Letras de un Adolescente

Capítulo I

Mi cumpleaños:

El día de mí cumpleaños me encontraba algo sensible, a la hora del almuerzo mi padre no me trato mal pero el solo hecho de mí cumpleaños me ponía muy susceptible.
- ¿No hay otra cosa de comer? –Pregunte un tanto enojada.
- Si no te gustan no comas - respondió mi padre con su voz grave.
Simplemente me levante llorando a mi habitación, mi hermana y mi madre se levantaron algo enojadas por el comentario de mi padre.
–No se puede comer en paz en esta casa - replico mi madre enojada por el comentario de mi padre.
- No te das cuenta que está sensible se acerca su gran noche - continuó Mi hermana justificando mí actitud, saliendo disparadas a ver que me sucedía: Al llegar a mi alcoba me encontraba sentada llorando en mi cama, mi hermana acerco lentamente y abrazo:
- Flaqui no te hagas drama, sabes cómo es el viejo, quédate tranquila –Me hablaba tratando de calmar mi alma.
- Hija no le hagas caso sabemos cómo es tu padre - replico mi madre mientras me abrazaba.
Seco las lágrimas del rostro y levante de nuevo para ir a almorzar.
Esa calurosa tarde de otoño mi amiga Roció de estatura mediana ojos sombríos tristes como una noche de invierno, de cabellera oscura que cubrían su cintura de tez morocha y una alegría muy especial para la vida que llevaba me fue a buscar a la siesta, llego en su bicicleta, estaba vestida con un pantalón gris de gimnasia y una remera blanca con flores rosas:
- Te recomiendo que vayas cómoda - Decía con una picardía muy particular.
- Sí y bueno cumplo 15 me la voy a tener que bancar - sonreí con curiosidad al no saber que me esperaba, aun sabiendo que no era justamente una torta de cumpleaños.
Recogí mi larga cabellera haciendo una media cola, me coloque un pantalón de gimnasia azul y una musculosa blanca, estaba lista para mi festejo de 15 años, subí al portaequipaje de la bici y hacia mi destino fuimos hasta el suburbio donde me esperaban todas ellas en la esquina de aquel barrio de angostos pasillos de un brillante color amarillo, en el centro de él, un Playón con pisos de tierra que parecían sonreír rodeados de hermosos sauces que bailaban al compás de la suave brisa de aquel otoño, no logre baja de la bici, mi cabello y mi cuerpo se cubrieron de un amarillo, ocre, rojo, blanco junto a la mayonesa el huevo y todos aquellos aderezos con la harina formaban una pasta difícil de sacar, luego de unos minutos el agua de una manguera terminó por completar aquel look junto con el barro que formó y terminó vistiendo nuestras ropas, Al terminar el festejo nos bañamos en la terraza ya que no querían dejarnos entrar por la forma en la cual nos veíamos, terminamos todas embarrada y sucias que si nos aseamos en el baño les arruinaríamos las tuberías, fue realmente hermoso, nunca me olvidare de aquellos momentos ¡nunca! luego nos sentamos en una pequeña mesa colocada en la terraza vestida con salamines, pan, gaseosa y una picada para levantar los vasos y brindar por mis hermosos 15 años, al caer la noche nos juntamos como siempre con los chicos del barrio.

Una sola mirada:
 

Fue ahí ese día que lo conocí, caminaba hacia mí como la entidad más bella, perecía que el mundo se había parado entre los dos, todo se detuvo, no quedó nadie solo él y yo, se acercaba lentamente con un andar melancólico y bello,presentó cual caballero, tomó mi rostro y con un beso sonrió
- Buenas noches y feliz cumpleaños.
No podía creer lo que veía era la belleza y el príncipe en carne propia, ese que esperamos todas las mujeres, el sueño hecho realidad mi corazón se paro, comenzó a galopar cual desesperado y no entendía que estaba sucediendo no lo sabía solo galopaba con tan intensidad que me asuste y la timidez presento de repente.
- Él es Luciano pero te recomiendo que ni lo mires, esta buenísimo, pero tiene dueña está súper enamorado de ella, no creo que mire a nadie más - comento Andrea en voz baja, mientras Luciano se alejaba.
- No, no lo miro, solo que no lo conocía ¿vive acá?- comente haciéndome la desentendida.
- No, es de otro barrio lo que pasa es que tiene a un primo que vive acá y al otro primo a media cuadra - contesto disipando mi duda.
- Con razón no lo había visto hasta hoy - Replique.
Me hice la distraída pero no podía quitarle la vista de encima, me parecía tan llamativa su forma de ser tan distintas a los demás que me sorprendió por su tan corta edad teniendo un brillo en sus ojos tan especial que no lo podía creer, no podía evitar que mi mirada se dirigiera a cada segundo sobre él y entrelazábamos las miradas como si fuéramos las dos últimas personas sobre la tierra, llegó la hora de irnos, tomamos la ultima foto y nos dirigimos a casa.
Al llegar no podía quitarme a él de mi mente, parecía que estaba ahí en mi habitación conmigo fue lo más raro que me pudo pasar en ese momento.
- ¿Qué te pasa? - Pregunto mi hermana interrumpiendo mis pensamientos.
- Nada - conteste cortante.
- ¡Viste que lindo que es Luciano! ¿como quedaría conmigo? me gusta, está bueno vago - Replico alegre mente.
- Si es lindo, pero esta de novio - conteste tratando de terminar con aquella charla.
- Si lo sé, pero todo puede ser ¿o no?- contesto optimista.
- Supongo que si no se, bueno flaca me voy a dormir hasta mañana - Terminando total mente con dicha charla.
- Hasta mañana - Replico eufórica.
Aquella noche no pare de pensar en él y sus miradas, no le quise decir nada a mi hermana porque me pareció en vano, a parte pensé que me va a mirar a mí, quizás si a mi hermana y simplemente me dormí.
Al otro día volvimos al barrio como todos los días, ni rastro de él , temía preguntar por miedo a que se dieran cuenta de que algo me pasaba con él, pero estaba enloquecida para saber de dónde era y como era, aunque no le di mucha importancia y me olvide de él ya que a su vez otras personas desviaban sus miradas hacia mí y yo estaba sola.




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