Los pájaros cantaron al cielo por lluvia,
el sol miró a la luna
y la luna llamó a las estrellas
en busca de perdón
o quizás una compañía temporal.
El mar rugió con fuerza contra la arena
cuando el volcán se enojó
y estalló en busca de liberarse
de aquellas emociones tan profundas y reprimidas que poseía.
El viento silbó en busca del descanso
que no le otorgaban los árboles,
y los árboles dejaron caer sus hojas al suelo
cuando la primavera llegó
en busca de redención
o quizás solo por berrinche.
El suelo tembló cuando sintió la mentira del aire,
el aire mintió cuando se vio amenazado por la lluvia,
y la lluvia fue obligada por el sol a mentir.
Quizás el sol no tenía malas intenciones,
pero sus acciones hablan por sí mismo,
tal como la luna hizo
cuando el primer eclipse llegó
a su naturaleza solitaria y nocturna.
¿Era esto lo que quería?
¿Un ciclo interminable de cadenas de dolor y traición hacia los demás
o solo ganó su ego de grandeza?