Letal-shot Remake

Separados

—Yetzel se fue hace cuatro horas.— Dice Hunter a todos los del grupo durante la primer comida del día y hasta ese momento, la indiferencia del Arquero terminó.

—¿Salió así nada más, no dijo a donde iría?— preocupado, solo tomo las vitaminas que reparten.

—Dudo que regrese pero nadie debe saber que se fue; debemos actuar como si estuviera aquí.— Declaró Hunter como estrategia ya que podría ser un problema para ellos.

—¿Y dónde podría estar ahora?— Pregunta Luis.

Mientras tanto, Yetzel estaba encerrado en un tráiler ya que los infectados lo habían rodeado. Ambos dispensadores se habían agotado y por su fuera poco el calor dentro del contenedor era insoportable.

El día transcurrió, se creía que sería un día "tranquilo" pero la gente de Eliot comenzó a correr a los paneles de luz y a quitarse la razón entre ellos con discusiones por el reparto de responsabilidades.

En ese instante Eliot se acercó al grupo de Hunter comentando la situación.

—La energía se fue en toda la ciudad, queda poca agua y la comida no durará mucho tiempo y sin rodeos, han obtenido beneficios sin pagar por ello y si se van a quedar aquí, tienen que poner de su parte.—

Tarde o temprano, aquél momento llegaría, no era sorpresa para ellos.

—¿Qué quieres que hagamos?— pregunta el Arquero tomando el mando del grupo.

—Hay un supermercado a un par de calles, entramos y salimos sin llamar la atención de los infectados.—

—¿Qué buscas exactamente?— Replica el Arquero con dudas sobre el éxito del trabajo.

—Agua, enlatados, medicinas, baterías, armas. No sé preocupen mi gente los cuidara.—

El grupo completo aceptó sin más.

—Avisenle a Yetzel.— Retomando el mando, Eliot se apartó del grupo para los preparativos.

En un abrir y cerrar de ojos, silencios y planeación la noche llegó diecisiete miembros contando a Hunter y los demás.

— Cincuenta y tres balas de nueve milímetros, dieciocho de escopeta y once de revolver tenemos para repartir.— Dice uno de los miembros de Eliot.

El grupo de Hunter estaba armando por aparte a excepción de Alberto.
Habían dos camionetas para transportar a todos hacia el centro comercial.

—Usariamos el subterráneo que cruza la calle pero no correré el riesgo de que esté infestado de esos imbéciles.— Asegura Eliot.

Todo estaba listo y el grupo de cazadores esperando indicaciones.

—¿Dónde está Yetzel?— Demanda Eliot al grupo entero.

El Arquero dudó, hasta ahora se había olvidado que preguntarían por él.

—¡Esta enfermo!— dice Alberto. Salvando la verdad del grupo.

Eliot no pudo esconder su enojo pero Alisson que miraba desde lejos lo hizo retroceder a sus demandas.

A punto de partir, Yetzel había alcanzado a los cazadores.
Extrañando de su repentina aparición a Eliot y sobretodo a Hunter.

—¿Te sientes mejor?— Pregunta Eliot lleno de curiosidad.

—Estoy bien, escuché que van a salir.— responde sin idea de que ocurre.

—Salimos en cinco minutos.— Dicta Eliot.
La gente volvió al trabajo y a subir lo necesario a la camioneta.

Mientras mi grupo y Hunter se acercó a cuestionarme porque había regresado.

—¿Estas bien, que sucedió?— Pregunta Hunter.

—No llegué más allá de la Tabacalera y me rodearon. Fue la primera vez que los tuve tan cerca de mí pero tuve tiempo de hacer más navajas para mis dispensadores.—

—Al menos estás vivo.— Dice Alberto.

—Si, me di cuenta que no sobreviria sólo y también que si no voy con ustedes al menos uno moriría también.—

Hunter terminó por meter la última maleta para las provisiones, tratando de unirse a la conversación.

—Si no estoy cerca, corran por el arquero en mi lugar. Creo que es el más cuerdo entre nosotros. Incluso más que yo.— Les dije antes de subir a la camioneta y listo para comenzar la cacería.

Corto pero lleno de intriga resultó ser el camino al supermercado. Nadie decía nada, solo atentos a las afueras.
Estacionando nos sobre la calle, ya que se propio estacionamiento del supermercado estaba repleto.

Ambas camionetas abrieron puertas, una tras otra. Solo pisadas y susurros era lo que entraría por las compras.

—Arquero, te doy la lista de lo que necesito. Para esto, irán con ustedes, nueve de mis hombres con ustedes. Con cuidado.— Frente a la puerta nos dió la orden Eliot.

—¿Y ustedes?— Pregunté.

—Nosotros iremos por atrás.— Respondió, y poco convencidos entramos al supermercado.

—Se me olvidaba, Alisson me dijo que quería insecticidas. Me insistió demasiado, así que no olviden... Por favor. Ella le teme a los insectos.— Dijo Eliot pero algo en mi se alarmó.

Alisson no es de asustarse así de fácil, tiene más carácter...Ella pasó más tiempo observando las calles y todo el olor a insecticida o la escases de estos. Debí haber ignorado algo...

Ya era mala señal que entraramos muy fácil.
Sólo que Alberto no vino con nosotros, fue detenido por Eliot sin darme cuenta.

—Oye, tú... Te quedas vigilando la puerta y las camionetas. ¿Vale?— Ordena a Alberto con una mano en el hombro y estirando le su revolver que había dejado cuando se encontraron por primera vez en la pista de hielo.

—Es tu arma, no deberías dejarla por allí.— Le dice Eliot a Alberto.

—Gracias, creí que se había perdido.— Responde Alberto con validación.

Bueno, te encargamos nuestras vidas Alberto. Dice Eliot retirándose con el resto de su gente rumbo a la puerta trasera.




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