A mi no me hablen de amor si nunca van a tener nada más que amistad,
y se han obligado a amar a otras personas para olvidarla,
pero al final no funciona,
porque vuelves a amarla
con la misma intensidad.
A mí no me hablen de amor
si nunca se han obligado a reprimir
todo ese amor que tienen
para seguir teniendo la amistad,
aunque en el fondo
mueras por ser algo más.
Por tener algo serio y lindo con esa persona,
pero pronto la realidad te golpea
cuando te das cuenta
que no hay ninguna oportunidad
para eso que tanto anhelas.
A mí no me hablen de amor
si nunca has llorado por una persona en silencio
y has reído con ella haciendo ruido.
A mí no me hablen de amor
si nunca han deseado
que corresponda a esos sentimientos,
pero por más que lo desees con todas tus fuerzas,
siempre te quedas en la zona de amigos
o mejores amigos,
pero nunca como una posible pareja.
Es como si ese lugar fuera inalcanzable.
Por más que intento subir hasta ahí,
tropiezo y caigo más al vacío.
Justo cuando veo la cima y estoy cerca,
algo me golpea
y caigo en picada nuevamente
hacia la zona de amistades.
A mí no me hablen de amor
si nunca han dicho un “te amo” en silencio,
pero de su boca ha salido:
“Eres mi mejor amistad.”
Cuando sabes que solo es una mentira más,
a la que te tienes que obligar a creer.
A mí no me hablen de amor
si nunca se han sentido importantes para alguien
y, de repente,
te vuelves un cero a la izquierda.
Te das cuenta de que solo eres una amistad más,
mientras que en tu mente
te imaginabas como algo más.