al escuchar mi nombre rebotar en la sala.

Eliot me pidió que lo acompañara a revisar el suministro eléctrico del centro comercial, se mostraban inconsistencias.

—Ya estaban en mal estado desde que llegamos. Y la verdad, no tengo idea de cómo mover un cable sin que algo explote.—me dijo con la voz baja, como si temiera que lo escucharan.

Al llegar, el aire olía a plástico quemado y a medidores oxidados; algunos reguladores clandestinos indicaban que alguien ya había intentado mantener el sistema vivo a la fuerza.

—Esta sobrecargado, e irradia demasiado calor.—murmuré mientras removía una tapa suelta.

El sistema trabajaba sobre una red descentralizada, está puenteada a la luz de la ciudad. En otras palabras, el centro comercial no pagaba servicios de luz... México... pensé.

—Maximo, 48 horas críticas le quedan al panel.— comenté. Si bajamos la carga entre las 02:00am y las 06:00am, los refrigeradores y las bombas de agua seguirán operativas.—

—¿Y las lámparas solares?—preguntó Eliot.

—Serviran, pero necesito revisar los paneles solares del centro comercial.—

Eliot solo asintió. No quería hacerlo ahora, no cuando estoy a punto de irme.

—Oye, nunca he visto que la energía de Hunter se acabe o que busque abasto para mantenerse al 100% de su capacidad. — Seco, cruzó los brazos. Cómo si la ayuda que le di no hubiera pasado.

Pasó de ser alguien tan humano y ridículamente humilde cuando me pidió ayuda a un imponente dictador con camisa fiusha.

Vergüenza encontrarnos con otro grupo y que vean que nuestro "líder supremo" no solo tiene complejo de dios... sino también pésimo gusto.

—¿Por algo es el campeón no crees?— me levanté y me fuí directamente de allí. Dejándolo con algo en que pensar.

Corrían las horas esperando el momento para salir de aquí, la sala dejó de ser silenciosa. Ahora la gente hacia pequeños bandos, sin barreras.

Luis y los demás seguían tensos, el Arquero sólo se quedaba por compromiso.

—Hunter, quiero que intentes encontrar señales de otros jugadores y Droits al rededor del mundo.—

Faltaba poco pronto todos irían a dormir, era hora de comenzar.

—93 horas post brote, el 62% de los Droits fueron desconectados y algunos fuera de línea.— Me Susurró, mientras tanto analizaba la situación en general.

—En algunos puntos, la mayor parte tuvo desconexiones simultáneas, considerando que después del torneo no todos los Droits estaban en óptimas condiciones para pelear nuevamente.—

No cabe duda, había perdido a la mayoría de mis colegas, quizás habían acabado con alguna parte de los infectados.

—La última señal fue de Uzorhelix, jugador ruso. Su conexión se perdió en el subterráneo de Moscú. No sé si siga con vida.— Los números eran preocupantes, ¿Tan fuertes son los infectados?

La única señal estable que Hunter encontró fue del Droit VenomRush, se encontraba en Edimburgo. Supongo que la jugadora también se encuentra con vida.

La noche transcurrió, todo es tan silencioso, apostaba que todo estuviese tranquilo afuera.
Me levanté faltando una hora para que amanezca.

—Vamonos Hunter...— dándole una palmada en su pecho.

Este se levantó, extrañado, y curioso al ver que no desperté a nadie más.
Camino a la salida, nos detuvo un niño pequeño.

—A dónde van Hunter.— Pregunta con los ojos entreabiertos y quitándose las lagañas.

—Tenemos que ir a patrullar el edificio, vuelve a dormir. Ve con tus padres.— Le respondí en lugar de Hunter.

—Pero yo no tengo papás...— dijo, ahora estoy lleno de culpa.

—Vamos a volver al rato.— Le asegure, y regreso a taparse con su mantita tendida en el suelo.

Salimos de la sala, y contra todo pronóstico llegamos al estacionamiento sin llamar más la atención.
La calle se veía segura, así que prepare mi deslizador, una patineta flotante, era perfecta para no hacer ruido.

Pero Hunter solo me veía tratando de encenderla.

—Hunter enciende tu tabla.— le ordené.

—¿Por que no despertaste a los demás?— cuestionó.

—Nadie estaba convencido de venir, ¿de acuerdo?— le evadi la pregunta rápidamente.




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