Cada una de sus inseguridades me gustan más de lo que ella creería, cada uno de sus defectos los abrazo y adoro con amor y admiración, cada uno de sus gestos, desde el más pequeño hasta el más distraído contemplo con amor cada mañana desde la primera vez que la vi. Algo inexplicable me hace sentir su presencia, algo que por más que intente ignorar, sigue siendo un sentimiento silencioso en mi interior, digno de ella y de su corazón delicado como el cristal.