Te miro desde lejos como los pájaros al cielo,
a pesar de su cercanía,
siguen admirando un celeste
que sus plumas no logran tocar.
Te escucho como una nota musical,
la cual no deja de sonar en mi corazón,
a pesar del tiempo.
Te he amado en silencio,
así como los mudos hablan
en su pequeño gran mundo de fantasía.
Eres una melodía melancólica,
pero alegre al mismo tiempo,
como un buen ritmo para cantar
o como las teclas de un piano
tocando notas tristes
que llegan al corazón y te hacen llorar.
Eres algo tan extraordinario y a la vez tan simple
que no sé cómo explicarlo con palabras sencillas,
pero si te acercaras a mi pecho
y escucharas mis latidos,
lo entenderías todo.
Pero quizás nunca te acerques,
ni escuches mis latidos para entenderlo.
Quizás mis plumas nunca logren tocarte,
a pesar de la cercanía.
Y tal vez mi melodía siempre estará incompleta
porque nunca tendrá tu fragmento en ella.